Diseños antisísmicos, reutilización de escombros y autoconstrucción son alternativas de técnicos pakistaníes a los lentos planes oficiales para erigir cientos de miles de viviendas que fueron arrasadas por el terremoto del 8 de octubre.
La mayor preocupación de Aqeel Bilgrami, uno de los arquitectos más conocidos de Pakistán, es que el gobierno se deje llevar por quienes intentan a toda costa hacer dinero con la reconstrucción, usando materiales y técnicas inapropiadas.
Bilgrami critica la preferencia oficial dado a los sistemas de construcción prefabricada, "una idea ridícula" que puede funcionar para levantar rápidamente hospitales y escuelas provisorias, pero nunca para la descomunal tarea de erigir unas 400.000 viviendas destruidas.
"La prefabricación es impracticable, en tanto no habrá materiales disponibles en la zona, no puede incrementarse según las necesidades y, una vez que los donantes se vayan, ¿cómo se sostendrá esto?", preguntó.
Más de 80.000 personas murieron y otras tantas fueron heridas por el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter que devastó el norte de Pakistán, en particular la zona de la Cachemira administrada por este país y la vecina Provincia de la Frontera Noroccidental. Más de tres millones de sobrevivientes quedaron sin hogar.
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Como presidente del Instituto de Arquitectos de Pakistán, Bilgrami pudo reunir a un equipo de colegas e ingenieros, algunos de ellos con experiencia en diseño de viviendas antisísmicas en las áreas septentrionales del país, y obtuvo cuatro tipologías de viviendas y técnicas de construcción.
"El terreno tiene tales características que no es posible diseñar sólo un tipo de casa. En ciudades como Balakot y Muzaffarabad, a las que se puede acceder por carretera, podemos usar hormigón armado, cemento y acero, con diseños adecuados para edificios gubernamentales, escuelas y hospitales", explicó.
Para residencias, el grupo prevé un diseño simple que emplee hormigón armado, mientras que las viviendas en áreas montañosas y poco accesibles pueden incluir cualquier material disponible, inclusive lo que sea rescatado de los restos edilicios. "Los escombros deben ser reutilizados y, si es posible, el acero y el cemento pueden ser usados para vigas y columnas", opinó. Para las remotas aldeas de las montañas, a las que sólo se puede llegar a pie, Bilgrami propone "material autóctono de bloques de tierra compactos, con refuerzo de madera y mallas de alambre, que es fácil de transportar y, si es posible, cal o cemento para fortalecer la tierra".
"Tenemos los diseños prontos. Ojalá podamos presentarlos a los responsables de la reconstrucción", dijo Bilgrami. "Debemos exponer (a las autoridades) que nuestros diseños son prácticos, aplicables, replicables y económicos. Estas cuatro importantes palabras encierran la esencia de nuestros diseños".
"Expertos de todo el mundo mostraron un inmenso interés y están haciendo su aporte, por el cual estamos inmensamente agradecidos. Pero pienso que estamos bastante bien en lo concerniente a nuestra propia pericia", añadió.
Arif Hasan, otro renombrado arquitecto y urbanista, también tiene soluciones simples de bajo costo, que incluyen material y talento locales. "Todo lo que se necesita es concebir viviendas simples, a prueba de terremotos, usando los mismos materiales que tradicionalmente son empleados en estos hogares".
Hasan se refiere a un manual de diseño que puede ser distribuido a cualquiera que esté interesado en trabajar en refugios. "Aun si hacemos una estimación conservadora de un tercio de hogares arrasados, necesitamos construir unas 250.000 viviendas". También es necesario examinar aquellas que puedan ser reparadas.
Tanto Bilgrami como Hasan enfatizaron en la participación de los destinatarios. "Esto debe basarse en la autoconstrucción. Los hombres de la zona tendrán que involucrarse. A cambio, adquirirán conocimientos y técnicas que pueden aplicar cuando los necesiten", afirmaron.
Hasan propuso pagar a las comunidades para remover los escombros, ayudando a solucionar la enorme necesidad de salarios.
"El gobierno puede proveer herramientas y pagar jornales, pues las topadoras y la maquinaria pesada no pueden llegar a todas las áreas", dijo. También afirmó que la reconstrucción puede continuar hasta mediados de enero en la vasta mayoría de las zonas afectadas. "Son las áreas montañosas las que tendrán que esperar" hasta después del invierno, señaló.
