SRI LANKA: Gobierno pide ayuda a ONU para resolver conflicto

Un asesor especial del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se encuentra de visita en Sri Lanka para evaluar el estado del conflicto entre el gobierno y los separatistas del norte y este de la isla, a pedido de Colombo.

La visita, que comenzó el domingo y terminará este martes, responde a una solicitud formulada por la presidenta Chandrika Kumaratunga y no a una iniciativa de la ONU, aclaró Fahran Haq, portavoz del foro mundial.

Kumaratunga habló dos veces por teléfono la semana pasada con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidiéndole ayuda para relanzar el estancado proceso de paz con los separatistas Tigres de Liberación de Tamil Eelam, con la mediación de Noruega.

En respuesta, Annan solicitó a su asesor especial Lakhdar Brahimi que visitara Sri Lanka y presentara un informe sobre la actual situación política y militar en el país, informó Haq a IPS.

Brahimi, ex canciller de Argelia, es actualmente asesor especial de Annan sobre prevención y resolución de conflictos. En ese carácter ha actuado en Zaire (actual República Democrática de Congo), Haití, Yemen, Líbano, Liberia, Nigeria, Sudán y Nepal, pero sus misiones más importantes fueron las de Iraq y Afganistán.

"Brahimi evaluará la situación en el país y posteriormente informará al secretario general", agregó el portavoz.

Sri Lanka, que hasta ahora había rechazado toda oferta de mediación de la ONU por temor a "internacionalizar" un problema étnico nacional, se vio ahora obligada a acudir al foro mundial, señalaron observadores políticos en Colombo.

Los Tigres luchan desde 1983 por la independencia del norte y este de la isla, de mayoría étnica tamil. De los 19 millones de habitantes de Sri Lanka, 74 por ciento son cingaleses y 18 por ciento tamiles, en su mayoría hindúes.

El conflicto, que ha enfrentado a la minoría tamil con la mayoría cingalesa y budista, ha provocado la muerte de más de 76.000 personas.

Pese a un cese del fuego acordado en febrero de 2002, las negociaciones están estancadas desde abril de 2003 y la relación entre el gobierno y los rebeldes se volvió cada vez más tensa desde la deserción del ex jefe militar de los Tigres, Vinayamoorthi Muralitharan, alias Karuna, hacia el lado del gobierno.

Los Tigres acusaron a Colombo de promover una "guerra de desgaste" utilizando a la facción disidente de Karuna.

Después ocurrió el asesinato del canciller Lakshman Kadirgamar, el 12 de agosto último, que el gobierno atribuyó a los Tigres y que marcó la peor crisis en las relaciones entre ambas partes desde el comienzo de la tregua. Los insurgentes negaron cualquier responsabilidad en el atentado.

El asesinato tuvo lugar en momentos en que la tregua entre los Tigres y Colombo se encontraba bajo gran presión. El cese del fuego logrado con la intermediación de Noruega es el más largo en los 21 años décadas de guerra civil, pero los mediadores no han logrado desestancar el proceso después de más de tres años de negociaciones diplomáticas.

Colombo acusó a Noruega de ser "demasiado blanda" con los Tigres de Tamil, responsabilizados por varios "asesinatos selectivos" durante el cese del fuego, incluidos el del canciller Kadirgamas y los de varios periodistas.

Kadirgamar, que había realizado una campaña mundial contra los Tigres y convenció a varios países occidentales de proscribirlos como "grupo terrorista", fue abatido por un francotirador en su casa de Colombo tres semanas antes de su previsto viaje a Nueva York para participar en el 60 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, que comenzará el 17 de este mes.

Trascendió que el pedido de ayuda de Kumaratunga a la ONU se relaciona principalmente con el propósito de poner fin al reclutamiento de niños soldados por los Tigres e investigar violaciones de derechos humanos cometidas por el grupo rebelde.

Asimismo, la presidenta aspiraría a una posible intervención del foro mundial para destrabar las conversaciones de paz con los rebeldes.

La decisión del gobierno de acudir a la ONU también se considera un esfuerzo para debilitar la mediación de Noruega o para empujar a ese país a acelerar el proceso de paz.

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