El gobierno de Brasil decidió avanzar en su alabado programa antisida, al fijar como meta que la transmisión vertical del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) sea inferior a uno por ciento de los casos en el plazo de tres años.
El contagio de bebés por las madres se estima en la actualidad en 3,7 por ciento y responde por 88 por ciento del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) entre niños de hasta 13 años, según datos del Programa Nacional de Enfermedades Transmisibles Sexualmente y Sida (ETS/Sida) del Ministerio de Salud de Brasil.
Entre 1983 y junio de este año se registraron 10.077 casos de contagio vía materna, que se combaten medicando a las embarazadas portadoras, con cuidados en el parto y evitando que las mujeres contagiadas amamanten a sus hijos.
Bajar a casi cero la transmisión vertical, es decir de madres a hijos, "es posible con un pequeño esfuerzo más", ya que el país desarrolló un programa considerado ejemplar de tratamiento de los enfermos, señaló a IPS Maria Thereza Alves da Silva, la monja católica que coordina en Sao Paulo la Casa Vida, donde se acogen niños abandonados por madres portadoras de VIH, causante del sida.
Esta institución humanitaria, creada en 1991, ya recibió cerca de 150 niños y niñas, 14 de los cuales murieron, informó Alves de Silva a IPS. "Muchos son dejados en la misma maternidad por madres pobres y desinformadas", a veces son hijos de consumidores de drogas, con el padre encarcelado. "Aquí ganan cuidados de salud, educación y afecto", acotó.
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Buena parte de los niños logran escapar del contagio, aunque los primeros exámenes los apunten como seropositivos al comprobar la presencia de anticuerpos heredados de la madre. La adopción, principalmente por extranjeros es el destino de algunos de esos menores, la mayoría no tiene contacto con sus padres, incluso porque muchos ya murieron.
La Casa Vida está dividida en Casa 1, que acoge los niños hasta 12 años, y la 2 donde permanecen los portadores de VIH mayores a esa edad. "Uno llegó con pronóstico de sólo dos meses de vida, pero ya tiene nueve años y está en el tercer año de la enseñanza primaria", contó la monja con alegría.
En Brasil, el contagio de niños menores de cinco años ha caído de modo sostenido desde 1998, cuando se registraron 943 casos notificados, para bajar a 703 en 2004 y a 221 en el primer semestre de este año, indicó el ministro de Salud, José Saraiva Felipe, al divulgar este miércoles el Boletín Epidemiológico de Sida y ETS de 2005.
Es el resultado de las acciones de prevención y control iniciadas a mediados de la década del 90, pero aún hay mucho que hacer para alcanzar la meta de transmisión vertical "casi cero" en tres años, reconoció.
El boletín estadístico anual indica que se registraron 371.827 casos de sida en Brasil desde 1980 hasta junio de este año, con una caída en los contagios también entre los adultos jóvenes y consumidores de drogas inyectables, pero ha crecido entre las mujeres de todas las edades y entre hombres mayores de 40 años.
Para lograr una merma en la transmisión vertical se deben intensificar los cuidados en varios aspectos, pero la cuestión clave es el "acceso precoz" de las mujeres embarazadas a los exámenes para diagnosticar a tiempo si son portadoras del VIH, comentó a IPS Débora Fontenelle, médica del hospital universitario Pedro Ernesto, de Río de Janeiro.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) que actúan en el área, como la Asociación Brasileña Interdisciplinaria de Sida (ABIA), denunciaron en los últimos días la extrema lentitud de los diagnósticos en los centros especializados de Río de Janeiro.
A veces la entre de los resultados de los estudios sanitarios demora seis meses, después del parto, y muchas mujeres desisten de ir a retirarlo.
Si la madre no conocer su condición de portadora del virus ya durante el embarazo, y por lo tanto no toma las medidas preventivas adecuadas antes y durante el parto, es mucho más difícil que pueda evitar la transmisión de la enfermedad a su bebé. Mucho más aun cuando la madre se entera de su condición de seropositiva cuando ya amamantó al hijo, observó Fontenelle.
Pero aún en este caso, esta especialista conoció el caso de un niño amamantado durante meses por una mujer portadora que, sin embargo, no se contagió, "por suerte o porque la madre tenia baja carga viral por la infección reciente", explicó.
El Programa ETS/Sida distribuirá 50.000 equipos que permitan realizar exámenes con premura a embarazadas y entrega de los resultados de modo rápido en los estados más pobres del nordeste de Brasil, como parte de la campaña con apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y busca prevenir el sida también entre adolescentes.
Las autoridades calculan que hoy 70 por ciento de las embarazadas se realizan la prueba del VIH, pero el acceso es más limitado en las regiones más empobrecidas del país y alejadas de los grandes centros urbanos, donde también hay menos información sobre el tema.
El problema en Roraima, estado del extremo norte de Brasil, no es tanto la disponibilidad de los exámenes ni la demora del resultado, que sale en "20 a 30 días", sino que muchas mujeres temen el diagnóstico y se niegan a hacerlo, dijo a IPS Sumaia dos Santos Dias, responsable local de prevención y medicamentos del Programa ETS/Sida y una también ella una portadora de VIH.
Aún "subsisten prejuicios, las personas temen la discriminación, en pequeñas ciudades o poblados donde todos se conocen", explicó la también activista de la no gubernamental Asociación de Lucha por la Vida. "Nuestro trabajo es convencer a las mujeres embarazadas a hacer la prueba, pero no podemos forzarlas", precisó.