Grupos defensores de los derechos humanos presionan a la Unión Europea (UE) para que revise su actual política sobre asilo y migraciones, tras la muerte de varios inmigrantes indocumentados subsaharianos que procuraban ingresar España.
En las últimas dos semanas, unas 2.000 personas intentaron entrar a territorio español a través de la frontera con Marruecos de las meridionales ciudades de Ceuta y Melilla.
Al menos 14 inmigrantes murieron y varios más resultaron heridos cuando soldados españoles y marroquíes intentaron detenerlos. Cientos de personas ahora están detenidas en un campamento de Mellilla, considerada la ciudad más meridional de la UE.
El gobierno español anunció a principios de este mes su intención de levantar una nueva valla en Ceuta y Melilla dotada de la más avanzada tecnología para impedir el ingreso de inmigrantes irregulares, lo que desató críticas de varias organizaciones no gubernamentales y líderes africanos.
El secretario general de la Unión Africana, Alpha Oumar Konar, quien viajó a Bruselas esta semana para el lanzamiento de una nueva estrategia de la UE de apoyo al desarrollo de África, afirmó que el bloque no debería construir vallas en sus fronteras con los países vecinos.
"Esas no son medidas de seguridad. No son las prisiones en Madrid ni los muros en África los que resolverán el problema. Los jóvenes están cruzando cercas con alambres de púas, y debemos entender por qué. Estos africanos no son delincuentes. Expresan un pedido de solidaridad", dijo Konar a periodistas.
El líder africano también criticó a los medios de comunicación europeos por presentar una versión parcial de la crisis.
"La prensa tiene el deber de explicar por qué los inmigrantes se comportan de esa manera. El tema no es analizado, sino que se pone en cuestión a todo el continente africano", señaló.
El presidente de la Comisión Europea —órgano ejecutivo del bloque—, José Manuel Durão Barroso, reconoció que los inmigrantes africanos necesitan ayuda, pero señaló que antes se deberían estudiar las razones estructurales "que llevan a esas personas a emigrar de esa manera".
"Ya preveíamos esta situación. Ahora vemos los efectos y debemos actuar", afirmó.
"El problema de la inmigración, cuyas dramáticas consecuencias estamos presenciando, sólo pueden ser encarados de forma efectiva a través de una ambiciosa y coordinada cooperación para el desarrollo, con el propósito de combatir la crisis desde la raíz", añadió.
La situación de los inmigrantes ilegales en Europa también es analizada por el Parlamento Europeo.
El europarlamentario español Enrique Baron, líder del Grupo Socialista, sostuvo que la crisis es de "proporciones bíblicas". "Nadie puede decir a ciencia cierta en este momento cuántas personas están en esta situación, cruzando el (desierto del) Sahara a pie", afirmó.
El problema también estuvo en la agenda de la reunión de ministros del Interior y de Justicia de la UE el miércoles en Luxemburgo.
El encuentro ministerial debía concentrarse en el debate sobre el uso de Internet y las telecomunicaciones para combatir el terrorismo, pero cambió de enfoque tras el agravamiento de la crisis en Ceuta y Melilla.
El comisario de Justicia e Interior de la UE, Franco Frattini, informó a los ministros que unas 30.000 personas en Argelia y Marruecos están esperando el momento oportuno para entrar ilegalmente al bloque, según servicios de inteligencia.
Grupos defensores de los derechos humanos le pidieron a España y a la UE que garanticen la protección de los inmigrantes, dentro y fuera de Europa.
Médicos Sin Fronteras informó la semana pasada que encontró a cientos de inmigrantes subsaharianos, incluyendo a mujeres embarazadas, niños y niñas, perdidos en el desierto marroquí.
Mientras, el gobierno de Marruecos comenzó a transportar a cientos de personas detenidas en ómnibus hacia la frontera de Argelia, de donde asegura proceden la mayoría de los que intentan cruzar a España.
Por otra parte, la organización humanitaria Amnistía Internacional señaló que muy pocos esfuerzos se hacen en el mundo para proteger a las personas que se trasladan a otro país en busca de asilo, y sostuvo que la política de la UE no es adecuada para encarar el problema desde la raíz.
"Más que promover la protección de los refugiados, la política de la UE parece estar destinada a mantener a las personas lejos de las costas del bloque", indicó a IPS el director de la oficina de Amnistía en Europa, Dick Oosting.
"Lamentablemente, los estados miembro de la UE le dejan la carga de la protección de los refugiados a otros países que están mal equipados como para enfrentar el problema del creciente número de personas que huyen. Esto no sólo socava la credibilidad en el bloque, sino que también amenaza la integridad de todo el sistema de protección de refugiados", añadió.
Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) sostuvo que enviar de regreso a Marruecos a los inmigrantes no era la manera correcta de afrontar la crisis.
"La prioridad del gobierno español debe ser proteger a los más vulnerables. Marruecos tiene que hacer más para respetar los derechos humanos antes de que pueda ser considerado un país seguro para regresar", señaló la directora de HRW para Europa y Asia Central, Holly Cartner.
Mientras, Peer Baneke, secretario general del Consejo Europeo para Refugiados y Exiliados, una alianza de grupos de la sociedad civil, señaló que la UE intenta echar toda la carga de la responsabilidad a sus vecinos.
"Estamos viendo un intento de construir nuevos muros de Berlín alrededor de Europa. Eso tendrá graves consecuencias", alertó.
