Ante la posibilidad de que los ministros de comercio alcancen un acuerdo que desproteja a los trabajadores, la Alianza Popular de Hong Kong sobre la OMC prefiere un enlentecimiento de la liberalización del intercambio mundial de bienes y servicios.
"Hubo mucha presión, pero lo disfruté", dijo Elizabeth Tang, de la Alianza Popular, en alusión al año "muy agitado" que culminará del 13 al 18 de este mes, cuando se reúna en esta región administrativa especial china la conferencia ministerial de la OMC (Organización Mundial del Comercio).
La intensa actividad desarrollada por la Alianza permitió que las cuestiones que se negocian en la OMC salieran de las juntas empresariales y de las reuniones gubernamentales para integrarse en las deliberaciones diarias de activistas y sindicalistas de Hong Kong, afirmó Tang.
Habrá tres grandes marchas de protesta y unos 50 seminarios, exhibiciones y conciertos durante la sexta conferencia ministerial de la OMC, que se celebrará en Hong Kong del 13 al 18 de este mes.
La población de Hong Kong se enorgullece de "ser capaz de expresar sus opiniones con mucho orden", sostuvo Tang, líder de la Confederación de Sindicatos de la región. IPS: —¿Es la OMC algo en lo que intervenir o algo para desbaratar? La sociedad civil dirá muchas cosas en Hong Kong, pero ¿serán escuchados?
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Tran: —Hay muchas oportunidades para intervenir. Hemos tenido tres reuniones a las que asistieron el secretario de Comercio e Industria de Hong Kong, John Tsang, quien presidirá la conferencia ministerial. El director general de la OMC, Pascal Lamy, vino en octubre y participó en una mesa redonda con organizaciones no gubernamentales. Lamy fue muy franco en esas discusiones.
Pero, al mismo tiempo, no tenemos pistas de lo que sucederá con nuestras propuestas. Es como si nuestros esfuerzos no tuvieran impacto, como si nos dijeran: "Pueden hablar y nosotros escucharemos", pero nada más.
Creo que si nuestros gobiernos continúan tratando a la sociedad civil de este modo, sin tomar sus posiciones con seriedad en el proceso de formulación de políticas, no seguiremos siendo parte de esta autodenominada participación. Como estructura, la OMC está bien. Sus principios están bien. Sin embargo, su aplicación real es otra cosa. Por lo tanto, tenemos que mantener este tipo de estructura multilateral, pero no puede seguir operando así. —¿Cuál es el papel de los sindicatos? —En Hong Kong, los sindicatos tienen un papel de conducción en la organización de la campaña y en actividades educativas, precisamente porque los trabajadores fuimos quienes comenzamos a sentir primero las injustas consecuencias del libre comercio.
Muchos trabajadores de Hong Kong afrontan recortes de salarios y se ven obligados a trabajar por cuenta propia o con contratos de corto plazo, y es porque el gobierno quiere asegurarse de crear un ambiente competitivo para la inversión extranjera, para que se nos considere la economía más libre del mundo.
Por eso, tratan de asegurarse de que todo sea flexible, incluidas las normas laborales. Ese es el vínculo, pero normalmente nuestros trabajadores no ven la razón inmediata: la política de nuestro gobierno. —¿El mundo en desarrollo pueden contar con China para que apoye su causa en la OMC? China es una gran potencia económica e integra la OMC, pero dice ser un país en desarrollo…
—Es una gran pregunta. Pascal Lamy suele poner a China e India como ejemplos de cómo los países en desarrollo pueden beneficiarse de la OMC. En el caso de China, las cifras de crecimiento económico e inversión extranjera son realmente grandes.
No puede negarse el desarrollo de la economía, pero no hay normas ni medidas apropiadas que aseguren una distribución justa de esa riqueza. ¿Cómo garantizar en el proceso la protección de la gente, en especial de los trabajadores?
La economía rural colapsa, y los agricultores no pueden vender sus productos ni siquiera dentro de China. Después del recorte de aranceles agrícolas, muchos se trasladaron a las ciudades… pero se emplearon en fábricas con protección mínima, sin medidas de salud ni de seguridad.
La atracción del lucro es demasiada. Los trabajadores que murieron en noviembre en el accidente minero en Heilongjiang ganaban unos 50 dólares mensuales… El impresionante desarrollo económico de China no es envidiable, pues los trabajadores pagan un enorme costo. Para la OMC, China es el ejemplo vivo de cómo los países en desarrollo pueden beneficiarse del libre comercio. Pero para los sindicatos y las organizaciones no gubernamentales, es el ejemplo vivo de cómo la OMC promueve una apertura sesgada del mercado, sin establecer al mismo tiempo normas y leyes que aseguren que el crecimiento en alianza con las organizaciones populares y protegiendo a todos los que participan en el proceso. —¿Cómo definiría una conferencia ministerial exitosa?
—No queremos un acuerdo apresurado. Le hemos dicho al secretario John Tsang que no se apresure en la conferencia, que no trate de lograr un acuerdo sólo por lograrlo. Preferiríamos que se enlenteciera todo el proceso, que los gobiernos regresen a sus países y realicen consultas públicas y acuerdos genuinos con organizaciones populares para decidir luego cómo liberalizar el comercio y a qué ritmo. (