Ciento cuarenta y cinco sindicalistas fueron asesinados el año pasado, 16 más que en 2003, según el último informe de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), la principal central de trabajadores del planeta.
El informe publicado este martes, que cubre 136 países en los cinco continentes, documenta más de 700 ataques violentos contra sindicalistas y casi 500 amenazas de muerte. Todos esos casos se relacionaban con la actividad sindical.
La CIOSL, que cuentan con un total de 145 millones de afiliados, advirtió que los trabajadores organizados corren en muchos países riesgo de discriminación, despido y cárcel, al tiempo que se imponen "obstáculos legales a la organización de sindicatos y a la negociación colectiva".
"El informe de este año revela cuán lejos están dispuestos a ir los gobiernos y empleadores para suprimir los derechos de los trabajadores en busca de competitividad en los cada vez más degolladores mercados globales", advirtió este martes el secretario general de la CIOSL, Guy Ryder.
"La globalización debe encaminarse por una senda completamente diferente, con preocupaciones sociales y poniendo fin a la explotación", sostuvo el sindicalista.
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En América tuvo la mayor cantidad de asesinatos y amenazas de muerte, mientras Asia del Pacífico se ubicó primera en materia de sindicalistas encarcelados, según el informe de la CIOSL.
Otra vez más, el país en peor situación fue Colombia, donde fueron asesinados el año pasado 99 sindicalistas y cientos sufrieron amenazas, indica el estudio.
Colombia, con frecuencia calificada de "la más antigua democracia parlamentaria de América del Sur", es desde hace 40 años escenario de "una brutal guerra civil entre las guerrillas izquierdistas y la oligarquía derechista", reseñaron los autores del informe.
"Eso condujo al desarrollo de una generalizada cultura de violencia, en la cual el precio de un sicario oscila entre 20 y los 200 dólares. La mayoría de los sindicalistas asesinados lo fueron a manos de paramilitares derechistas, que matan con impunidad", dijo a IPS Sara Hammerton, del Departamento de Derechos Sindicales de la CIOSL.
"El gobierno no ha mostrado voluntad política para solucionar el problema. No ha logrado procesar a los asesinos. Para colmo, el propio gobierno ha procurado socavar a los sindicatos mediante políticas pergeñadas, con bastante transparencia, para disolver las organizaciones del sector público", aseguró.
Varios trabajadores fueron también asesinados por su labor en sindicatos en Belarús, Birmania, Camboya, China, Filipinas, Haití, Irán, Nigeria, República Dominicana, Turquía, Venezuela y Zimbabwe, y muchos otros fueron golpeados o heridos, indica el informe de la CIOSL.
En Filipinas, 14 personas terminaron muertos cuando las fuerzas de seguridad usaron una aplanadora y vehículos acorazados para romper un piquete.
Mientras, muchos gobiernos no hacen nada para atender los problemas sufridos por los sindicalistas.
"Los consideramos la causa del problema. En Belarús, el gobierno logró tener a la principal central sindical bajo su control y procura aplastar a todas las organizaciones independientes. En Zimbabwe y Nigeria, el gobierno es el principal represor de los sindicatos", según Hammerton.
China también preocupa a la CIOSL. "Aún se niega la libertad de asociación. El gobierno sólo reconoce los sindicatos oficiales, que han demostrado su ineficacia para proteger los derechos de los trabajadores", advirtió la organización.
En Europa, donde la situación es menos dramática, las autoridades de varios estados otrora integrantes de la disuelta Unión Soviética tratan "activamente" de controlar los sindicatos, según la CIOSL.
Los servicios de seguridad de Ucrania suelen visitar los locales sindicales, e incluso la vivienda de los dirigentes, afirmó la organización.
Las autoridades de Georgia "hostigan y detienen a representantes sindicales, detienen a sus líderes, obstruyen las actividades de las organizaciones y requisan sus bienes de manera ilegal", agrega el estudio.
Los trabajadores en las zonas francas de procesamiento de exportaciones (maquilas), establecidas por los gobiernos para alentar la actividad económica y el ingreso de divisas, son ámbito de "continua represión antisindical", de acuerdo con la CIOSL.
Trabajadores de Namibia sufrieron el embate de perros por parte de representantes de los propietarios de la fábrica textil. Una trabajadora fue duramente golpeada en la represión.
El informe considera la situación en las maquilas de Fiji, India, Filipinas y Sri Lanka, destacando "el efecto de la dura competencia sin regular en los mercados globales en los derechos de los trabajadores".
La CIOSL reseña un caso en Bangladesh, donde las trabajadoras intentaron fundar un sindicato de la industria de la vestimenta. "El gerente general las amenazó de muerte y luego contrató a criminales para que golpeara a muchas de ellas. Veinticinco quedaron malheridas", indica el estudio.
La CIOSL ayuda a sindicatos de nivel nacional a presentar demandas ante los mecanismos de supervisión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).