«Es como hacer publicidad de un producto, pero vender otro», sintetizó el concejal brasileño Djalma Pastorello en defensa de su propuesta de cambiar la grafía de su ciudad, Foz do Iguaçu, para no confundir a quienes la buscan en Internet.
El concejal socialdemócrata está convencido de que como Foz do Iguassu, sin la "ç" y con doble ese, su municipio atraerá a muchos más turistas, eliminando un obstáculo en la divulgación de sus bellezas, como las cataratas sobre el río que le da nombre, con 275 saltos de agua que se extienden por territorio brasileño y argentino.
Como los nombres de los sitios web no admiten letras con cedilla, la dirección del portal de la ciudad es http://www.fozdoiguacu.pr.gov.br. Al buscar Iguassu, la grafía usada en varios portales privados en inglés, lengua dominante en Internet, 30 por ciento de las búsquedas resultan incorrectas, y conducen a Puerto Iguazú, la vecina ciudad argentina, señaló.
Por esas razones, Pastorello presentó un proyecto de ley para modificar el nombre oficial de la ciudad, eliminando la "ç" por "ss". La Cámara Municipal (concejo) aprobó el proyecto el 19 de octubre por ocho votos contra cuatro, con dos concejales ausentes. Pero la medida provocó una fuerte reacción negativa de instituciones y residentes.
El alcalde Paulo Mac Donald Ghisi decidió entonces promover una "consulta popular", una suerte de referendo informal, con votaciones en escuelas, avenidas y otros lugares de gran concurrencia de público. De las 3.000 personas que habían votado hasta el 8 de este mes, 89 por ciento querían mantener la "ç".
Este es un recurso usado por el alcalde para justificar su probable veto al proyecto, pero el desenlace no está definido. La Cámara podría revocar el veto y "queremos fijar la alteración (del nombre) para el 10 de junio, aniversario de la ciudad", dijo Pastorello a IPS.
Su propuesta se trata principalmente de "un rescate histórico del nombre con que el municipio fue fundado en 1914", arguyó. Iguassu pasó a ser Iguaçu en la década de 1940, cumpliendo un acuerdo entre las Academias de Letras de Brasil y de Portugal, que estableció la grafía portuguesa con ç y j para palabras de origen indígena escritas hasta entonces con doble ese y con ge.
Iguaçú, o Iguazú en español, es de origen tupi-guaraní, la principal lengua indígena de Brasil y de Paraguay, también hablada en Argentina y en Bolivia, y quiere decir "agua grande".
Pero el acuerdo lingüístico no debía alterar los nombres propios, y el estado de Sergipe, en el noreste de Brasil, y algunas ciudades como Pirassununga (lugar donde el pez hace ruido, en tupi-guaraní), mantuvieron su grafía, cuestionó Pastorello.
"Estoy en contra del cambio por una cuestión cultural, de identidad nacional", respondió a IPS la lingüista y profesora de la Universidad Católica de Sao Paulo, Edna Camille.
Es importante mantener la relación con el origen cuando los cambios tecnológicos nos hacen perder mucho, como las músicas registradas en los viejos discos de pasta que ya no se pueden escuchar, ante la desaparición de los tocadiscos y la falta de interés comercial de las empresas discográficas en trasladarlas a formatos digitales, sostuvo.
"¿Y cómo quedaría el acervo histórico, toda la literatura, los libros que ya tienen grabado Iguaçu?", cuestionó.
Pastorello explicó que no habría problemas pues la ley no es retroactiva, es decir no alteraría nada del pasado, y solo los nuevos documentos, placas de vehículos y textos pasarían a adoptar la nueva grafía, en una mudanza gradual.
En cambio, permanecerían dos nombres separados por una fecha. Y los opuestos al cambio, como Luiz Eduardo Cheida, secretario de Medio Ambiente de Paraná, estado al que pertenece Foz do Iguaçu, ven allí otra confusión negativa incluso para el turismo.
Otros entes geográficos, como el río y las cataratas, seguirían llamándose Iguaçu, ya que el concejo municipal no tiene facultades para modificarlos.
Toda esta polémica es innecesaria, porque la misma Internet ya ofrece una solución, según el activista Carlos Afonso. El sistema ya reconoce la cedilla, y en Brasil se aceptan nombres de dominios con ç, aclaró el experto en tecnología de la información y miembro del Comité Gestor de Internet como representante del Tercer Sector (sociedad civil).
Así, la alcaldía tiene derecho a registrar en Internet como su dominio, con el sufijo .gov.br, tanto Foz do Iguaçu como Foz do Iguassu, y el acceso será posible por cualquiera de los dos nombres, incluyendo el actual Iguacu sin cedilla, aseguró Afonso a IPS.
Sin embargo, hasta ahora la cedilla sigue siendo un obstáculo en Internet. Muchos sitios en francés también son identificados con nombres incompletos, inclusive la Academia Francesa de la Lengua (http://www.academie-francaise.fr), registrada sin la cedilla ni los acentos correspondientes.
De los 191 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, 146 no usan la cedilla en sus lenguas nacionales, destacó Pastorello.
Foz do Iguaçu, municipio de unos 300.000 habitantes en la Triple Frontera con Argentina y Paraguay, es la sexta ciudad brasileña que más turistas atrae, cerca de un millón por año. Ampliar ese número es vital para superar la crisis social que vive la ciudad, con más de 20.000 desempleados, según el concejal.
La economía local depende del turismo, tras el auge y caída de los ciclos de la yerba mate, la madera, la construcción de la central hidroeléctrica de Itaipú y el comercio de la vecina y paraguaya Ciudad del Este, donde miles de brasileños compran productos baratos para revenderlos en sus lejanas ciudades de origen, observó Pastorello.