Si Irán desarrollara armas nucleares, su capacidad de disuasión sería muy limitada, pues sería incapaz de lanzar un segundo ataque dada la dimensión potencial de ese arsenal, según admitió un experto afín al régimen islámico.
Las diferencias sobre el programa nuclear de Irán entre los gobiernos que integran la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) siguen siendo profundas antes de la reunión de realizarán este jueves en Viena.
La AIEA, agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), debe considerar si el incumplimiento por parte de Irán de las normas de la agencia debe ser motivo para llevar esta cuestión ante el Consejo de Seguridad de ese organismo internacional.
Representantes de gobiernos y expertos trataron de exponer sus diferencias al respecto en la reunión celebrada en Helsinki por el Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales bajo la consigna "Solucionando el problema nuclear iraní".
El problema clave es si el programa de energía atómica de Irán se orientado o no al desarrollo de armas nucleares.
Gran parte de la discusión se centra en el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) de 1970, que, según recuerda Irán en cada foro en que se considera el asunto, permite a los países signatarios desarrollar programas de energía atómica con fines pacíficos.
A su vez, Irán recibe presiones de diversos gobiernos occidentales para que abra sus instalaciones nucleares a la inspección de la AIEA.
Desde 2003, tres potencias europeas conocidas como las 3-UE —Gran Bretaña, Francia y Alemania— intentan persuadir a Irán para que sea más transparente al escrutinio de la agencia.
La presión más firme correspondió, sin embargo, a Estados Unidos, que ubica a Irán en el "eje del mal" junto con Siria y el Iraq de Saddam Hussein, y que lo ha calificado de nación patrocinante del terrorismo.
Peter Jenkins, representante británico en la AIEA, dijo en Helsinki que el artículo 4 del TNP, que garantiza el derecho de los estados a desarrollar la energía nuclear, "no puede y no debe ser interpretado en forma aislada" del resto del tratado, pues nunca fue pensado "como opuesto al objetivo de la no proliferación", dijo.
"De lo anterior se desprende que el derecho que otorga el artículo 4 a un estado que, a través de su propia acción, pone en duda su compromiso con el objetivo de la no proliferación, está en riesgo hasta el momento en que la confianza en su compromiso con la no proliferación sea restablecido", dijo Jenkins.
Irán insiste en que desea desarrollar la capacidad de producir materiales físiles para ser autosuficiente en materia de energía atómica.
La semana pasada, Irán reanudó sus actividades de enriquecimiento de uranio en su planta de la central localidad de Isfahan, pese a una directiva de la AIEA del 24 de septiembre según la cual debía detener todas las actividades de su programa nuclear.
El director del Instituto de Política y Estudios Internacionales de Teherán, Mostafa Zahrani, señaló las profundas diferencias de percepción entre Irán y Occidente. La propia idea de "comunidad internacional", dijo, es "etnocéntricamente occidental" a los ojos iraníes y "nadie la compra en el mundo islámico".
Zahrani subrayó que, mientras que Irán firmó el TNP, Israel, que es una potencia nuclear no declarada, no lo hizo. Y preguntó por qué ahora es tan importante que Irán respete el TNP al pie de la letra pero nadie parece culpar a Israel por no suscribirlo.
Ciudadanos del mundo árabe, en especial de Egipto, "nos alientan a adquirir armas nucleares", dijo. Irán ve a Estados Unidos e Israel como las principales amenazas a su seguridad.
Pero Zahrani señaló el limitado potencial de una bomba atómica iraní: según él, nunca sería capaz de un segundo ataque.
La razón por la que Irán no ha permitido el ingreso de inspectores de la AIEA es que estaba aislado y necesitaba sobrevivir, agregó.
Zahrani advirtió a la comunidad internacional que no intente presionar demasiado a Irán amenazando con el uso de la fuerza. Y dijo que hay "poderes" dentro de Irán a los que les gustaría ver un incremento en las tensiones.
Pero ¿cuál es el camino para salir del estancamiento?
"Uno tiene que conocer al pueblo iraní", dijo Zahrani. El presidente Mahmoud Ahmadinejad, que irritó varias veces a Occidente desde que asumió el poder en junio, fue electo democráticamente. Occidente está en colisión con el pueblo iraní y no sólo con su presidente, opinó Zahrani.
"Lo que el pueblo quiere es desarrollar tecnología, y no confiar en la comunidad internacional, que antes aisló y sancionó a Irán", afirmó.
George Perkovich, del Carnegie Endowment for International Peace, con sede en Washington, atribuyó parte del conflicto a las ambigüedades del TNP, que "nunca definió qué era un arma nuclear", dijo.
La AIEA está encargada de verificar que la tecnología nuclear se utilice solamente para fines pacíficos, pero no tiene acceso a sitios militares, señaló.
Perkovich dijo que la reunión de la AIEA de esta semana estará marcada por el hecho de que "uno no puede pretender nada más que esto no sea informado al Consejo de Seguridad".
Estados Unidos espera que el Consejo de Seguridad imponga sanciones a Irán.
En su reunión del 24 de septiembre, la AIEA rompió su habitual búsqueda de consenso y votó sobre si debería o no considerar remitir a Irán al Consejo de Seguridad.
De los 35 miembros de la AIEA, 22 votaron en apoyo a esta medida, Venezuela lo hizo en contra y 12 se abstuvieron, entre ellos China y Rusia, que pueden emplear su derecho a veto contra cualquier sanción que se proponga en el Consejo de Seguridad. ***** +Energía – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/energia/index.asp) +Agencia Internacional de Energía Atómica, en inglés (http://www.iaea.org/) (FIN/IPS/traen-gr-js-mj/ms-ss/nr ip/05)