ESPECIAL-OMC: Manifestantes y policías velan armas en Hong Kong

Habrá casi tantos policías como manifestantes fuera de la sede de la sexta conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se inaugurará este martes en esta ciudad de China.

La policía local informó que desplegó a 9.000 agentes, tanto hombres como mujeres, para impedir que se repitan las protestas masivas desatadas en las conferencias de la OMC en Seattle (1999) y Cancún (2001).

Mientras, unos 100.000 manifestantes, según la previsión de las instituciones organizadoras de las protestas, están llegando a esta meridional ciudad portuaria china para mostrar a los gobiernos la dimensión del movimiento global de oposición a las políticas que el Norte industrial pretende imponer en la OMC.

Se han programado tres grandes manifestaciones durante la conferencia de una semana. Los organizadores prometieron una actitud pacífica, aun cuando, en su mayoría, admiten que su intención es bloquear un acuerdo en las bloqueadas negociaciones multilaterales.

Ya el domingo, miles de trabajadores migrantes se concentraron en el Parque Victoria de Hong Kong, a unas pocas cuadras de distancia del centro de convenciones donde se celebrará la conferencia ministerial.
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Pescadores tailandeses, indonesios, vietnamitas y camboyanos, entre otras muchas procedencias, serán los animadores principales de la protesta del martes, cuando se abra la conferencia.

Entonces, varios barcos se lanzarán a la bahía de Victoria para ser vistos por los delegados desde el Centro de Convenciones, que está rodeado por el mar. Los pescadores afirman que los acuerdos de la OMC llevan a una sobrepesca que pone en peligro sus medios de vida.

Mientras, 1.500 agricultores surcoreanos se manifestarán por el mantenimiento de los aranceles que protegen el arroz de su país.

Según las organizaciones convocantes, las nuevas normas de comercio empeoran el desempleo en muchos países en desarrollo. Unos pocos obtienen trabajo en el extranjero, pero a un tremendo costo social, aseguran.

"No queremos ser trabajadores migrantes", dijo la indonesia Neralissa, de 25 años, quien se preparaba para marchar en la manifestación del domingo, la mayoría de cuyas 100.000 participantes formaban parte del enorme ejército de empleadas domésticas extranjeras en Hong Kong.

"Queremos un mejor empleo en nuestro país, con un buen salario. Si pudiéramos, no seríamos trabajadoras domésticas", afirmó.

Neralisa gana cada mes el equivalente a 430 dólares, y envía la mayor parte de ese dinero a su familia en Indonesia.

Su periplo comenzó a los 16 años. Una agencia de empleo la embarcó a Singapur, donde trabajó como sirvienta durante cuatro años. Entonces, decidió viajar a Hong Kong, pero debió pagar el salario de siete meses a la agencia.

La portavoz de la Asociación de Trabajadores Migrantes Indonesios en Hong Kong, Eni Lestari, dijo que, al igual que Filipinas, Indonesia está equilibrando sus cuentas exportando su fuerza de trabajo, a través de remesas.

Indonesia se unió a la OMC en 1995. Desde entonces, acumuló deudas por más de 132.000 millones de dólares y paga 2.600 millones cada año solo en concepto de servicios.

Activistas atribuyen a las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OMC la cantidad de campesinos sin tierra y desempleados y los bajos salarios de Indonesia.

"Mi familia trabajaba la tierra", dijo Lestari. Pero a causa de los altos intereses sobre los pesticidas y las semillas, no pudimos continuar. No podemos competir con el arroz de Estados Unidos y Tailandia. Por eso, mi madre decidió vender el campo y nos convertimos en campesinos sin tierra."

Lestari, trabajadora doméstica desde hace seis años, sostuvo que los inmigrantes carecen de protección laboral, y sufren con frecuencia bajos salarios, falta de asuetos, confiscación de documentos, altas comisiones cobradas por las agencias de empleo y abusos físicos y mentales.

Más de 5.000 organizaciones de la sociedad civil se unieron a la Caravana Popular por Justicia y Soberanía, que esta semana pone fin a una travesía de dos meses hacia Hong Kong. Sus participantes reclaman justicia comercial.

El Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP) recogió unas 280.000 adhesiones por correo electrónico en tres semanas para un manifiesto que exige a OMC mantener con firmeza su compromisos de alcanzar los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas par el Milenio.

Los activistas reclaman a los ministros de Comercio de los países de la OMC que dejen de presionar a los países para que abran sus economías, que dejen espacio a los países pobres para determinar sus propias políticas comerciales y que pongan fin al dumping (competencia desleal de precios) en perjuicio de las exportaciones agrícolas del Sur en desarrollo.

En las vísperas de la conferencia, el ex presidente de Sudáfrica y premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela, envió un mensaje al GCAP: "En Hong Kong tenemos una oportunidad para tomar decisiones que saque de la pobreza a miles de millones de personas."

Organizaciones femeninas, sindicales, juveniles, de la sociedad civil y de muchas otras variedades se reunieron en Hong Kong en procura de políticas que contribuyan a la eliminación de la pobreza.

De otra manera, la reunión ministerial se verá eclipsada con las protestas convocadas en Hong Kong, que tendrán, entre otras consignas, la de "OMC a la basura". (

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