La popularidad del presidente ruso Vladimir Putin se elevó a causa del aumento del gasto social en beneficio de los más pobres, según las encuestas, aunque persiste la preocupación por el carácter autoritario de su gobierno.
Según una encuesta realizada en octubre y noviembre en 150 centros poblados por el Centro Ruso de Opinión Pública, 73 por ciento de los entrevistados aprobaron la gestión de Putin —en el poder desde diciembre de 1999— y apenas 19 por ciento la desaprobaron.
El ministro de Situaciones de Emergencia, Sergey Shoigu, y el líder del Partido Democrático Liberal, Vladimir Zhirinovsky, se ubicaron en el segundo y el tercer lugar de la lista por sus índices de aprobación.
La popularidad de Putin recibió un impulso decisivo con su anuncio en septiembre de un presupuesto de más de 4.000 millones de dólares para educación pública, vivienda y agricultura.
"Las políticas sociales son muy buenas, con proyectos especiales declarados prioritarios por el gobierno para dirigidos a mejorar las condiciones de la población desposeída", dijo a IPS Yelena Zelinskaya, vicepresidenta de Media Soyuz, una organización independiente de defensa de la libertad de expresión.
[related_articles]
"La implementación depende, sin embargo, de los gobernantes regionales y de la propia población", dijo.
Zelinskaya afirmó que la popularidad de Putin tiene sus raíces en el avance económico y también en otras políticas que alientan la inversión extranjera en el país.
Por otra parte, la población comienza ahora a aceptar cambios respecto de la era soviética, cuando se condicionaba a los rusos a creer que el estado les daría todo, agregó la experta.
"Todas esas actitudes de dependencia se desvanecieron rápidamente y ahora la gente cree en la responsabilidad individual o del grupo social", dijo a IPS la progesora Alyona Ivanova, del Departamento de Relaciones Públicas y Comunicación de Masas en la Universidad Rusa.
Ivanova señaló que las esperanzas rusas de democracia, liberalización política, libre mercado y oportunidades económicas florecieron bajo el gobierno de Putin a pesar de algún escepticismo en torno de las políticas internas y externas.
Las estadísticas oficiales muestran que los salarios aumentan y que el desempleo cayó a menos de siete por ciento, un motivo de envidia para países de Europa oriental que hasta 1991 estuvieron en el área de influencia de la hoy disuelta Unión Soviética..
Pero no todos están convencidos de que el panorama es color de rosa.
Los resultados de las encuestas constituyen una "manipulación política apoyada por y diseminada a través de los medios controlados por el estado", dijo a IPS Yury Korguniuk, director de Indem, organización para la promoción de las instituciones democráticas en Rusia.
"Los gerentes de relaciones públicas del Kremlin tratarán de asegurarse de que la imagen del presidente se mantenga mediante la difusión de aquellas cosas positivas alcanzadas a lo largo de los años", dijo Korguniuk.
"Harán todo lo posible para mantener al presidente Putin en el centro de la atención pública hasta 2007. Pero debería haber alguna clase de objetividad y verdad política en todo el asunto", agregó.
Es probable Putin mantenga la carta de su popularidad sobre la mesa de juego en el largo plazo. Los ciudadanos podrían, a último minuto, pedirle que continúe en el poder aunque ese paso pueda ser visto como inconstitucional, señaló Korguniuk.
"Podemos evaluar la mejora como un progreso siempre y cuando los altos registros en las encuestas sean usados como un vehículo efectivo para estimular el crecimiento en los sectores socioeconómicos del país", dijo.