La dictadura militar de Birmania anunció que la líder prodemocrática Aung San Suu Kyi continuará detenida por tiempo indeterminado, pero eso no le impidió seguir hablando de reforma política a través de una reforma constitucional.
La junta militar que gobierna este país del sudeste asiático anunció el fin de semana que Suu Kyi, premio Nobel de la Paz que estuvo detenida 11 de los últimos 16 años, no será liberada del arresto domiciliario que le fue impuesto en mayo de 2003.
La activista laureada con el premio Nobel, que lidera a la opositora Liga Nacional para la Democracia (NLD son sus siglas en inglés), estuvo detenida alrededor de 11 de los últimos 16 años.
La Liga Nacional para la Democracia (NLD), el partido de Suu Kyi, y la Liga para la Democracia de las Naciones Shan boicotearon las sesiones de la Convención a cargo de la reforma constitucional desde que se reanudaron en mayo de 2004.
La NLD insistió en que no podía ni siquiera considerar su participación mientras su líder estaba arrestada.
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La organización de derechos humanos Amnistía Internacional condenó a la dictadura por el arresto de Suu Kyi y otros miembros de su partido.
"La detención de Aung San Suu Kyi y otros dirigentes políticos, equivocadamente presos en Myanmar (nombre con que el gobierno militar designa a este país), es una parodia de justicia", dijo Amnistía.
La decisión de los generales se registra en momentos en que Rangún trata de obtener respaldo de la comunidad internacional para reanudar la próxima fase del proceso de reforma constitucional el 5 de diciembre.
Pero Suu Kyi y su partido no son los únicos excluidos de este ejercicio político de reforma que la junta inició en mayo de 2004.
A principios de noviembre, tres dirigentes de la etnia shan recibieron duras sentencias de prisión por su actividad política en el oriental estado de Shan, a lo largo de la frontera entre Birmania y Tailandia.
Hkun Htun Oo, presidente de la Liga para la Democracia de las Nacionalidades Shan, fue sentenciado a 93 años de cárcel, mientras que su correligionarios Hso Ten y Sai Nyunt Lwin lo fueron a 106 y 85 años.
Con el encarcelamiento de Hkun Htun Oo llegan a 13 los parlamentarios electos que la junta llevó a prisión desde 1990, cuando las fuerzas armadas se negaron a reconocer los resultados de las elecciones generales de 1990.
La Liga Nacional para la Democracia y otros partidos de base étnica, como la Liga para la Democracia de las Nacionalidades Shan, derrotaron al partido del régimen militar, obteniendo una enorme mayoría en el parlamento de 485 miembros.
"Estas sentencias de prisión funcionan como una advertencia hacia otras comunidades étnicas involucradas en el proceso de reforma constitucional", dijo Khuensai Jaiyen, editor de la agencia de noticias Shan Herald.
"Estos dirigentes deben seguir la línea del régimen militar o serán tratados del mismo modo que los líderes shan", consideró el periodista.
Para los países vecinos de Birmania en Asia sudoriental, los gestos hostiles por parte de Rangún hacia la oposición no podrían no haber aparecido en peor momento.
La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), entre cuyos 10 miembros figura Birmania, defendió al país, blanco de crecientes condenas de Estados Unidos y de la Unión Europea (UE).
Malasia, presidente de turno de la Asean, anunció que una reunión del bloque regional que se celebrará en diciembre en Kuala Lumpur se concentrará en la agenda económica y de integración, sin discutir asuntos conflictivos como los derechos humanos, lo cual pondría a Birmania en una situación delicada.
La Asean mantiene su postura, pese a que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó en noviembre a Birmania por violaciones de derechos humanos que iban desde torturas, violaciones y trabajos forzados hasta la violación de las libertades políticas y civiles.
"La situación actual será realmente embarazosa para la Asean, que ve a Birmania efectuar esas acciones", dijo a IPS Soe Aung, portavoz del Consejo Nacional de la Unión de Birmania, coalición de 30 organizaciones prodemocráticas en el exilio.
"Ignorar este problema afectará el vínculo de la Asean con sus socios de diálogo: Estados Unidos y la UE", agregó.
Lo que empeora la situación para la Asean es que el último giro se agrega a otros absurdos que acompañaron sus desesperados intentos por desembarazarse de su condición de paria, entre ellos asegurar que sus intenciones de reforma política son serias, a pesar de que necesita más tiempo.
Esta farsa se inició cuando el general Khin Nyunt, designado primer ministro en agosto de 2003, reveló que la junta militar tenía un plan de siete pasos dirigido a lograr una reforma prodemocrática.
El primer paso fue la nueva convocatoria de la Convención Nacional, para reanudar las interrumpidas negociaciones por una nueva constitución.
Khin Nyunt fue arrestado por orden de la junta en octubre de 2004, avergonzando a los gobiernos de Asean que lo habían calificado de "moderado" y comprometido con un cambio genuino.
En mayo de 2004, cuando comenzó la primera fase de la nueva convocatoria de la Convención, el gobierno estableció las reglas: los más de 1.000 delegados eran los favoritos de la junta, pero el debate, por ley, estaría severamente restringido.
Esta ley, que entrará en vigor cuando se inaugure la Convención la semana próxima, prohíbe a los delegados y a los partidos políticos criticar el formato de la convención, diseñado por la junta, así como proponer una constitución alternativa a la que la junta ya bocetó.
Quienes infrinjan esta ley durante la Convención podrían pasar en la cárcel un periodo de entre cinco y 20 años.
No es de extrañar que algunos de los participantes de las comunidades étnicas de Birmania, que firmaron para participar en este ejercicio, tengan sus reservas respecto de la Convención.
"La comunidad mon redujo el nivel de su representación en la Convención Nacional", dijo Debbie Stothard, de la Red Alternativa de Asean en Birmania, una organización de defensa de los derechos humanos.
La constitución a estudio sería la tercera del país desde 1974. Birmania fue gobernada por opresivos regímenes militares desde un golpe de Estado de 1962.