Estados Unidos tuvo hasta 2004 una prisión secreta en Afganistán, donde supuestos terroristas eran encadenados varios días en la oscuridad, sin agua ni alimento, aseguró la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
El centro de detención clandestino, que funcionó desde 2002 al menos hasta 2004, era conocido por los reclusos como la "prisión oscura". Allí, entre otras torturas frecuentes, eran continuamente obligados a escuchar música a todo volumen y sin cesar, indicó HRW.
Atados con grilletes, nunca podían echarse en el suelo o dormir, y los interrogatorios, al parecer realizados por personal civil —se presume que funcionarios de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)— incluían golpes de puño y bofetadas.
La mayoría de los guardias de la prisión eran afganos, según el informe publicado este lunes.
HRW indicó que no tuvieron acceso a la prisión representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja ni otras agencias independientes.
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"No estamos hablando de tortura como algo abstracto, sino real. El personal y los oficiales estadounidenses involucrados pueden ser acusados penalmente. Se requiere la investigación de un fiscal especial ", señaló John Sifton, de HRW.
El informe, basado sobre el testimonio de abogados de siete actuales reclusos en la base militar de Guantánamo, Cuba, fue divulgado en momentos que el presidente George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney niegan insistentemente al público haber avalado la aplicación de torturas a sospechosos de terrorismo.
El gobierno rechaza el maltrato de detenidos, aseguró el presidente Bush el jueves al senador John McCain, del gobernante Partido Republicano, en la Casa Blanca.
McCain convenció al mandatario en su visita de no vetar la enmienda constitucional aprobada por el Congreso legislativo que prohíbe la tortura en la llamada "guerra mundial contra el terror".
"Estamos contentos de trabajar juntos (con McCain) para lograr un objetivo común. Y eso es para dejar en claro al mundo que este gobierno no tortura, y que adherimos a la Convención Internacional contra la Tortura donde sea, dentro o fuera del país", afirmó el mandatario.
Pero esa posición es cada vez más difícil de sostener ante la frecuente filtración a la prensa y al Congreso de información sobre abusos contra los detenidos.
De hecho, se espera que esta semana el Senado apruebe una resolución para requerir al gobierno que provea informes detallados cada 90 días sobre los centros de detención clandestinos instalados y administrados por Estados Unidos en el exterior, así como sobre el tratamiento dado a cada prisionero.
Esas instalaciones secretas también son motivo de roces entre Washington y sus aliados europeos.
La Unión Europea como bloque y algunos países miembros en forma individual iniciaron investigaciones luego de que el periódico The Washington Post informó, sobre la base de datos de HRW y otras organizaciones de derechos humanos, que la CIA tenía prisiones secretas en Europa oriental, en especial en Polonia y Rumania.
Tras la revelación de The Washington Post, las prisiones en Europa habrían sido clausuradas, y los detenidos trasladados a otras cárceles en África septentrional.
Se presume que la CIA mantiene en reclusión secreta en distintos puntos del planeta a entre 24 y 36 terroristas de "alto valor", incluido Khalif Shaikh Mohammed, el supuesto cerebro detrás de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York.
Estos sospechosos fueron distribuidos en distintos puntos de esta red de cárceles secretas, entre las que se destacaba la "prisión oscura".
HRW, institución a la que se negó en varias ocasiones el acceso a la prisión de Guantánamo, no pudo entrevistar directamente a ningún detenido. La información que posee fue provista por sus defensores, pero es lo suficientemente consistente y creíble como para iniciar una investigación oficial, afirman los activistas.
La mayoría de los reclusos en la "prisión oscura" habrían sido detenidos en Asia y Medio Oriente.
Cada tanto, algunos eran conducidos a otras cárceles secretas, y finalmente todos fueron trasladados a la principal prisión estadounidense en Afganistán cerca de la base área de Bagram. Ninguno habría estado en la "prisión oscura" más de seis semanas por vez.
Uno de los detenidos, cuyo abogado pidió que se le identificara sólo por sus iniciales, M. Z., dijo haber permanecido en la prisión unas cuatro semanas.
M. Z. estuvo bajo confinamiento solitario en una habitación "totalmente oscura", y era interrogado en un cuarto con una luz estroboscópica mientras permanecía encadenado al suelo. El prisionero denunció que uno de los interrogadores lo amenazó con violarlo.
Otro detenido, Benyam Mohammed, etíope que residió en Gran Bretaña desde su niñez, le dijo a su abogado que estuvo en la "prisión oscura" el año pasado.
"Era completamente oscura, sin luces en los cuartos la mayor parte del tiempo. Me colgaron. Me concedieron unas pocas horas de sueño al día siguiente y luego me mantuvieron colgado de nuevo por dos días", afirmó.
Durante 20 días consecutivos todas las celdas fueron bombardeadas con música rap y heavy metal a todo volumen.
"Los de la CIA se ocupaban de los prisioneros, incluyéndome a mí, día y noche. Muchos perdieron la razón. Podía escuchar a algunos estrellándose la cabeza contra las paredes y las puertas, y gritando", le contó Mohammed a su abogado.
Otro detenido, cuyo nombre no fue divulgado a pedido de su defensor legal, señaló que los detenidos "gritaban y lloraban todo el tiempo".
Otros cuatro detenidos, ahora en la prisión de Guantánamo, Abd Al Aalam Alí Al Hila, Hassin bin Attash Jamil el Banna y Bisher al Rawi, hicieron relatos muy similares.
HRW señaló que la información dada por estos detenidos era consistente con la brindada por otros cuatro que lograron escapar de la cárcel de Bagram en julio, y que aportaron evidencia con un vídeo, luego adquirido por la cadena de noticias estadounidense ABC y la panárabe Al Arabiya.