CORRUPCIÓN-FRANCIA: Petróleo por alimentos y dinero por armas

La justicia francesa investiga varios casos de corrupción internacional en los que se hallan envueltos ex altos funcionarios del gobierno.

El ex embajador de Francia ante las Naciones Unidas, Jean-Bernard Mérimée, está acusado de "tráfico de influencias" y "corrupción de funcionarios del servicio exterior" debido a su participación en el polémico programa "petróleo por alimentos" para Iraq, administrado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Dicho programa, que permitía a Iraq vender una determinada cantidad de petróleo para financiar la importación de alimentos y otras provisiones de naturaleza humanitaria, se implantó entre 1996 y 2003, mientras el país estaba sujeto a sanciones internacionales por haber invadido Kuwait en 1990.

Las denuncias de corrupción en la administración del programa hicieron caer ya a varios altos funcionarios de la ONU y salpicaron inclusive a su secretario general, Kofi Annan.

Los cargos contra Mérimée fueron formulados por el juez Philippe Courroye, quien investiga supuestos sobornos pagados por el derrocado régimen iraquí de Saddam Hussein a funcionarios y diplomáticos franceses y a varias empresas.

Se sospecha que Mérimée recibió cupones por dos millones de barriles de petróleo durante el período 2001-2003 y los vendió a dos compañías francesas que estaban operando en Iraq.

Antes de Mérimée, el ex embajador Serge Boidevaix fue acusado de haber recibido "pagos" en forma de vales por 36,6 millones de barriles del gobierno iraquí.

El diplomático Mérimée, de 68 años, fue representante de Francia en la ONU entre 1991 y 1995. Más tarde, se desempeñó como embajador en Italia y como asesor en asuntos europeos del secretario general Annan.

Entre las compañías privadas cuyos ejecutivos afrontan cargos de corrupción se halla la gigante francesa petrolera Total.

En 2002, la agencia francesa encargada de perseguir delitos de lavado de dinero, Tracfin, sostuvo que Total llegó a pagar hasta cinco millones de dólares en sobornos a funcionarios iraquíes mediante una red de cuentas bancarias en Suiza.

A principios de este año, un informe policial indicó que "existe amplia evidencia de que Total estuvo envuelta en muchas infracciones (del programa petróleo por alimentos), ya sea directamente, mediante la adquisición de productos petroleros, o indirectamente, por el pago a funcionarios iraquíes a través de intermediarios".

Jerarcas franceses también son investigados por escándalos de corrupción vinculados a negocios militares.

La fiscal Marie-Christine Daubigney calificó al ex colaborador del Ministerio del Interior, Jean-Charles Marchiani, de "estafador" y solicitó que fuera penado con 4 años de cárcel y una multa de 180.000 dólares.

Marchiani es investigado por un tribunal de París por su papel en el contrabando de armas a Emiratos Árabes Unidos.

La fiscal Daubigney dijo que Marchiani recibió un soborno de 1,6 millones de dólares por parte de fabricantes franceses y alemanes de armas en pago de sus actividades de intermediación.

Marchiani admitió haber recibido el dinero, pero explicó que fue una remuneración por "operaciones del servicio secreto" aprobadas por el gobierno francés e incluso por el propio presidente Jaques Chirac.

Ningún miembro del gobierno ha testimoniado en apoyo de Marchiani.

Los servicios de inteligencia franceses también están acusados de haber participado en ventas ilegales de equipamiento militar de procedencia alemana a Arabia Saudita, a principios de los años 90.

Documentos requisados por la policía alemana en ocasión del arresto en 2004 del viceministro de Defensa alemán Ludwig Holger Pfahls muestran que logró escapar de la justicia durante cinco años gracias a la ayuda de los servicios secretos franceses.

Pfahls admitió haber recibido 2,3 millones de dólares en "comisiones" del traficante de armas Karlheinz Schreiber por su intermediación en un negocio ilegal con Arabia Saudita en 1991.

Luego que la policía alemana emitiera una orden internacional de arresto en su contra, en 1999, Pfahls vivió clandestinamente en diversos países del sudeste asiático, Gran Bretaña, Sudáfrica y Francia. Fue detenido el 13 de julio del año pasado en París.

Los investigadores alemanes manifestaron que los documentos encontrados sugieren que durante sus años de clandestinidad, Pfahls contó con la protección de los servicios de inteligencia franceses.

También indican que cada vez que se encontraba en dificultades, Pfahls llamaba a un número de teléfono y alguien aparecía enseguida ara ayudarlo a escapar a otro país.

En agosto, un tribunal alemán halló culpable a Pfahls de los delitos de corrupción y evasión impositiva y lo sentenció a dos años y medio de prisión. Pero el ex funcionario obtuvo su libertad el 1 de septiembre, pues ya había cumplido casi la mitad de la pena en prisión preventiva. (

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