El gobierno debe otorgar subsidios y "proveer de láminas de hojalata, material aislante y varillas y barras de hierro para los cimientos. El resto del trabajo de albañilería puede ser realizado por la población local, que tendrá que buscar en los escombros chapas, ventanas y puertas y volver a usarlas", dijo Hasan.
La autoconstrucción es una estrategia que encuentra eco en agencias internacionales, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Medialuna Roja, que comenzaron a brindar equipamiento para reparar viviendas y refugios a los sobrevivientes.
"Por lo menos dos equipos de expertos están en los remotos valles del distrito de Muzaffarabad. Ellos realizarán una evaluación y, si las comunidades están de acuerdo, mediante teléfonos satelitales organizarán la entrega de material para refugios en el área", dijo la semana pasada el director del programa de refugios de emergencia de la OIM en Pakistán, Chris Lom.
El equipo de reparación de refugios de la OIM incluye techos de láminas de hierro, láminas de plástico, martillos, clavos, palas, picos, sierras, cocinas, mantas, colchones, utensilios para cocinar y vestimenta infantil.
Esta iniciativa comprende la distribución de unos 600 equipos para refugios producidos localmente en forma experimental, principalmente para aldeas remotas que, si resultan exitosos, se extenderán, siempre y cuando se superen los obstáculos financieros y de licitaciones para la compra de materiales.
Un diseño de vivienda que concita atención se basa en la tecnología Calearth, todavía nueva en Pakistán. Los arquitectos nacionales, aunque no están totalmente convencidos, se muestran impresionados por esta técnica constructiva que pasó las pruebas requeridas por los estrictos códigos del occidental estado estadounidense de California para la construcción en zonas sísmicas.
Concebida por Nader Khalili, un arquitecto iraní que reside en California, la técnica Calearth se basa sobre el "superadobe", bolsas de arena rellenas con una mezcla de cemento y adobe (barro) y reforzadas con una red de alambre de púas. Estas formas tubulares de arena son echadas una sobre la otra para formar las paredes, sin necesidad de conocimientos complejos de ingeniería.
Si bien las viviendas así construidas se parecen más a un iglú que a los tradicionales hogares de piedra y madera de las aldeas, su costo es apenas el doble del de una tienda de campaña. Y, a diferencia de las tiendas, las casas Calearth no son soluciones temporarias, sino habitaciones permanentes de bajo costo y rápida construcción.
"Sólo tengo una objeción. Las viviendas deben ser aceptables para quienes van a vivir en ellas, y se deben comprender las pautas sociales", dijo Bilgrami.
La Citizen's Foundation, una organización de voluntarios conocida por establecer escuelas en todo Pakistán, planifica construir 5.000 viviendas a prueba de terremotos, cada una a un costo de 6.000 dólares, y solicitó a Bilgrami que realizara los diseños.
El grupo de periódicos The Dawn lanzó la propuesta de reconstrucción "Adopte una aldea", publicitada por ingenieros, arquitectos y urbanistas. A los graduados y técnicos que quieran desempeñarse como voluntarios se les dará transporte, comida y alojamiento gratuitos.
"La tarea es colosal. El gobierno tiene que comenzar la reconstrucción pronto, porque si no lo hace, las personas empezarán por su cuenta. Y lo que construyan puede no ser efectivo ni a prueba de terremotos", advirtió Bilgrami.
Con la cercanía del invierno y el ritmo de reconstrucción muy lento, los desplazados han comenzado a retornar a pie a sus pueblos y ciudades, exprimiendo recursos que ya eran limitados.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que 3,2 millones de personas de 15.000 aldeas en un área de 77.700 kilómetros cuadrados necesitan refugio, y admite que las tiendas de campaña no serán suficientes.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) está ayudando a administrar las seis ciudades de tiendas erigidas dentro de Muzaffarabad, así como en tres aldeas en el valle de Jhelum.
"Se trata de asegurarse de que las personas que viven en estos campamentos reciban los servicios básicos. Muchos de estos campamentos fueron espontáneos y comenzaron sin nada", dijo Christine Neveu, funcionaria de Acnur.
"La dificultad aumentará a medida que más y más personas bajen de las montañas", señaló Neveu. "Si no logran erigir ningún tipo de refugio pronto, la llegada de la nieve las hará bajar", advirtió.
El ejército paquistaní estima que más de 100.000 habitantes de zonas altas necesitarán mudarse a los campamentos de los valles antes de que llegue el invierno, a mediados de noviembre.