DESARME-PAKISTÁN: De armas nucleares y terremotos

El canciller de India, Shyam Saran, eligió el peor momento para pedir que el «padre de la bomba atómica pakistaní», Abdul Qadeer Khan, sea investigado por extender la tecnología nuclear a Irán. Es que Pakistán aún lucha contra la devastación causada por el terremoto del 8 de octubre.

Saran formuló el pedido en el marco de la nueva posición de su país respecto de Irán, acusado de violar las obligaciones establecidas en el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

India sorprendió en septiembre al apoyar en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas una resolución contra Irán por su presunto incumplimiento del TNP y de los estatutos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), dependiente del foro mundial.

Empero, las declaraciones de Saran molestaron a Islamabad y despertaron temores de que afectara el proceso de paz en curso entre los vecinos India y Pakistán, ambos poseedores de armas nucleares.

India no ve ninguna razón por la que la AIEA solicite ahora entrevistas personales con científicos nucleares de Irán mientras que antes se concedió excepciones a "un hombre (Khan) que ha sido acusado de dirigir un Wal-Mart (supermercado) nuclear", señaló Saran la semana pasada a periodistas en Nueva Delhi.
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Hasta entonces, India había guardado silencio sobre Khan.

El proceso de paz entre India y Pakistán registró un avance considerable desde la declaración de cese del fuego de noviembre de 2003, incluyendo la apertura de una ruta de autobuses a través de la Línea de Control (frontera provisional fijada en 1947) que separa las partes de ambos países en la disputada región de Cachemira. Luego vino el acuerdo de agosto pasado sobre reducción del riesgo nuclear.

India y Pakistán reclaman para sí a Cachemira y por ello han protagonizado numerosos enfrentamientos armados.

Los cancilleres de los dos países también cumplen un acuerdo de mantener conversaciones una vez por mes, estableciendo una nueva línea de acceso directo, que fue utilizada por primera vez inmediatamente después del terremoto del 8 de octubre en Pakistán, cuando India ofreció helicópteros para tareas de rescate y misiones de auxilio a través de la Línea de Control.

Todavía se desconocen las cifras reales de muertos en el terremoto, que podrían exceder fácilmente los 100.000, mientras que 80 por ciento de los edificios y la infraestructura en la montañosa zona septentrional de Pakistán fueron dañados, dejando a unas 400.000 personas sin hogar.

Esta tragedia presenta una oportunidad única para los dos países de trabajar juntos en un momento de urgente necesidad humanitaria.

Tras el sismo, ambos lados subordinaron el trabajo de auxilio a respetar la Línea de Control en Cachemira y estuvieron determinados a ejercitar la soberanía nacional. Cientos de indios — médicos, activistas de la sociedad civil, filántropos y artistas— fueron preparados para ir a ayudar en tareas de socorro, pero la Alta Comisión de Pakistán en Nueva Delhi les negó las visas.

Las autoridades indias fueron igualmente rígidas en aplicar regulaciones paranoicas. A una delegación liderada por Nirmala Deshpande, una notoria activista seguidora de los ideales del líder pacifista Mahatma Gandhi, no se le permitió llevar provisiones de alivio cuando cruzó la frontera. Los suministros fueron detenidos de la noche a la mañana para hacer un minucioso control de sus contenidos.

Los dos países todavía no completaron las "negociaciones" sobre cómo permitir a los afectados del lado pakistaní cruzar la fortificada Línea de Control y acceder al auxilio.

Según el ex ministro Mairaj Mohammed Khan, la necesidad era "desplegar soldados indios y pakistaníes bien entrenados y equipados, enfrentándose el uno al otro en el glaciar Siachen, para llegar a las aldeas remotas que pronto estarán cercadas por la nieve". Este glaciar forma parte de la cadena montañosa de Saltoro, que se extiende al noroeste de la región india de Karakorum, y limita con Pakistán y China.

Mairaj dijo que pudo haber habido una cooperación cercana entre trabajadores sociales pakistaníes e indios, apoyados por los ejércitos de cada lado de la Línea de Control, que están bien equipados.

"Lo que se necesita urgentemente es atención médica adecuada, prevención de brotes de varias enfermedades a través de medidas sanitarias de emergencia e inducir a que haya suficientes suministros médicos, especialmente prótesis", indicó.

"Se sabe que India donó grandes cantidades de prótesis a pacientes afganos cuyos miembros tuvieron que ser amputados. Pakistán debería pedir esto mismo a India y, si es necesario, importarlos", opinó Mairaj.

