Señales de alarma se activan en la gobernante coalición de centroizquierda en Chile, cuyas posibilidades de ganar en primera vuelta las próximas elecciones presidenciales con su candidata Michelle Bachelet se ven amenazadas por Tomás Hirsch, abanderado de la minoritaria izquierda extraparlamentaria.
El diputado Víctor Barrueto, presidente del Partido Por la Democracia (PPD), propuso a los líderes de las otras tres colectividades oficialistas una reunión de emergencia para diseñar estrategias que permitan "dar un nuevo aire" a la campaña de Bachelet y complementar mejor el trabajo para los comicios legislativos simultáneos.
El llamado de Barrueto se produjo luego de que la propia candidata, otros dirigentes oficialistas y altos funcionarios gubernamentales admitieron la nueva posibilidad del balotaje presidencial.
El detonante del cambio fue una encuesta difundida el sábado por el diario La Tercera y la consultora Feedback, según la cual el apoyo a Hirsch aumentó de 2,5 por ciento en el anterior sondeo de agosto a 5,2 por ciento, con un avance de 2,7 por ciento, mientras Bachelet bajó en la misma proporción, para marcar un respaldo de 45,7 por ciento.
El crecimiento de Hirsch fue atribuido a su buen desempeño en el primer debate de los cuatro candidatos presidenciales, televisado el miércoles 19 por la cadena estadounidense de noticias CNN en español y el Canal 13 de Chile.
"En esta campaña hay un antes y un después, marcado por el debate", dijo a IPS Efrén Osorio, presidente del Partido Humanista, al cual pertenece Hirsch, aliado en estos comicios con el Partido Comunista y otras fuerzas menores de izquierda en el Pacto Juntos Podemos Más.
Hirsch, virtualmente ignorado hasta ahora por la prensa, pudo debatir por primera vez en igualdad de condiciones y con amplia cobertura mediática con Bachelet y los dos candidatos de la oposición derechista, el empresario liberal Sebastián Piñera, del Partido Renovación Nacional (PRN), y el ex alcalde conservador Joaquín Lavín, de la Unión Demócrata Independiente (UDI).
"Yo diría que ganó Hirsch. Se dio a conocer como un actor competitivo. No como el actor minoritario que es", dijo al diario La Nación la socióloga Marta Lagos, experta en estudios de opinión y directora del Latinobarómetro.
En la encuesta La Tercera-Feedback, Piñera superó con 19,4 por ciento de la intención de voto a Lavín, quien registró 18,4 por ciento, pero en virtud del margen de error del sondeo se considera que ambos están en un "empate técnico".
En una depuración de la encuesta, con base solo en los votos válidos, excluyendo nulos y en blanco, Bachelet ganaría en primera vuelta con 51,5 por ciento, porcentaje inferior al 55,2 por ciento que tenía en agosto. El peligro para ella es que Hirsch siga creciendo.
En las proyecciones para una segunda vuelta, el sondeo indicó que Bachelet derrotaría a Lavín por 58,6 contra 31,7 por ciento, y a Piñera por 53,1 contra 37,8 por ciento.
El balotaje presidencial, incorporado por la Constitución que en 1980 hizo aprobar en referendo el dictador Augusto Pinochet (1973-1990), se aplicó por primera vez el 16 de enero de 2000, para dirimir la pugna entre el actual presidente Ricardo Lagos y Lavín, que en diciembre de 1999 registraron respectivamente 47,95 y 47,51 por ciento de los votos válidos.
En el balotaje, Lagos alcanzó 51,32 por ciento, en tanto Lavín aumentó a solo 48,68 por ciento. El líder oficialista capitalizó a su favor el caudal de 3,19 por ciento que había obtenido en primera vuelta la comunista Gladys Marín y el del propio Hirsch, que entonces tenía un modesto 0,51 por ciento.
Los ministros Francisco Vidal, del Interior, y Osvaldo Puccio, de la Secretaría General de Gobierno, recordaron el lunes que el balotaje estaba dentro de las normas democráticas y permitía formar gobiernos de mayoría.
"El presidente Lagos ganó en segunda vuelta y ha hecho un gran gobierno", subrayó Puccio.
En 1999, Lavín compitió como candidato único de la Alianza por Chile, pacto de la UDI y el PRN, partido que ahora le disputa con Piñera la posibilidad de competir en la hipotética segunda vuelta que tendría lugar el 10 enero del año próximo.
"Tengo mis propias encuestas y en ellas voy segundo", aseguró Lavín luego del sondeo de La Tercera-Feedback, mientras Piñera, cuya postulación emergió en mayo, señaló que se estaba confirmando su ascenso como oponente seguro de Bachelet.
"El ambiente electoral se va sensibilizando con la cercanía de los comicios, y ello está significando tal vez lecturas sobredimensionadas de esta última encuesta, la primera que se conoce tras el debate televisivo de los candidatos", dijo a IPS el analista político Adolfo Rodríguez.
El experto recordó que ese sondeo, realizado entre el 15 y el 22 de octubre con encuestas en 800 hogares, comprendió solo a la región Metropolitana (Santiago), donde está 37 por ciento de los 8,2 millones de votantes de este país, cuya población asciende a 15,5 millones. "Será importante conocer sondeos en el plano nacional antes de adelantar juicios", recomendó.
La coalición gobernante se plantea la necesidad de despojar a una posible segunda vuelta de cualquier atisbo de fracaso y realzar que aun en ese escenario Bachelet derrotará por amplio margen a Piñera y a Lavín.
La Concertación por la Democracia, que gobierna Chile desde el fin de la dictadura de Pinochet, en marzo de 1990, está integrada por los partidos Demócrata Cristiano, Por la Democracia, Radical Socialdemócrata y Socialista, al cual pertenece Bachelet.
El diputado y secretario general del socialismo, Camilo Escalona, desestimó que su candidata estuviera perdiendo votos en beneficio de Hirsch. "No veo ninguna razón para pensar que se va a producir un fenómeno de esa naturaleza", dijo el lunes.
Joaquín Arduengo, candidato a senador del Partido Humanista, dijo este martes a IPS que los comentarios de Escalona son "un vano intento de debilitar la candidatura de Tomás Hirsch", quien "seguirá en franco aumento en los días que faltan para las elecciones".
"Bachelet, en cambio, seguirá cuesta abajo en las encuestas, ya que no existe en la coalición de gobierno una real intención para realizar los cambios que Chile quiere y necesita", sostuvo Arduengo.
Hirsch, quien rechazó los elogios de Lavín por su desempeño en el debate, declaró su interés de no forzar una segunda vuelta, sino fortalecer un proyecto de futuro de la izquierda, para lo cual aspira a lograr el 11 de diciembre un respaldo electoral "de dos dígitos".
Los analistas políticos coinciden en que ahora corresponde la iniciativa a Bachelet y a la coalición gobernante, en cuyo interior se vislumbran diversas lecturas sobre las relaciones de los partidos con quien sería la primera mujer en presidir Chile.
"Hay ciertas 'baronías' partidarias que prefieren dar a Bachelet un mandato más acotado en enero (de 2006) que un aluvión de votos en diciembre que la haga inmune al control de las dirigencias", escribió en el diario La Nación el analista político Rafael Fuentealba. (