Para el 15 de diciembre quedarán borradas casi todas las huellas que dejó el huracán Wilma en el lujoso balneario mexicano de Cancún, pero la destrucción y el sufrimiento causados por Stan en el cercano estado de Chiapas, donde viven los más pobres del país, no tienen plazo.
"Es evidente la atención diferenciada que se da a los operadores de turismo de Cancún respecto de la gente de los estados más pobres", dijo a IPS Noe Pineda, portavoz del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, una organización no gubernamental con sede en el sureño Chiapas.
El presidente de México, Vicente Fox, prometió que el 15 de diciembre estará recuperada 80 por ciento de la zona turística de Cancún, el balneario de fama internacional ubicado en el sudeste del país sobre el mar Caribe. Para alcanzar tal meta, el mandatario ofreció a los dueños de los hoteles y a operadores del sector turístico ayuda financiera y gestión de créditos.
La llamada Riviera Maya, donde se ubican Cancún, Cozumel, Playa del Carmen y otros puntos de gran atracción para los visitantes, fue golpeada entre el 21 y el 23 de octubre por el huracán Wilma, el más poderoso que ha registrado México en su historia.
Cientos de hoteles fueron afectados por el fenómeno, muchas playas casi desaparecieron y miles de personas, que trabajan en el turismo, perdieron sus pertenencias.
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A esa zona acuden cada año más de 11 millones de visitantes, que dejan ingresos por unos 4.000 millones de dólares, más de un tercio de todos los que recibe el país en el rubro de turismo. Según el gobierno, por cada día que la zona permanece sin afluencia de visitantes, México pierde entre 12 y 15 millones de dólares.
El gobierno del conservador Fox prometió recuperar Cancún y sus alrededores con la mayor brevedad. Entre otras medidas, anunció que lanzará una campaña mundial de promoción turística de la zona, que incluirá un importante torneo de golf y una pelea de boxeo de trascendencia internacional.
Empero, para Chiapas la historia es otra. Allí, donde la tormenta Stan golpeó a inicios de este mes a decenas de comunidades pobres, en su mayoría habitadas por indígenas, la producción de café, maíz y frijol, entre otros cultivos, tiene menos importancia económica para el país.
"Aquí hay pobreza y el turismo es escaso, así que no es una zona prioritaria y eso se comprueba con en el trato que ha recibido del Estado", se quejó Pineda.
Mientras en Cancún, el número de damnificados que reciben apoyo en los albergues bajó con rapidez y en la actualidad es mínimo, en cambio en Chiapas hay aún cerca de 80.000 personas viviendo en sitios similares.
Además, muchos caminos chiapanecos, puentes y otra infraestructura permanecen afectados.
Testimonios recogidos por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas y por diversos medios de comunicación locales indican que en varios albergues de Chiapas las personas duermen sobre cartones y no tienen suficiente acceso a agua potable ni a alimentos.
Por atender a Cancún, el gobierno se olvidó de Chiapas, denunció la senadora Arely Madrid, del opositor Partido Revolucionario Institucional.
El presidente Fox negó esa afirmación. Se está atendiendo por igual a ambas zonas, declaró en la víspera, cuando acudió a Cancún a despedir personalmente a turistas extranjeros que fueron atendidos en albergues. Ante periodistas les pidió no olvidarse de México y regresar pronto al balneario.
Según el portavoz del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, "uno de los indicios más claros de que se ha privilegiado a Cancún y a los servicios turísticos" es el anuncio gubernamental de que gestionará para esa zona apoyos financieros del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo.
"A unos les ofrece dinero extranjero, pero para Chiapas el presidente ya dijo que deberán ser los gobiernos de los estados los que busquen por su cuenta préstamos para la reconstrucción", señaló Pineda.
La tormenta Stan afectó sobre todo a Chiapas y al occidente Guatemala. En el estado mexicano murieron alrededor de 10 personas, mientras que en el país vecino fallecieron 669 y otras 844 aún están desaparecidas. Se trata en su mayoría de poblaciones indígenas con altos niveles de pobreza.
Las lluvias torrenciales, inundaciones y deslaves causados por la tormenta ahogaron o aplastaron bajo el lodo a cientos de personas, destruyeron caminos, puentes y toda clase de infraestructura de electricidad y teléfonos. Para Guatemala, las pérdidas económicas se calculan en 1.000 millones de dólares, mientras que para Chiapas en 1.800 millones.
En el caso de Cancún y sus alrededores, donde Wilma mató a siete personas, empresas aseguradoras indicaron que deberán pagar más 2.000 millones de dólares a los dueños de hoteles y de centros turísticos que resultaron afectados.
"Está claro que en Chiapas deberemos esperar años para superar el golpe de Stan, mientras que en Cancún la reconstrucción será rápida y el turismo de lujo volverá pronto", sentenció el portavoz del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.