También reflexionó que, "si los activistas sociales de India y Pakistán pudieran realizar juntos las tareas de alivio y rehabilitación, eso crearía tanta buena voluntad en ambos lados que en realidad se podría impedir que los gobiernos regresaran a sus respectivos capullos legales".

"Esta no es la ocasión para ser demasiado rígido en las reglas para otorgar visas o para impedir que la gente dé toda la ayuda que pueda al país damnificado", dijo. "Si los máximos líderes indios y pakistaníes se hubieran reunido poco después del mortal terremoto, habría habido una mayor medida de cooperación en materia de alivio y rehabilitación", dijo a IPS.

Ahora dependerá de la sociedad civil en ambos países asegurar una mejor cooperación en alivio por el terremoto y también mantener en marcha el impulso para la paz. "El proceso de paz ha evocado tal respuesta popular que revertirla será difícil, así como poco diplomático", apuntó Birjis Hasan Khan, un ex diplomático.

Añadió que, el hecho de que "ambos países corran el riesgo de un intercambio nuclear, que ninguno puede ganar, no les da otra opción que seguir conversando".

"Pero ningún lado está pronto para ceder en sus posiciones largamente mantenidas y cada uno es mantenido a flote por la noción de que sus disuasores nucleares lo hicieron inexpugnable. De ahí que India no encuentre ninguna razón que la presione para complacer a Pakistán", dijo Khan.

Pakistán, por su parte, tiene la desventaja de que quien formula las políticas es un grupo estrecho, según Khan. "La ausencia de una democracia que funcione es una circunstancia debilitante y también una razón más por la que Pakistán está en desventaja en los tratados internacionales".

Ciertamente, la comunidad internacional estuvo tacaña al asistir a Pakistán en su momento de necesidad.

Una conferencia de donantes celebrada el miércoles pasado en Ginebra reunió fondos por un total de 580 millones de dólares, pero la ONU, que está encabezando los esfuerzos internacionales de alivio, informó que sólo 16 millones de dólares serán destinados a la solicitud formulada por la ONU para obtener fondos de emergencia.

"Se necesitaba que los donantes dieran cientos de millones de dólares al alivio de emergencia ayer, pero en vez de eso apenas pudieron arañar juntos los 16 millones de dólares", dijo a IPS Jo Leadbeater, jefa de apoyo de Oxfam, el jueves en Ginebra. "Este es un cambio flojo para los gobiernos donantes. Necesitábamos 30 veces más de lo que ellos dieron".

India se comprometió con 25 millones de dólares, sin estipular cómo deberían ser gastados, y esto es visto como un buen comienzo para una mejor cooperación en los próximos días.

Luego del terremoto, Pakistán necesitó helicópteros para alcanzar y salvar a los sobrevivientes y heridos y, por supuesto, proveer algunos elementos esenciales a los sobrevivientes afectados.

India ofreció ocho helicópteros, pero Pakistán no permitió que pilotos indios sobrevolaran su territorio, aunque dijo que estaba pronto para aceptar los helicópteros sin los pilotos. Naturalmente, India se negó.

La sociedad civil en Pakistán está urgiendo ahora a su gobierno a no seguir alimentando las "sensibilidades", especialmente por el hecho de que los helicópteros todavía son necesarios para llegar a cientos de aldeas en inaccesibles regiones montañosas donde la asistencia no llegó ni siquiera después de tres semanas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó su seria preocupación por la falta de refugios, incluyendo tiendas de campaña y mantas, para la población afectada, que suma cerca de cuatro millones de personas.

"La exposición al frío reduce las defensas contra las infecciones respiratorias y la hipotermia es mortal para los niños y los ancianos", dijo el jueves en Islamabad Sacha Bootsma, encargada de comunicaciones de la OMS.

Los equipos médicos móviles que operan en áreas remotas alrededor de la nororiental ciudad de Muzaffarabad, cerca del epicentro del terremoto, informaron que se produjo un severo aumento de las infecciones respiratorias agudas.

Según estimaciones oficiales, la reconstrucción y la rehabilitación del devastado sistema de salud en las áreas afectadas por el terremoto requerirán unos 651 millones de dólares.

La cifra incluye la reconstrucción de instalaciones médicas, la provisión de equipamiento médico y ambulancias, la restauración de los sistemas de laboratorio, los bancos de sangre, las escuelas de enfermería y la fabricación de prótesis, todo lo cual puede ser rápidamente suministrado por India.

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