El anterior gobierno de Alemania, de orientación centroizquierdista, estaba informado sobre los vuelos militares estadounidenses que transportaron ilegalmente prisioneros musulmanes a través de Europa.
Los prisioneros eran enviados de manera clandestina a centros de detención secretos en ese continente y en otras regiones, y el pasaje de los aviones por aeropuertos alemanes representa un gran desafío para Angela Merkel, la flamante canciller (jefa de Estado).
Merkel consideró el asunto al reunirse el martes con la secretaria de Estado (ministra de Relaciones Exteriores) estadounidense Condoleezza Rice, quien admitió la posibilidad de "errores" en la guerra contra el terrorismo. "Luego hacemos lo posible para corregirlos", acotó.
Diversos informes indican que el gobierno del antecesor de Merkel, Gerhard Schroeder, en que participaban el Partido Socialdemócrata y Los Verdes, estaba informado de los vuelos ilegales a través de territorio y aeropuertos alemanes.
Por otra parte, documentos oficiales en Berlín y en Washington demuestran que el gobierno de Schroeder también sabía sobre la detención ilegal del ciudadano alemán Khaled al-Masri, de origen libanés, a manos de agentes secretos estadounidenses.
En lo que Estados Unidos denomina "operaciones extraordinarias de entrega", agentes de la CIA capturaron a Masri cuando se encontraba de vacaciones en Macedonia en 2003 y lo mantuvieron prisionero durante más de cinco meses en campamentos de Albania y Afganistán.
Rice había admitido el lunes, antes de viajar hacia Europa, que varios sospechosos fueron trasladados a centros de detención bajo un proceso conocido como "entrega" ("rendition", en inglés), práctica a la que calificó de "arma legal".
El asunto estuvo presente en el diálogo con Merkel.
"Estuvimos hablando sobre un caso en que Estados Unidos admitió haber cometido un error", dijo la jefa del gobierno alemán luego de reunirse con Rice. "Debemos adherir a las reglas de la democracia y los principios democráticos."
"Estoy muy contenta de que la secretaria de Estado haya dicho otra vez que si ocurren errores deben ser corregidos de inmediato", añadió.
Pero altos funcionarios de la delegación de Rice negaron que ella hubiera admitido un error en el caso de Masri. "No estamos seguros de qué pasó por la cabeza" de Merkel cuando se refirió al asunto, dijo uno de ellos. Rice se negó a hacer comentarios al respecto.
Masri fue liberado en mayo de 2004 luego de considerárselo inocente de las acusaciones. A su vez, el ciudadano alemán demandó a funcionarios estadounidenses por torturas. Está en curso en Alemania una investigación judicial sobre su secuestro y los abusos.
Documentos oficiales de los dos países demuestran que el ex embajador estadounidense en Alemania, Daniel Coats, admitió el año pasado ante el entonces ministerio alemán del Interior, Otto Schily, que la detención de Masri había sido un error.
El abogado de Masri informó a la jefatura del gobierno, al Ministerio de Relaciones Exteriores y al servicio de inteligencia alemán (Bundesnachrichtendienst) que había sido ilegalmente detenido, según esos documentos.
Por lo tanto, el actual ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, también estaba en conocimiento del caso, pues entonces era jefe de gabinete.
Schily se negó a comentar el caso. Pero él no integra más el gobierno, esta vez conformado por los partidos conservadores socialcristianos y el Socialdemócrata. Steinmeier, en cambio, sostuvo que atenderá el asunto.
El ministro será interrogado por un comité parlamentario, en audiencia a puertas cerradas, sobre las razones por las que el gobierno no compartió esa información con la fiscalía, que investigaba los abusos contra Masri.
Al mismo tiempo, la Unión para las Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) presentó el martes una demanda legal por el secuestro de Masri contra el ex director de la CIA, George Tenet, y a la propia agencia.
La controversia pone a prueba la fortaleza de la nueva coalición del gobierno alemán, en funciones desde hace apenas tres semanas. Uno de sus objetivos era enmendar la relación con Estados Unidos, dañada por la oposición de Schroeder y su gabinete a la guerra en Iraq.
Pero Merkel recibe ahora exhortaciones a defender la soberanía alemana, dañada por el caso Masri y el pasaje por cielos y aeropuertos nacionales de aviones con prisioneros ilegales.
El gobierno alemán confirmó el sábado la existencia de una lista de 437 vuelos de la CIA que pasaron por aeropuertos alemanes entre fines de 2001 y mediados de este año.
Se sospecha que algunos de estos aviones transportaron a supuestos terroristas a cárceles clandestinas para ser interrogados.
El secretario general del opositor Partido Liberal Demócrata, Dirk Niebel, afirmó que el gobierno está frente a "un real escándalo" y a "una afrenta contra la soberanía alemana".
Tanto Steinmeier como su sucesor, el verde Joschka Fischer, sabían de los vuelos, según Niebel. "Nadie puede creer que no estuvieran informados", enfatizó el dirigente, quien pidió al gobierno publicar toda la información disponible al respecto. "Los que sigan en silencio serán cómplices", agregó.
La falta de respuestas del gobierno estadounidense sobre los vuelos de la CIA dificulta a Merkel su intención de mejorar las relaciones bilaterales.
Antes de iniciar esta semana su gira europea, Rice declaró que "la guerra contra el terrorismo está desafiando nuestras normas y prácticas", y advirtió que la seguridad de Europa también está en juego en la actitud que se adopte.
"Espero que nuestros aliados reconozcan que cuando divulgamos u ocultamos información de inteligencia, es con mucha frecuencia para salvar vidas europeas", agregó.
El gobierno estadounidense afronta cuestionamientos similares a los alemanes en otros países. La fiscalía de Italia investiga, por ejemplo, el caso del imán (clérigo musulmán chiita) Abu Omar, supuesta víctima de otra "entrega extraordinaria".
Según los investigadores, agentes de la CIA secuestraron a Omar en febrero de 2003 en Milán, lo transportaron a la base militar estadounidense de Ramstein, en Alemania, y luego lo entregaron a las autoridades egipcias.
El secuestro "no fue sólo un crimen serio contra la soberanía italiana y los derechos humanos", sostuvo el fiscal Armando Spataro ante un tribunal en Milán. "También dañó seriamente los esfuerzos antiterroristas en Italia y en Europa."
"De hecho, si Abu Omar no hubiera sido secuestrado, ahora estaría en prisión, sometido a un juicio regular y es posible que hubiera identificado sus cómplices", añadió.
Informes periodísticos aseguran, por otra parte, que al menos dos vuelos militares secretos estadounidenses aterrizaron en aeropuertos militares franceses en 2002 y 2005.
La semana pasada, la presidencia de la UE, actualmente ejercida por Gran Bretaña, solicitó formalmente una "clarificación" de los informes sobre centros de detención clandestinos y el transporte o "entrega" de detenidos por Europa, en posible violación del derecho internacional. (