Al comprar la compañía canadiense PetroKazakhstan Inc., China dio otro paso hacia la reducción de su dependencia del petróleo de Medio Oriente y su afianzamiento en Asia Central, bajo cuyo subsuelo descansa una de las grandes reservas mundiales de crudo.
La operación, completada el 26 de octubre tras la derrota de grandes compañías occidentales en la puja, fortalece a China en el mercado mundial, luego de varios traspiés en la febril competencia por recursos energéticos para alimentar su voraz economía.
La compañía estatal China National Petroleum Corp. (CNPC), que ganó el contrato por la adquisición de PetroKazakhstan el 26 de octubre, es la mayor firma petrolera del país, con una presencia significativa en otras 20 naciones.
Sudán era, hasta ahora, el único país que le había concedido a la CNPC la facultad de controlar todos los procesos del sector petrolero, desde la exploración y extracción del crudo hasta el mercadeo del combustible, pasando por el depósito, el transporte y el refinación.
Para China, concretar un acuerdo de la misma naturaleza con Kazajstán es un sueño hecho realidad, dijo Pang Changwei, investigador de estrategias energéticas en la Universidad del Petróleo en Beijing.
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"Kazajstán es un país vecino y amigo, con un gran potencial petrolero, donde el riesgo político para nuestras compañías es mucho menor que en Sudán", explicó.
Este país de Asia central es el segundo proveedor de petrolero de China en el extranjero después de Sudán. El éxito de las compañías chinas del sector ha insumido años de trabajo y maniobras políticas.
En los 13 años transcurridos desde el colapso de la Unión Soviética, China realizó grandes esfuerzos por construir vínculos energéticos con las repúblicas de Asia central, pero relativamente infructuosos.
Casi todo el petróleo y el gas de Asia central continúan fluyendo hacia Occidente, Europa o hacia el norte, rumbo a Rusia, siguiendo la ruta de los oleoductos y gasoductos construidos durante la era soviética.
Aún ahora, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán y Kirgistán dependen económica y militarmente de Rusia, mientras China intentaba, con cierto éxito, un acuerdo de seguridad alternativo a través de la Organización de Cooperación de Shanghai.
Esta alianza, creada en 2001 con el limitado objetivo de promover la cooperación entre China, Rusia y las repúblicas de Asia central otrora integrantes de la Unión Soviética, evolucionó hacia un bloque regional de seguridad.
Tanto Beijing como Moscú consideran a la Organización de Cooperación de Shangai un mecanismo para contrarrestar la influencia de Estados Unidos en la región.
Pero Beijing sólo pudo explotar económicamente el vínculo diplomático con un país de Asia central: Kazajstán. Los acercamientos fructificaron con la construcción de un oleoducto de 3.000 kilómetros a un costo de 3.000 millones de dólares, con boca de salida en la noroccidental provincia china de Xinjiang.
La primera fase del proyecto, acordado en 1997, concluirá a fines de este año. Entonces, tres refinerías de Xinjiang podrán recibir 200 billones de barriles de crudo diarios procedentes de la localidad central kazaja de Atasu.
China también adquirió 60 por ciento de Aktobemunaigaz, la compañía petrolera estatal de Kazajstán, luego de comprometerse a realizar importantes inversiones para los próximos 20 años.
La CNPC afrontó una dura competencia de grandes petroleras como las estadounidenses Chevron y Exxon Mobil y la británico-holandesa Shell, que han operado exitosamente en el país durante muchos años.
Analistas creen que la compra de PetroKazakhstan intensificará la rivalidad por los recursos energéticos en el área del mar Caspio.
"A medida que crezca la demanda china de energía, las grandes compañías y las economías de mayor consumo interpondrán más obstáculos en el camino de China hacia la adquisición de firmas petroleras extranjeras", opinó Liu Ming, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales.
La licitación por PetroKazakhstan ilustra lo que está por venir. Aunque China presentó en agosto la mejor oferta en la puja por todas las operaciones de la firma en Kazajstán, CNPC debió superar varios obstáculos para asegurarse el acuerdo.
Al ofrecer 4.180 millones de dólares por las acciones de PetroKazakhstan, la CNPC venció la apuesta conjunta de dos empresas indias: el grupo Mittal y la Corporación de Petróleo y Gas Natural, principal firma estatal del sector en India.
Pero para convencer al gobierno de Kazajstán de concretar la operación, la CNPC debió acceder a la venta de 33 por ciento de las acciones de PetroKazakhstan a la firma estatal kazaja KazMunaiGaz por unos 1.400 millones de dólares.
China también logró esquivar maniobras de último momento de la empresa rusa Lukoil para bloquear la compra.
Este éxito de los operadores petroleros chinos contrasta con el fracaso en el intento por comprar la compañía estadounidense Unocal, bloqueada por la fuerte oposición manifestada por miembros del Congreso legislativo en Washington.
"El acuerdo por PetroKazakhstan demuestra la importancia de la buena diplomacia y la cooperación", dijo Liu Ming, en alusión a los esfuerzos de China por construir alianzas estratégicas con las repúblicas de Asia central.
China tuvo mucho menos suerte en Uzbekistán, aunque en mayo su presidente, Islam Karimov, firmó un acuerdo bilateral de cooperación en su cuarta visita a China.
El convenio implica la fundación de una empresa conjunta constituida por la CNPC y una firma estatal uzbeka, a través de la cual se canalizarán inversiones por 600 millones de dólares hacia los campos petroleros de ese país de Asia central.
Pero pasará mucho tiempo antes de que Beijing pueda cosechar algún aporte significativo a sus necesidades energéticas como consecuencia de este acuerdo.
China también realizó algunas pequeñas inversiones en Turkmenistán, al hacerse cargo de la modernización de una refinería y de algunos pozos en el campo de Shatlyk. También intentó acordar la construcción de un oleoducto desde ese país hacia Xinjiang, hasta ahora sin éxito.
Kazajstán podría producir 20 millones de toneladas de crudo al año, apenas cinco por ciento de las necesidades de importación proyectadas por China.
Hoy, 58 por ciento de las importaciones de petróleo de China proceden de Medio Oriente. La Agencia Internacional de Energía pronosticó que para 2015 China importará al menos 70 por ciento de su petróleo de esa conflictiva región.