La Unión Africana (UA) se apresta a poner en marcha en 2006 un ejército en que participarán los 53 países del bloque, mientras recrudece la crisis humanitaria en Darfur, Sudán, y parece avecinarse una nueva guerra entre Eritrea y Etiopía.
La Fuerza de Reserva Africana (FRA) contará con el apoyo logístico y financiero de países ricos y será diseñada para desarrollar misiones militares y de pacificación en un continente asediado por las guerras.
El presidente de la organización no gubernamental estadounidense TransAfrica Forum, Bill Fletcher Jr., se manifestó de acuerdo con la necesidad de formar un ejército de pacificación bajo el mando de la UA tan pronto como sea posible.
Fletcher advirtió que la institucionalización de esa fuerza dependerá del apoyo logístico y financiero de los países industrializados del Norte. Pero, según dijo a IPS, "la ayuda no debería constituirse en un mecanismo para manipular el objetivo de esta fuerza".
"Un ejército de pacificación no debe convertirse en una fuerza de ocupación neocolonial al servicio de intereses de países e instituciones que desean subvertir la soberanía de las naciones africanas", agregó.
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Cuando esté preparada para operar, la FRA se sumaría o sustituiría a las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hoy en funciones en África, incluida la disputada frontera entre Etiopía y Eritrea, pronosticó a IPS un diplomático africano.
De las 16 misiones de paz de la ONU desplegadas hoy en el mundo, ocho se ubican en África: en Sierra Leona, República Democrática del Congo, Liberia, Costa de Marfil, la frontera entre Eritrea y Etiopía, Burundi, Sudán y Sahara Occidental.
El comandante de la Misión de Naciones Unidas en Etiopía y Eritrea, general Rajender Singh, advirtió la semana pasada acerca de una posible nueva guerra entre estos dos países. "Una situación potencialmente volátil podría detonar una nueva guerra", dijo.
La amenaza surge menos de cinco años después de finalizada la guerra anterior.
La FRA, cuya creación fue prevista por la cumbre de la UA en 2002, se encargará no solo de apoyar misiones de paz sino también de intervenir militarmente para impedir la escalada de conflictos. Pero la Asamblea General del bloque deberá aprobar cualquier decisión en este sentido.
Se espera que los 53 países del continente, todos ellos miembros de la UA, tomen medidas para formar sus propios contingentes de soldados reservistas preparados para participar en las misiones de paz.
El primer ministro británico Tony Blair dijo en septiembre, en ocasión de la Cumbre Mundial 2005 en Nueva York, que confiaba en que la FRA estuviera en funcionamiento el año próximo. El núcleo de esta nueva fuerza militar podrían ser los 1.000 soldados de la UA hoy en Sudán, sostuvo.
"Aunque allí el problema sigue siendo sumamente crítico, hubiera sido bastante peor sin ellos. Un ejército africano efectivo permitió crear un espacio político para echar a andar un proceso de paz", afirmó Blair.
Blair insistió en que "las fuerzas de pacificación africana tienen que estar a la orden en un año".
Tanto Estados Unidos como los 25 países de la Unión Europea prometieron apoyo financiero —aunque no adelantaron cifras concretas— para la creación la FRA.
Los países ricos no deben usar el apoyo financiero o logístico que le brinden a los esfuerzos de paz de la UA como un salvoconducto para lavarse las manos a la hora de responder a una crisis en África, dijo Ann-Louise Colgan, directora de análisis político de la organización estadounidense Africa Action
"Si se pretende que las fuerzas de paz africanas refuercen su poderío y amplíen sus operaciones en los años venideros necesitarán del apoyo internacional", dijo Colgan a IPS.
Pero el apoyo internacional a la paz y la seguridad del continente pueden adoptar muchas formas, incluido el compromiso diplomático, la ayuda financiera y medidas institucionales que fortalezcan las iniciativas africanos, consideró.
"Poder responder a los grandes conflictos y a las correspondientes crisis humanitarias, sea en África o en cualquier otra parte, siempre requerirá del compromiso y la cooperación de toda la comunidad internacional, y la ONU y otros organismos internacionales continúan siendo clave", dijo Colgan.
La primera fase de la formación de la nueva fuerza finalizó en junio, y la segunda y última se completaría en junio de 2010.
En el caso de Darfur, la UA mostró capacidad de liderazgo al atender la crisis desatada en febrero de 2003, pero no tuvo los medios para evitar la muerte de más de 20.000 personas, en lo que el presidente estadounidense George W. Bush y otras personalidades han calificado de genocidio.
La semana pasada, más de 100 miembros del Congreso legislativo de Estados Unidos, tanto del Partido Demócrata como del propio Partido Republicano, acusaron al presidente Bush de consentir al gobierno de Sudán, acusado de complicidad con la masacre.
Colgan dijo que la misión de la UA en Darfur, compuesta por 6.000 observadores, no es una fuerza de paz, pues carecen de capacidad de comando, de soldados suficientes y de la logística que requerida para proteger a la población civil de Darfur, cuyo territorio es semejante al de Francia.
Pero la proyectada FRA sí contará con esas características, auguró.
"Si las naciones occidentales están verdaderamente comprometidas con la misión de salvar vidas en Darfur, deberían reforzar la misión de la UA en Sudán enviando una fuerza internacional con capacidad de poner fin al genocidio", dijo Colgan.
"Recordemos que el genocidio no es solamente un problema de África, sino que es un crimen contra la humanidad. Como tal, demanda una respuesta internacional urgente. Desafortunadamente, esta ayuda no ha llegado y la situación continúa deteriorándose", señaló.
La Corte Penal Internacional contra crímenes de guerra, contra la humanidad y actos de genocidio con sede en La Haya, Holanda, realiza una investigación sobre el caso de Darfur.