La carga del creciente desempleo en Asia recae en las espaldas de la juventud, sin importar cuán educada esté. En el sudeste asiático, los jóvenes sin trabajo pasaron de cinco a más de 10 millones en una década.
La incesante búsqueda de Christine Mallion de un trabajo ideal en su Filipinas natal continúa meses después de haber recibido su título en la privada Universidad Ateneo de Manila.
"Encontrar mi trabajo ideal es algo sumamente difícil. Estoy perdiendo la esperanza. Busco un trabajo de tiempo completo en el área de capacitación para el desarrollo institucional", afirmó Mallion, de 24 años.
Mallion ahora considera unirse a los siete millones de filipinos que han emigrado en busca de oportunidades laborales.
"Si la situación va de mal en peor, trabajaré en algún centro de atención telefónica a pesar de que sea de noche, ahorraré durante un año y me iré a buscar empleo en Australia", señaló.
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La situación de Mallion es la misma de muchos jóvenes en varios países de Asia, a pesar del crecimiento económico registrado en los últimos años por el continente.
Los hombres y mujeres de entre 15 y 24 años llevan "la carga del creciente desempleo" en el continente, señaló la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe "Tendencias laborales y sociales en Asia y el Pacífico -2005", divulgado el mes pasado.
"Los jóvenes representaban 20,8 por ciento de la fuerza laboral en 2004, y ahora son 49,1 por ciento de la población desempleada del continente", indica el trabajo.
"El desempleo afecta a 7,5 por ciento de los jóvenes en Asia Pacífico, a 10,8 por ciento en Asia meridional y a 17,1 por ciento en Asia sudoriental", añade.
Asia meridional es la región con el mayor número de jóvenes desempleados, unos 14,5 millones en 2004, pero es en el sudeste asiático donde la situación se agravó más en los últimos años, según el organismo con sede en Ginebra.
"El número de jóvenes desempleados en esa región aumentó más del doble, de apenas cinco millones en 1994 a cerca de 10,5 millones en 2004", señala el informe.
Los países más afectados por este problema son Indonesia y Filipinas, donde la tasa de desempleo juvenil es superior a 25 por ciento.
Otros países con tendencias similares son Sri Lanka, donde 27,2 por ciento de los jóvenes no tienen trabajo, y Pakistán, con 13,4 por ciento de sus jóvenes desempleados.
Las mujeres son más vulnerables que los hombres. En Asia meridional, por ejemplo, casi 16 por ciento de las mujeres de entre 15 y 24 años carecían de empleo en 2004, contra 13 por ciento de los hombres de la misma franja etaria.
"Esto se debe en gran parte a la falta de empleos en el sector formal. Este sector, donde uno trabaja en el horario tradicional de nueve de la mañana a cinco de la tarde, no está absorbiendo al suficiente número de personas en Asia sudoriental y meridional", dijo a IPS el economista jefe de la oficina para Asia Pacífico de la OIT, Gyorgy Sziraczki.
Este grave problema despierta dudas sobre los índices de crecimiento económico manejados por los gobiernos del continente, señaló Sziraczki, ya que esa expansión no se ha traducido en nuevos empleos.
Al parecer, "los jóvenes fueron afectados negativamente por el crecimiento, que se tradujo en mayor capital intensivo más que en trabajo", sostuvo.
Según la OIT, el empleo creció 1,6 por ciento en Asia entre 2003 y 2004, mientras que la economía del continente creció siete por ciento en el mismo período.
En agosto, el Banco Asiático para el Desarrollo expresó preocupación por la tendencia del desempleo a pesar del buen desempeño económico, y subrayó que cerca de 500 millones de las 1.700 millones de personas que conforman la fuerza laboral del continente están desempleadas o subempleadas.
Como consecuencia, el sistema educativo de Asia se convirtió en "una plaza de estacionamiento", señaló Molly Lee, especialista de educación superior en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Lee dijo a IPS que muchos estudiantes, tras culminar su carrera universitaria, optan por seguir otros cursos y continuar así dentro del sistema educativo ante la falta de oportunidades en el mercado laboral.
A pesar de que se trata de un problema creciente, el desempleo juvenil no necesariamente provoca inestabilidad social. Los jóvenes "entienden que el desempleo es un problema común entre ellos y lo aceptan como algo normal. No protestan", sostuvo la funcionaria de la Unesco.
Sin embargo, la OIT alertó que la crisis laboral entre los jóvenes asiáticos podría traer mayores problemas.
La incapacidad para garantizar trabajo decente para los jóvenes del continente socavará el desarrollo económico, social, político y tecnológico de los países afectados, indicó.
"La transición de la niñez a la vida adulta, y en especial de la escuela al trabajo, determina las oportunidades de una persona de escapar de la pobreza y encontrar un trabajo decente", señaló la OIT en su informe.