En una escuela de Santiago de Chile se decidió prohibir a los estudiantes que hicieran sus trabajos en computadoras. «Los niños bajan material de Internet y lo presentan sin modificaciones. Ni siquiera lo leen. Ahora tienen que escribirlos manualmente para que se den el tiempo de leerlos», explicó a IPS la profesora Josefina Arriagada.
El colegio Jaime Eyzaguirre, que atiende a niñas y niños de estratos medios y bajos en el municipio de Recoleta, ilustra uno de los tantos desafíos de introducir la enseñanza de las TIC, sigla que remite a las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones, acuñada por la expansión de la informática y de Internet, la red mundial de computadoras, en los últimos 20 años.
"Las TIC no constituyen un medio más, un soporte más, sino que vienen a remover las bases mismas de los procesos de aprendizaje y del lugar que el conocimiento tiene en la sociedad contemporánea", según el educador chileno Emilio Gautier, coordinador de una investigación basada sobre estudios de casos en ocho países latinoamericanos.
La aplicación de las tecnologías de la informática y las telecomunicaciones en la enseñanza es uno de los asuntos centrales en la agenda de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuya segunda fase se inició este miércoles en Túnez.
El estudio que coordinó Gautier fue organizado en 2004 y publicado este año por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (Orealc) de la Unesco y abarcó experiencias de formación de docentes y uso de las TIC en la educación en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Paraguay y Perú.
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"Un docente que no maneje las tecnologías de la información y la comunicación está en clara desventaja con relación a los alumnos. La tecnología avanza en la vida cotidiana más rápido que en las escuelas, inclusive en zonas alejadas y pobres con servicios básicos deficitarios", señaló Ana Luiza Machado, directora de Orealc.
La alta funcionaria de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), advirtió que desafortunadamente la sociedad moderna ha sido incapaz de imprimir a los cambios en la educación el mismo ritmo al que marchan las innovaciones en el campo de las TIC.
"Los niños utilizan Internet, pero fuera del colegio, por ejemplo en tareas que les doy para que ellos investiguen", dijo a IPS Lucy Lagos (45 años), profesora de cuarto grado de enseñanza básica en Santa Teresa, una escuela particular con subvención estatal de Quilicura, municipio del sector norte de Santiago.
Lagos explicó que en su establecimiento hay una sala con 20 computadoras para los estudiantes y otras tres para los maestros, pero sin conexión a Internet, la cual se obtendrá cuando el colegio se integre plenamente a la red Enlaces, un programa del Ministerio de Educación cuya meta es aplicar las nuevas tecnologías a todo el sistema de educación básica y media.
Enlaces, iniciado en 1992 y en el cual participan hoy unos 100.000 maestros de todo Chile, es una de las experiencias estudiadas en la investigación de la Orealc, que en el caso de este país abarcó también proyectos universitarios de educación a distancia y de formación de maestros de enseñanza básica en el uso de las nuevas tecnologías.
En Bolivia, el Ministerio de Educación suma a un programa de gestión y dirección de núcleos educativos un proyecto de aprendizaje sustentado en la radiodifusión interactiva, orientado al cuidado de la salud.
En Colombia hay otros tres programas, que incluyen una maestría universitaria en TIC, la incorporación de éstas a la enseñanza de matemáticas y una escuela virtual en el departamento de Caldas, apoyada por los productores de café.
Maestr@s.com se denomina el proyecto del Ministerio de Educación de Ecuador, donde el gobierno provincial de Pichincha (Quito) promueve la incorporación a la escuela de la informática e Internet y la capacitación de profesores con el programa Edufuturo.
La Orealc estudió asimismo las experiencias del Diplomado en Educación para los Medios a Distancia, en México, y del Programa Educador del Siglo XXI de Panamá, apoyado por una fundación privada.
En Paraguay, el Instituto Superior de Educación "Doctor Raúl Peña" lleva a cabo un plan piloto de formación docente en las TIC, que se imparte al mismo nivel en castellano y guaraní. También con una impronta bilingüe y orientado a escuelas rurales e indígenas está el programa Ñañemoarandúke (Aprendamos Juntos) para profesores no titulados.
En ese país existe también el proyecto Web Escuela, de la no gubernamental organización Paideia.
El elenco de experiencias estudiadas por Orealc se completa en Perú con el Proyecto Especial de Educación a Distancia de la Universidad Católica y el Proyecto Huascarán, también de educación a distancia, del Ministerio de Educación.
Gautier, director de educación a distancia de la privada Universidad Arcis (Artes y Ciencias Sociales) de Chile, destaca en los comentarios de la investigación que prácticamente todas las experiencias latinoamericanas que vinculan TIC y enseñanza se llevan a cabo en un esquema asociativo que supera "las barreras entre lo público y lo privado".
"En varias de ellas vemos colaborar organismos públicos con empresas privadas. También vemos converger a organizaciones gremiales o sociales con grupos profesionales. En síntesis, hay un esfuerzo de articulación de diferentes actores", señaló el experto.
"En esta dirección se destaca la experiencia de maestr@s.com del Ecuador, en donde participan el Ministerio de Educación, las empresas privadas como abastecedores de equipos, el gremio de maestros, las universidades y unidades escolares", apuntó Gautier.
La investigación demuestra que hay un esfuerzo de sintonizar la formación docente a las nuevas necesidades educativas de la sociedad de la información y que en este ámbito se apunta a favorecer la igualdad de oportunidades, en una región donde la conectividad a Internet refleja, y a la vez provoca, inequidades sociales y económicas.
Un desafío importante es la innovación, concepto permanentemente asociado a las TIC, que en materia de educación implica actualizar el diseño y la gestión de los proyectos, generar la producción de materiales educativos con distintos soportes y, sobre todo, innovar en la didáctica.
Al contrario de la visión de la profesora Arriagada, que culpa a Internet de la pérdida del hábito de la lectura, Ana María Quezada, de 50 años, maestra de una escuela básica municipal en la comuna de Maipú, en el poniente de Santiago, utiliza programas informáticos en disco digital en sus clases.
"Mis alumnos trabajan con el programa Abracadabra para aprender a hablar y escribir y también con programas 'súper matemáticos'. Los trabajos que antes presentaban escritos a mano, ahora los hacen en computador", dijo a IPS esta maestra que ejerce la docencia desde hace 28 años.
Para las clases en la sala de informática se trabaja con un ordenador cada dos alumnos. "En este momento hay muchas niñas y niños que se manejan en los computadores a pesar de que muchos de ellos no tienen computadores en sus casas. Esto yo lo veo como un impacto positivo", subrayó Quezada.
La profesora Lagos, en cambio, no oculta su decepción. En la escuela Santa Teresa de Quilicura aún están a la espera de capacitar maestros en el Programa Enlaces y de obtener una conexión a Internet.
"El único impacto que veo hasta el momento es que han instalado salas (de informática) fantásticas, bonitas. Los niños usan software (programas informáticos) de juegos educativos, pero que son juegos. No hay una relación directa entre lo que ellos hacen en el computador con los programas de estudio en matemáticas, en ciencias o en lenguaje", puntualizó.