La tormenta política desatada a raíz del destino del embalsamado cuerpo de Vladímir Lenin no da señales de disiparse. El debate se refiere no sólo al líder de la Revolución Rusa de 1917, sino también al entierro del comunismo soviético.
Quienes más se oponen a la eventual sepultura de los restos de Lenin, aún hoy exhibidos en el mausoleo de la Plaza Roja de Moscú, son las organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda.
En cambio, las fuerzas que se hicieron cargo del Kremlin tras la caída de la Unión Soviética se proponen enterrar el cadáver.
En los últimos tiempos "hubo frecuentes llamados a remover el cuerpo del líder comunista de la Plaza Roja para enterrarlo", admite una declaración conjunta firmada por 18 organizaciones izquierdistas y publicada en una página web del Partido Comunista.
"La figura de Lenin es atacada ferozmente y resulta claro que se trata de una campaña artificial orquestada por intereses políticos", dijo a IPS el dirigente del Partido Comunista ruso Gennady Zyuganov.
La propuesta es "sacrílega e irresponsable", según Zyuganov. "Es, en suma, una provocación, una afrenta a la historia de este país y al sentido común. Con sus manos sucias y sus cabezas ebrias pretenden penetrar en este santuario del Estado."
"El deseo de remover los restos de los muertos es un gran pecado e indicio de una patología mental", agregó. El comunismo, sostuvo, no fue reemplazado por una democracia que funcionara, sino por una "administración totalmente mala de la democracia".
La confusión y el desorden en el Kremlin se propagaron a todo el tejido social, según Zyuganov. "Que el Kremlin empiece a pensar en el reentierro de nuestro gran líder refleja un completo odio hacia el Partido Comunista y sus ideales", advirtió el dirigente.
La intención de construir una nueva democracia dejando atrás el legado del comunismo equivale a destruir la historia, opinó. "Todo es solo porque el nombre de Lenin estaba asociado con décadas de comunismo", dijo.
Vladímir Lenin planificó la revolución bolchevique que derrocó al régimen de los zares en 1917 y fue el arquitecto y primer jefe del Estado soviético.
Lenin creció en el seno de una típica familia provinciana. Su nombre de nacimiento era Vladimir Ilyich Ulyanov. Se destacó en la escuela y siguió estudios de derecho en la Universidad de Kazan, en la centrooriental provincia (hoy república federada) rusa de Tatarstán.
Como estudiante universitario se sintió seducido por el pensamiento radical. Sus ideas se reforzaron tras la ejecución de su hermano mayor, miembro de una organización revolucionaria.
Expulsado de la universidad por motivos políticos, Lenin se las arregló para terminar sus estudios de abogacía como estudiante externo en 1891. Se mudó a San Petersburgo y se convirtió en un revolucionario de tiempo completo.
En 1901 comenzó a utilizar el seudónimo Lenin. Pasó la mayor parte de los primeros 15 años del siglo XX en Europa occidental, y se convirtió en el líder de la facción bolchevique del Partido Ruso de Trabajadores Socialdemócratas. La revolución que encabezó triunfó en 1917.
En 1918 sobrevivió a un intento de asesinato. Su salud resultó afectada y en 1922 sufrió una apoplejía de la que nunca se recuperó totalmente. Falleció el 21 de enero de 1924. Su cadáver fue embalsamado y no enterrado junto al de su madre, tal como él había deseado.
Las incesantes visitas al mausoleo en la Plaza Roja reflejaban el culto que se había forjado en torno de su persona.
Los reclamos para que se retirara el cuerpo de la Plaza comenzaron hace 16 años, cuando el comunismo soviético colapsó y los reformistas quisieron enterrar a Lenin junto con el marxismo-leninismo.
El primer presidente de la Federación Rusa tras la debacle comunista, Boris Yeltsin, dijo que la Plaza Roja "no debe parecer un cementerio" y propuso en 1997 un referéndum para decidir qué hacer con el cuerpo. Pero chocó con la firme oposición del Partido Comunista.
Ahora el asunto debería ser resuelto, dijo a IPS el líder del Partido Demócrata Liberal, Vladimir Zhirinovsky. "Es necesario hacer esto en el plazo de un año".
Zhirinovsky apoya el entierro. "¿Acaso (el zar) Pedro el Grande yace en una cripta? La gente cree que se ha deshecho de las ideas comunistas. Pero imaginen a Hitler yaciendo en el centro de Berlín. ¿Quién creería entonces que los alemanes se deshicieron del nazismo?", preguntó.
Algunos otros piensan que es demasiado temprano para enterrar a Lenin.
"A mi entender, el momento no ha llegado aún", dijo a IPS Alexander Sokolov, portavoz del Ministerio de Cultura. "Esta es una cuestión muy delicada. No pienso que se deba dar un paso precipitado."
"Hay una necesidad de discutir públicamente este problema. Debemos asegurarnos de que todos los que desean hablar lo hagan, y entonces se debería tomar una decisión. Pero ahora es claramente prematuro", señaló.
Sin embargo, opinó, el cadáver de Lenin deberá ser enterrado a su debido tiempo. "Estamos hablando de cosas elementales: la gente muerta debe ser confiada a la tierra. No quiero mencionar ninguna fecha ", añadió.
Una encuesta realizada por el Centro Analítico Yury Levada reveló que 40 por ciento de los rusos consultados opinaba que el otrora "líder del proletariado mundial" debería permanecer en el mausoleo de la Plaza Roja.
Mientras, 36 por ciento creían que su cuerpo debería ser enterrado en San Petersburgo. Quince por ciento propuso darle sepultura cerca de la muralla del Kremlin, mientras que nueve por ciento se mostró indeciso. El país está claramente dividido. (