DARFUR: Más violencia, menos tropas de paz y fondos

La situación de seguridad en la occidental zona sudanesa de Darfur seguirá agravándose y el proceso político permanecerá estancado a menos que la Unión Europea (UE) y la Unión Africana «cambien radicalmente de actitud y respeten sus compromisos», alertó un instituto de análisis de conflictos.

Alrededor de 1,8 millones de personas han sido desplazadas por el conflicto en Darfur. Crédito: UN/DPI Photo
Alrededor de 1,8 millones de personas han sido desplazadas por el conflicto en Darfur. Crédito: UN/DPI Photo
Para que Darfur logre la estabilidad en el corto plazo, la Misión de la Unión Africana en Sudán (AMIS) deberá recibir más tropas, un mandato más sólido y nuevos recursos, mientras que la UE tendrá que redoblar su aporte financiero, sostuvo el Grupo Internacional de Crisis (ICG), en su informe "La sociedad UE-Unión Africana en Darfur: combinación aún no ganadora", presentado el martes.

"Cualquiera de las partes debe cambiar su comportamiento en forma radical y cumplir con sus compromisos. El tamaño y el mandato de la AMIS tienen que ampliarse, y se le debe dar el respaldo que necesita. Al analizar la historia del conflicto, ésta es la única opción real", indicó David Mozersky, analista del ICG, instituto académico con sede en Bruselas.

El informe, que analiza las fortalezas y debilidades de la capacidad de respuesta de la UE al conflicto en Darfur, y sugiere vías para hacerla más efectiva, señaló que la intervención del bloque europeo en el occidente de Sudán puso a prueba su propia estructura de seguridad, así como la de la Unión Africana.

Los problemas de Darfur, reino independiente anexado por Sudán en 1917, comenzaron en los años 70 como una disputa por las tierras de pastoreo entre nómadas árabes y agricultores indígenas negros. Ambas comunidades étnicas comparten la fe islámica.
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Pero la tensión se transformó en una guerra civil en febrero de 2003, cuando guerrilleros negros respondieron al hostigamiento de las milicias Janjaweed (hombres a caballo).

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que desde el inicio del conflicto murieron entre 180.000 y 300.000 personas, y otras 1,8 millones fueron desplazadas por el asedio de las milicias árabes Janjaweed, que cuentan, según la mayoría de los observadores, con apoyo de Jartum. Cientos de miles de personas debieron refugiarse en el vecino Chad.

"La sociedad entre la UE y la Unión Africana para Darfur fue en general exitosa desde el punto de vista técnico y, aunque debe mejorarse, la coordinación estableció una buena base para una futura cooperación entre Addis Abeba y Bruselas", destacó el ICG.

También reconoció los esfuerzos de la Unión Africana para solucionar la crisis desde que estalló la guerra en 2003, así como el apoyo de la UE, sin el cual "el primer despliegue de tropas no hubiera sido posible", pero insistió en que se debía hacer más para garantizar un cese del fuego en la zona.

"La comunidad internacional como un todo debe hacer mucho más y adoptar una postura más firme si quiere que esos esfuerzos tengan sus frutos", señaló el vicepresidente del instituto para Europa, Alain Deletroz.

El ICG, una organización no gubernamental especializada en "prevención y resolución de conflictos", alertó que la situación en Darfur es cada vez más grave, pues ninguna de las partes respeta el cese al fuego acordado y el proceso político está estancado.

"La seguridad en Darfur se ha deteriorado seriamente en las últimas semanas. Se necesitan miles de botas más en el terreno inmediatamente", dijo el director del programa del ICG para África, Suleiman Baldo.

"Lamentablemente, la comunidad internacional no está preparada a estas alturas para considerar el envío de una fuerza de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) o convertir la misión de la Unión Africana en una de la ONU para aumentar el número de soldados y de donantes", sostuvo.

"Pero todavía se puede hacer mucho" con la AMIS, añadió.

La ONU considera a la crisis humanitaria en Darfur, una de las zonas más pobres de Sudán, la peor del mundo.

La Unión Africana, formalmente creada en julio de 2002, ha jugado un papel clave en los esfuerzos por poner fin al conflicto sudanés, tomando el liderazgo en las negociaciones entre el gobierno y los rebeldes, y desplegando su fuerza de 3.144 soldados para vigilar el cumplimiento del cese del fuego.

La AMIS obtuvo el apoyo financiero del Fondo de Paz en África, un paquete de la UE por 301,7 millones de dólares.

Pero el instituto con sede en Bruselas alertó que esos fondos prácticamente se han agotado y deben reponerse.

El ICG señaló que la UE debe encontrar la voluntad política y los recursos necesarios para expandir el mandato y la capacidad de la AMIS, además de mejorar la coordinación con la Unión Africana.

"La UE tiene que mejorar también la coordinación entre sus propias instituciones y estados miembro activos en la cuestión de Darfur, así como la coordinación con la Unión Africana, dándole a su nuevo representante especial en Sudán, Pekka Haavisto, la autoridad y los recursos necesarios para que pueda hablar con una voz única y fuerte", señala el informe.

El instituto también insistió en que el número de efectivos internacionales en Darfur debe ser de entre 12.000 y 15.000 lo antes posible para proteger a los civiles, estimular el regreso a sus hogares de los desplazados y crear todas las condiciones para un proceso de negociaciones productivo.

"Hemos dicho siempre que (enviar) una fuerza de la OTAN sería la forma más práctica de lograr ese despliegue, pero lamentablemente ni la OTAN ni la Unión Africana parecen dispuestas a considerar una medida tan radical", indicó en su informe.

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