Cuando don Emilio Contrera, un pequeño productor rural paraguayo de casi 80 años, quiere hablar por teléfono con su hija que vive en Asunción debe sortear una serie de dificultades.
Cada vez le cuesta más caminar los dos kilómetros entre su casa y el telecentro de la estatal Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco) en el poblado de Yegros, 280 kilómetros al este de esta capital.
"Casi nunca hay nadie que atienda en la cabina y hay que esperar que aparezca el empleado", se lamenta Contrera. Pero él tiene "suerte", por ser amigo de uno de los funcionarios, que al verlo en el camino le gestiona una comunicación.
La oficina sólo está abierta desde las 8:00 y las 19:00 horas. Fuera de ese horario, quedan incomunicados más de 90 por ciento de los lugareños, que no tienen teléfonos de línea fija ni acceso a telefonía móvil.
"Por acá no hay señal de celular", explica el productor.
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El teléfono sigue siendo un lujo en este país sudamericano.
Contrera es uno de los 5,64 millones paraguayos que no poseen teléfonos particulares, lo que equivale a 94 por ciento de la población, y uno de los 4,2 millones que no accedió a un aparato celular, es decir 70 por ciento de los habitantes.
La Copaco ejerce el monopolio de la telefonía básica, mientras cuatro empresas, asociadas a corporaciones internacionales, ofrecen servicios de teléfonos móviles.
La cobertura de las telecomunicaciones está concentrada en el "triángulo" comprendido por Asunción y las orientales Encarnación y Ciudad del Este.
Asegurar el acceso de los pobres y las poblaciones aisladas a la informática y las telecomunicaciones era uno de los asuntos cruciales de la segunda fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, que se celebra en Túnez desde el miércoles hasta este viernes.
La comunidad internacional definió que la desigualdad en el goce de estas tecnologías agrava las diferencias entre ricos y pobres y constituye un problema de desarrollo. Pero los intentos de asegurar un fondo financiado por las naciones ricas y compromisos de transferencia técnica quedaron desdibujados en el proceso de negociaciones de la Cumbre, cuya primera fase se celebró en diciembre de 2003 en Ginebra.
En 1995, la Ley de Telecomunicaciones de Paraguay estableció la creación del Fondo de Servicios Universales para desarrollar las tecnologías de la información y las telecomunicaciones en áreas rurales y sectores de bajos ingresos.
Dicho Fondo es "un recurso creado con la finalidad de subsidiar a los prestadores de servicios públicos de telecomunicaciones en áreas que así lo justifiquen", afirma el artículo 97 de la norma.
La entidad reguladora Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) está encargada de administrar el Fondo que se obtiene mediante un impuesto de uno por ciento a la recaudación bruta de los operadores y prestadores de servicios del sector.
Los proyectos y la correspondiente entrega de subsidios comenzaron a implementarse en 1999, explicó a IPS el gerente del Fondo de Servicios Universales, Oscar Duarte.
"El concepto de subsidio a las empresas que implementan los proyectos se debe a que nosotros les proveemos el dinero para el capital inicial del servicio que prestarán, pero luego ellos corren con el riesgo de que su actividad no sea rentable", indicó.
Un sistema de cabinas telefónicas en zonas rurales puede no aparejar ganancias a la firma adjudicada, que debe vender las tarjetas para que los teléfonos funcionen, dijo a modo de ejemplo.
Desde 1999, Conatel otorgó casi 16 millones de dólares a 13 proyectos destinados a instalar teléfonos públicos en áreas rurales, conexiones a Internet para 287 instituciones educativas de nivel secundario, telecentros comunitarios en las 17 gobernaciones del país, y puesta en marcha y ampliación del servicio telefónico para emergencias 911.
Otros dos proyectos están tramitando la adjudicación de subsidios, por aproximadamente un millón de dólares, para una nueva ampliación del servicio 911 en Ciudad del Este y para un sistema de vigilancia remota con cámaras de vídeo y una central de control en Asunción y alrededores, agregó Duarte.
Pero el funcionamiento del Fondo está bajo sospecha. La Conatel fue allanada a inicios de este mes por un fiscal de la unidad de Delitos Económicos con el fin de averiguar si algunas empresas beneficiarias de los subsidios utilizaron esos recursos de manera indebida.
Hubo fallas de las compañías que fueron admitidas por Conatel, "que hizo la vista gorda", y, en la mayoría de los casos, las licitaciones para otorgar subsidios estaban "amañadas", dijo a IPS un empresario de las telecomunicaciones que no quiso dar su nombre.
"Yo no sé si hubo corrupción. Lo único que puedo señalar es que la calidad de nuestros servicios de telecomunicaciones e Internet son lamentables", dijo a IPS Daniel Gadea, único técnico en Paraguay con certificación vigente de la fabricante de computadoras estadounidense Apple.
Aunque la ley no determina que los servicios de Internet son monopolio de la compañía estatal, una reglamentación de la Conatel prohibió a las empresas privadas conectarse a la red transoceánica de fibra óptica, para la interconexión al Punto de Acceso a Redes (NAP por sus siglas en inglés) de las Américas, centro del tráfico de Internet localizado en la ciudad estadounidense de Miami.
"Mientras Conatel defienda los intereses de Copaco, nada relacionado con lo tecnológico podrá desarrollarse en el país", se quejó el técnico.
Apenas este año, los proveedores privados de servicios de Internet y la Copaco llegaron a un acuerdo mediante el cual la empresa estatal será proveedora mayorista de la conexión de banda ancha, mientras las compañías ofrecerán el servicio minorista a sus clientes.
"De este modo, los altísimos precios que se pagan (por el servicio local) no bajarán nunca", dijo Gadea.
"El gobierno no hace nada por desarrollar ningún tipo de tecnología", se quejó el presidente de la Federación de Cámaras Paraguayas de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Rodrigo Campos Cervera.
El empresario dijo a IPS que las tarifas de acceso a la red informática mundial bajarían de modo significativo si se permitiera a los proveedores de Internet obtener su propia conexión internacional de banda ancha por fibra óptica.
Pero al contrario de lo que espera el sector privado, la Copaco se apresta a ingresar al mercado minorista, y ofrecer además acceso a Internet con tecnología ADSL (siglas en ingles de Línea de Abonado Digital Asimétrica), que permite la transmisión de datos a gran velocidad por el par de cobre telefónico, sin ocupar la línea y habilitando el cobro de tarifas fijas.
Alfredo Moreira, gerente de la Unidad de Banda Ancha de la Copaco, dijo a IPS que el sistema estará funcionando a comienzos de 2006.
Para Gadea, esta nueva competencia llevará a las empresas privadas a bajar sus precios. La Cámara Paraguaya de Internet cree que se trata de una competencia desleal.
La Copaco también se sumará al negocio de la telefonía móvil como quinto operador, y está comenzando a montar un esquema de servicios para zonas rurales, bautizado Ruralcel.
Emilio Contrera permanece ajeno al mercado de las telecomunicaciones. "Lo único que quiero es poder hablar por teléfono más seguido con mi hija, mi nieta y bisnieta. Y que ellas, alguna vez, puedan comunicarse conmigo", dijo con resignación.