El color esmeralda de las colinas de Nyeri, en Kenia central, estalla desde las plantaciones de café que tapizan sus laderas. Mientras el sol de la mañana las acaricia, un anciano le enseña a su nieto el arte de cultivar.
"Te lo suplico", le advierte con aire grave. "Hoy no quiero ni juegos ni distracciones ni nada. Tienes que arrancarlos todos", le dice, mientras señala los árboles marchitos.
El nieto ensaya una mueca. El anciano, tan o más arrugado que los arbustos secos que ordenó quitar, gira sobre sí. Suspira: "Va a ser una mala cosecha. Mi café no anda bien."
David Gicheru, de 74 años, combatió en la guerrilla contra las fuerzas coloniales británicas en los densos bosques de Kenia central hasta que este país africano obtuvo la independencia en 1963.
Del mismo modo que la perspectiva de una pobre cosecha lo roe por dentro, el anciano forcejea con sus recuerdos de la guerra contra los ingleses y del maltrato que Kenia deparó luego a quienes liberaron el país del colonialismo europeo.
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Sin embargo, ahora sí, por fin, hay planes en marcha para rendir homenaje a los héroes de la guerra por la independencia.
La resistencia organizada contra "los invasores blancos", en las palabras del propio Gicheru, comenzó en 1952. Eso fue cuando él y cientos de otros jóvenes kikuyu (el mayor grupo étnico keniata) juraron desembarazarse del colonialismo. Así nació la rebelión de los Mau Mau.
"Nos escondíamos en los bosques. Desde allí lanzábamos nuestros ataques contra las tropas británicas y los de 'la guardia'", como se denominaba a los colaboracionistas, recuerda Gicheru.
"Sólo teníamos hachas y cuchillos. Alguno que otro tenía un rifle viejo. Los blancos nos dispararon a muchos de nosotros. Yo todavía tengo varias balas en el cuerpo. Teníamos un miedo terrible, pero igual teníamos que pelear por la independencia."
Caroline Elkins, historiadora de la Universidad de Harvard y autora de un aclamado libro sobre la lucha por la liberación de Kenia titulado "Britains Gulag" ("El Gulag británico"), estima que las fuerzas coloniales fueron responsables de la muerte de más de 100.000 keniatas en los años 50.
La mayoría murió en campos de concentración en que se encerró a la comunidad kikuyu para impedir que asistieran o se plegaran a la rebelión de los Mau Mau. Anne Wahome tiene 69 años y en los años de la guerra fue arrestada por guardias internos bajo sospecha de proveer comida a los rebeldes y presos en un campo de concentración.
El esposo de Wahome, un ex guerrillero, falleció hace pocos años en Nairobi. "Publicamos un aviso en el diario: 'Mwangi Gachoka: guerrero Mau Mau. Luchó por nuestra libertad'", contó. "Pero nadie nos visitó. A nadie le importó", dijo.
"Cuando Mwai Kibaki fue elegido presidente en 2002, teníamos muchas esperanzas de que el gobierno nos ayudara. Pero todavía estamos como cuando se fueron los británicos: sin nada", se lamentó la mujer.
El héroe de la independencia y primer presidente de Kenia, Jomo Kenyatta, tuvo poca experiencia directa con los Mau Mau pues estuvo preso durante toda la década que duró la rebelión.
También estuvo ausente de la conferencia de 1960 en Lancaster House, en Londres, en que se negoció y consolidó la independencia.
Al asumir la presidencia, Kenyatta concentró el poder dentro de su círculo de allegados. Por su parte, los insurgentes que habían conquistado la independencia volvieron a cultivar la tierra.
Tanto Kenyatta como su sucesor, Daniel Arap Moi, se negaron a revocar el estatuto colonial que ilegalizó a los Mau Mau.
"Nos olvidaron completamente. Ellos robaron todo aquello por lo que luchó mi esposo. No nos dieron nada", dijo Wahome amargamente.
Un poderoso equipo de abogados con sede en Londres y Nairobi procura una compensación para los Mau Mau por la brutalidad colonial, a través de una demanda al gobierno británico por una gran suma de dinero.
"Estamos prontos para acompañar el caso", dijo a IPS Martyn Day, miembro del equipo de abogados. "Tenemos esperanzas de que la demanda despegue pronto", agregó.
Day es muy conocido en Kenia por la exitosa acción legal que condujo contra Gran Bretaña en representación de productores ganaderos del septentrional distrito de Samburu.
Las partes alcanzaron un acuerdo extrajudicial en 2003. Los heridos por la detonación de municiones abandonadas en los campos de Samburu por soldados británicos que se entrenaban en Kenia y familiares de los muertos recibieron casi siete millones de dólares.
La Comisión de Derechos Humanos de Kenia también tiene al gobierno británico en su mira.
"Nos aprontamos para presentar un juicio por reparación en Gran Bretaña en representación de más de 500 Mau Mau, y que esperamos comenzar hacia fin de año", dijo el director ejecutivo de la organización, Wanjiku Miano.
Los abogados alegarán que las atrocidades cometidas por fuerzas británicas en Kenia contra los Mau Mau violaron todos los convenios internacionales en materia de guerra y cometieron crímenes contra la humanidad.
"Pasamos años recolectando evidencia", dijo Macharia Wanyeki, secretaria de la Asociación de Veteranos de Guerra Mau Mau.
"Examinamos los registros británicos que documentan las cosas terribles que nos hicieron. Hicimos muchas investigaciones y en Londres probaremos nuestra demanda. Solo pedimos una reparación justa", manifestó. Según Elkins, Gran Bretaña lanzó una campaña publicitaria para demonizar a los Mau Mau, a quienes describió como "salvajes" que matarían brutalmente a los blancos mientras estuvieran dormidos y que violarían a las mujeres blancas y a los niños.
Sin embargo, los documentos revelan que los guerrilleros mataron a 32 colonos blancos y a alrededor de 50 soldados del ejército colonial, una cantidad muy baja en comparación con las decenas de miles de keniatas muertos a manos de las fuerzas británicas.
Gicheru admite que los Mau Mau cometieron atrocidades contra muchos kikuyu acusados de colaborar con los británicos. "De esas cosa prefiero no hablar… Estábamos en guerra", susurra con pesadumbre.
Pero la justicia tiene su costo. La Comisión de Derechos Humanos de Kenia trata de recaudar los 80.000 dólares que se requieren solo para presentar la denuncia. Day calculó que el costo total del juicio podría llegar a los dos millones de dólares. Miano dijo que los Mau Mau llevarían su caso a la Corte Internacional de La Haya si la Comisión de Derechos Humanos de Kenia fracasa en Londres.
Bajo la nueva constitución, el Día de Kenyatta (el 20 de octubre) se pasará a llamar el Día de los Héroes (Mashuja Day), en honor a los que lucharon por la independencia.
Kibaki también prometió la construcción de un mausoleo en homenaje a los héroes, en que se exhibirían objetos alusivos. Pero el diputado Gachara Muchiri lo considera un error.
"La mayoría de los Mau Mau son hoy muy pobres. ¿Para qué gastar millones en un mausoleo cuando ese dinero podría utilizarse para ayudar a nuestros libertadores?", se preguntó el legislador Muchiri.