Luego de dos meses de penumbra política, la investidura de Angela Merkel como canciller de Alemania marcó este martes un doble debut. Por primera vez, la jefatura del gobierno corresponde a una persona del este del país. Y, además, se trata de una mujer.
"Es una señal fuerte para muchas mujeres, y seguramente para algunos hombres", dijo el presidente del Bundestag (parlamento alemán), Norbert Lammert.
Merkel, de 51 años, es la persona más joven en encabezar el gobierno alemán. La líder de los Demócrata Cristianos (CDU) deberá afrontar grandes desafíos en una coalición que integra su principal adversario en las elecciones, el Partido Socialdemócrata (SPD).
Física de profesión, la dirigente conservadora nació en 1954 en el occidente de Alemania pero cuando era bebé se trasladó con su familia al este, que desde 1945 estaba dominado por la hoy disuelta Unión Soviética. Su padre era pastor protestante.
Su carrera en CDU comenzó tras la unificación del este y el oeste de Alemania hace 15 años. Durante el gobierno del también conservador Helmut Kohl (1991-1998), encabezó dos ministerios, el de Mujer y Juventud y el de Ambiente.
Merkel es la octava canciller (jefa de gobierno) de Alemania. Recibió las llaves de su oficina de su antecesor socialdemócrata Gerhard Schroeder, que lideró una coalición "rojiverde" junto con Los Verdes.
Schroeder había convocado las elecciones de septiembre con la esperanza de consolidar una mayoría estable para su gobierno. Derrotado por un estrecho margen y marginado del gobierno tras dos meses de intensas negociaciones, anunció su retiro de la actividad política.
Merkel asume el poder en momentos de difíciles desafíos. El crecimiento económico aún es demasiado lento, a pesar de las recientes mejoras, como para crear suficientes empleos para los cinco millones de alemanes sin trabajo.
Mientras, los sistemas de pensiones y de salud pública y la estructura federal requieren una gran puesta a punto y el déficit fiscal excede el límite establecido para los países de la eurozona por cuarto año consecutivo.
La denominada "gran coalición" fue el producto de las elecciones parlamentarias de septiembre, en que la CDU y su aliada de Bavaria, la Unión Social Cristiana (CSU) obtuvieron cuatro escaños más que el SPD. Ni la alianza CDU-CSU ni el SPD lograron un socio menor para formar gobierno.
Con la intención de consolidar la incipiente recuperación económica, los partidos de esta peculiar coalición de gobierno acordaron reducir el déficit fiscal por debajo del límite europeo de tres por ciento del producto nacional bruto para 2007 y aumentar el impuesto al valor agregado de 16 a 19 por ciento para ese mismo año.
El crecimiento económico reciente tiene origen en las exportaciones, mientras se ha reducido el consumo, el cual, según se prevé, caerá aun más con el aumento del impuesto al valor agregado.
Pero también se establecerán nuevos gravámenes, como un tres por ciento a los ingresos superiores a 250.000 euros anuales, así como se planea una reforma de la tributación de las empresas y la legalización de los fondos de inversión inmobiliaria.
La nueva coalición del gobierno señaló la continuidad de la política exterior y de asistencia al desarrollo. La ministra socialdemócrata de Cooperación Económica y Desarrollo, Heidemarie Weczorek-Zeul, continuará en el cargo.
Pero el de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, de los Verdes, será sustituido por el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier.
Alemania continuará reclamando un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y aumentando su asistencia oficial al desarrollo a 0,33 por ciento del producto nacional bruto en 2006 y 0,51 en 2010, hasta alcanzar 0,7 por ciento en 2015.
Organizaciones no gubernamentales vigilarán el cumplimiento de este compromiso y la acción de Alemania en las instituciones multilaterales de desarrollo, que recibieron críticas de los conservadores durante la campaña electoral, dijo a IPS Kathrin Buhl, de la fundación Nord-Süd-Brücken.
El acuerdo alcanzado para la constitución de la flamante coalición de gobierno indica que la asistencia multilateral al desarrollo se elevará, mientras la dirigida a mecanismos bilaterales se limitará a 60 países.
El SPD y la alianza CDU-CSU también acordaron exigir para los países en desarrollo un acceso justo a los mercados del mundo rico.
Pero Buhl teme que "haya retrasos" al respecto, dado que "en el área comercial el lucro de las compañías alemanas se prioriza por encima del desarrollo, el ambiente, la sociedad y la paz".
El nuevo ministro de Finanzas, Michael Glos, procede del área rural de Bavaria y tendrá gran influencia en política comercial. (FIN/IPS/traen-mj/pd/ss/ip if dv/05)