Miles de serbios alojados en campamentos de refugiados en Bosnia-Herzegovina y Croacia serán «adoptados» por agricultores en Serbia a partir de este mes.
Las primeras ceremonias de repatriación se celebrarán en la septentrional municipalidad serbia de Bac, en la provincia de Vojvodina.
Miles de serbios viven en Croacia y en Bosnia-Herzegovina en los denominados "centros colectivos" —de hecho, campamentos de refugiados—, muchos hace hasta 10 años, cuando esos países se separaron de la antigua Yugoslavia, dominada por Serbia.
La iniciativa de la flamante Oficina Popular de la presidencia de Serbia tiene en cuenta que, los refugiados necesitan un hogar en su patria y, al mismo tiempo, muchos agricultores ancianos necesitan a alguien que se haga cargo de sus predios y de su cuidado personal.
"Después de apreciar algunas estadísticas e investigaciones, concluimos que la idea podría beneficiar a ambas partes: a los ancianos campesinos que viven solos y necesitan cuidado, y a los refugiados serbios, sin hogar y sin trabajo", dijo a IPS Vladimir Pesic, de la Oficina Popular.
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Unos 12.000 serbios, serbobosnios y serbocroatas viven en 130 centros colectivos. Se trata de antiguos campamentos de refugiados en ruinas, cuarteles o construcciones abandonadas y recintos deportivos de provincia.
"En los últimos 10 años, la población de los centros colectivos no ha podido encontrar soluciones y sobrevivir por sus propios medios", dijo a IPS Gordana Logar, de la agencia de investigaciones Strategic Marketing, de Belgrado.
"Están desesperados. La mayoría de ellos dependen de una ayuda estatal que nunca llega. Son muy vulnerables: madres y padres solos, niñas y niños nacidos o criados en esos campamentos, viudos, huérfanos", agregó.
Durante las guerras de secesión que fracturaron la antigua Yugoslavia en los años 90, más de 600.000 miembros de la minoría serbia de Croacia y Bosnia-Herzegovina huyeron a Serbia.
Pero el régimen del entonces hombre fuerte de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, arrastró a muchos serbios en esos territorios a la lucha contra la secesión.
Después de la guerra, Belgrado no se preocupó por esos serbios. Muchos, incluso, emigraron a terceros países porque no podían sobrevivir en las condiciones en que quedaron luego de la guerra, encerrados en países contra los que habían luchado.
La situación no mejoró mucho hace cinco años, cuando cayó el régimen de Milosevic.
Pero la iniciativa de la Oficina Popular al menos busca una salida. La mitad de los serbios en los campamentos de refugiados, muchos de los cuales eran campesinos en Bosnia-Herzegovina y Croacia, aseguran que quieren cultivar las tierras de los serbios ancianos.
Un estudio indica que 20 por ciento de los 600 hogares de ancianos en poblados serbios encuestados estaban dispuestos a acoger a refugiados serbios.
"No parece mucho, pero sería un paso en la dirección correcta", dijo Logar a IPS. "Imagine cuántas madres solas, viudas, podrían criar a sus hijos e hijas en un entorno normal y no en las condiciones infrahumanas de los centros colectivos, donde hasta el agua escasea."
Según el censo de 2002, casi 28 por ciento de los 7,5 millones de habitantes de Serbia tenían entonces más de 65 años. La mayoría de los ancianos viven en localidades prácticamente despobladas. Y la mayoría de los jóvenes que residían en esas áreas emigraron a las ciudades o al exterior.
Después de las 250.000 muertes, la gran tragedia de las guerras en los Balcanes fue la de millones de personas obligadas a huir de sus hogares.
Cuando acabó el conflicto, en 1995, casi tres millones no residían más en los lugares donde vivían antes de su inicio. Entonces, Yugoslavia tenía 24 millones de habitantes.
Croacia, con 4,4 millones de habitantes, tiene el mejor rendimiento en materia de reasentamiento de refugiados, al menos en los números.
La Cruz Roja de ese país informó el mes pasado que 374.347 refugiados y desplazados internos habían regresado a los sitios donde vivían antes de la guerra. De ese total, 240.726 eran croatas desalojados de áreas bajo control serbio entre 1991 y 1995.
La Cruz Roja croata asegura que unos 133.000 de los 250.000 serbocroatas que abandonaron el país regresaron luego del fin de la guerra en 1995. Esa cifra ya es más discutible.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa (OSCE) afirman que ese número corresponde a los serbobosnios que fueron a Croacia para renovar sus documentos y regularizar sus propiedades.
Los restantes repatriados pertenecen, según la estadística de la Cruz Roja croata, a grupos étnicos como húngaros y otras minorías, a quienes las guerras desarraigaron.
La situación en Bosnia-Herzegovina es muy diferente. En cierto momento de la guerra, 2,2 millones de sus 4,2 millones de habitantes de entonces habían abandonado el país o se habían trasladado a áreas bajo control de sus grupos étnicos (bosnios, serbobosnios o croatas).
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) calculó que apenas 800.000 retornaron a lugares a los que consideran suyos. Y en la mayoría de los casos no son sus hogares originales, sino el área en que los que cada etnia en cuestión prevaleció después de la guerra.
Bosnia-Herzegovina es el único país de la antigua Yugoslavia donde no se ha celebrado un censo después de las guerras. La población se estima entre dos y tres millones de habitantes, más cerca de los dos millones que de los tres millones.
"El censo es una cuestión controvertida", dijo a IPS un alto funcionario bosnio. "Demostraría que Bosnia-Herzegovina no se ha convertido en diez años en el país que prometimos."