Centenares de personas marcharon por las calles de Guatemala este viernes, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y pintaron equis en fachadas de sedes judiciales y de organismos de seguridad ante el imparable aumento de los asesinatos.
"En Guatemala se perpetran 14 o 15 asesinatos por día en promedio", aseguró a IPS el procurador de Derechos Humanos, Sergio Morales, y sólo en los que va de este año suman 560 los casos de muerte violenta de mujeres, y ninguna condena.
"Desde 2001 hasta hoy, este fenómeno ha crecido cuantitativamente y cualitativamente, pues va acompañado de una violencia directa que aumenta su sufrimiento", mientras que los hombres son asesinados casi siempre por armas de fuego", detalló.
Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil hacen hincapié sobre los magros resultados que arroja la justicia a la hora de investigar los hechos de violencia.
"Hay un retroceso en cuanto a los derechos de las mujeres, no sólo los asesinatos que son la expresión más brutal, sino todos los tipos de violencia contra ellas, que el Estado justifica y tolera, lo cual hace que siga en aumento", señaló a IPS Andrea Barrios, de la Comisión de Apoyo Legal en Derechos Humanos (CALDH) y de la Coordinadora 25 de Noviembre, que agrupa a más de 30 organizaciones.
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Morales apuntó que, "desafortunadamente, nuestro sistema de justicia no ha sido capaz de procesar y sancionar a los responsables o autores de los más de 1.600 asesinatos de mujeres en los últimos cuatro años".
Según una declaración del Fiscal de los Delitos contra la Vida, "de 2.400 casos que llevaba, sólo estaba investigando 40", aseguró.
El informe titulado "Guatemala: Ni protección ni justicia. Homicidios de mujeres en Guatemala", presentado por la organización humanitaria Amnistía Internacional en junio, indica que el incremento alarmante de la cifra de muertes se suma a la impunidad, las debilidades en la legislación y una tradición machista impuesta en la sociedad.
En vísperas del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Amnistía convocó a marchas de protesta frente a las embajadas guatemaltecas en Ecuador, Argentina, Uruguay, Venezuela, Perú, Chile y México.
Con esta actividad, el grupo defensor de los derechos humanos con sede en Londres quiso llamar la atención acerca de la constante agresión que sufren las mujeres en Guatemala, ubicada entre los casos más críticos de América Latina y el Caribe.
En los últimos tres años, la cantidad de homicidios de mujeres pasó de 383 en 2003 a 527 en 2004 y 560 en lo que va de este año. Las estadísticas de la Policía Nacional Civil señalan que el 33 por ciento de las víctimas fatales tenía alguna relación familiar con el victimario, lo cual pone el énfasis en el trágico problema de la violencia doméstica.
Las autoridades sostienen que la proliferación de pandillas juveniles, llamadas "maras" en América Central, también está estrechamente relacionada con los atroces crímenes contra mujeres, cuyos cadáveres muchas veces son encontrados con señales de tortura o mutilados.
Pero tanto Barrios como Morales coinciden en que las maras son un factor presente en la violencia, aunque no el más importante.
Explican que, por ejemplo, las maras no trasladan los cuerpos de sus víctimas una vez asesinadas, tampoco torturan, explicó Morales.
Para cometer ese tipo de acciones se necesita toda una logística de la cual carecen los pandilleros, "pero el gobierno usa la excusa de las maras para distraer la responsabilidad que no cumple", puntualizó Barrios.
Ambos activistas insisten en denunciar la existencia de otros actores criminales que sí tienen aceitado un proceso de selección y un mensaje de terror que utilizan para lograr sus fines, que básicamente son mantener a una sociedad atemorizada para garantizar la impunidad de sus actos. Es el caso de los grupos de exterminio militares y paramilitares que actuaron en la guerra civil de Guatemala.
Las mujeres fueron el principal blanco de la represión en el conflicto que de 36 años que finalizó con los acuerdos de paz entre las Fuerzas Armadas y la guerrilla izquierdista en 1996.
Las mujeres fueron violadas, mutiladas y torturadas por esas fuerzas de choque del Estado, con métodos similares a los que se emplean ahora, manifestó Barrios.
Las organizaciones denuncian que ya se ha llegado a igual cantidad de asesinatos de mujeres que durante la guerra. La Comisión de Esclarecimiento Histórico indicó que por cada cuatro hombres asesinados también moría una mujer, y esa es la misma cifra que el gobierno ha suministrado en los últimos días.
Los acuerdos de paz establecieron compromisos específicas de defensa de la mujer, dijo la activista de CALDH.
Por eso, "queremos que el Estado cumpla con su responsabilidad, ya que ratificó la Convención para Prevenir, Erradicar y Sancionar la Violencia en Contra de las Mujeres y los convenios internacionales son superiores a la legislación nacional donde todavía tenemos algunos vacíos", añadió..
A su vez, la psicóloga Vilma Ovalle, de la Asociación Mujer Vamos Adelante, destacó la impunidad en los crímenes contra mujeres como el primordial factor para que este fenómeno haya aumentado en los últimos años.
Existe una tendencia a estigmatizar a las víctimas como pertenecientes a las maras o que son trabajadoras sexuales para distraer la responsabilidad en cuanto a esclarecimiento de las verdaderas causas de esos asesinatos, sostuvo.
"Aunque vemos con algún pesimismo esta situación por el deterioro general del tejido social, hay avances en cuanto a que existen más organizaciones y fortalecimiento hacia las mujeres para que denuncien estos crímenes", dijo Ovalle.
La diputada y ex guerrillera de la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca Alba Estela Maldonado encabeza una comisión de gira por Europa que ha llamado la atención de la grave situación de la violencia contra las mujeres en su país.
En su libro "Feminicidio en Guatemala. Crímenes contra la humanidad", Maldonado expone las debilidades institucionales y las dolorosas cifras que padecen las mujeres guatemaltecas.