Al contrario que otras organizaciones de la sociedad civil, una red de grupos femeninos se mostró gratamente sorprendida con el borrador de declaración final de la Cumbre Mundial 2005, que se celebra hasta este viernes en Nueva York.
Los cambios reflejaron el éxito de una prolongada y persistente presión sobre los gobiernos, manifestó el Grupo de Monitoreo de Género de la Cumbre Mundial, que reúne a 18 organizaciones no gubernamentales especializadas.
Las presiones no procedieron solo de grupos femeninos, afirmó la red. "Diferentes grupos tuvieron diferentes agendas, pero tuvimos una actitud de colaboración y por eso es que tuvimos éxito", indicó el Grupo en un comunicado de prensa.
La Cumbre Mundial 2005 está reunida desde el miércoles en la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), con el objetivo original de analizar el avance en el cumplimiento de los ocho Objetivos para el Desarrollo del Milenio.
Este programa, acordado en 2000 por jefes de Estado y de gobierno, incluye la reducción a la mitad de la proporción de la población pobre y hambrienta del mundo para 2015. El tercer objetivo es "promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer".
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Mientras organizaciones de la sociedad civil acusan a los gobiernos de dejar de lado las metas del milenio en sus deliberaciones de la Cumbre, los grupos femeninos perciben avances en lo que respecta al objetivo número tres.
"La presión aseguró que los derechos de las mujeres no fueran bajas en las altas apuestas del póker de la Cumbre", indica el comunicado.
Una mirada atenta al borrador, al que muchas activistas se preparaban para criticar, derivó en algunas agradables sorpresas. Lo habitual para las organizaciones femeninas en este tipo de conferencias es la decepción.
Las metas establecidas en el tercer objetivo del milenio, por ejemplo, apenas hacen hincapié en la educación primaria y secundaria. Las metas sobre mortalidad materna e infantil se vinculan directamente con los intereses femeninos, pero las activistas manifestaban que las cuestiones de género debían atravesar explícitamente todos los ocho objetivos.
El borrador de declaración final mejora las cosas, dijo la activista nigeriana Bene Madunagu. "Si miramos hacia atrás, esto representa una mejora aun comparado con 'Un concepto más amplio de la libertad'", agregó, en referencia al informe preparado en mayo por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
"Los Objetivos del Milenio no contienen menciones a los derechos humanos. Este documento sí los contiene, y reconoce siete áreas críticas dentro del contexto del desarrollo", explicó la activista, coordinadora general de la organización no gubernamental Alternativas de Desarrollo con Mujeres para una Nueva Era (DAWN).
El informe de Annan resumía todo en un pequeño párrafo, mientras que el borrador acordado incluye compromisos como el acceso equitativo para hombres y mujeres a la tierra, los recursos, la herencia, los servicios de salud reproductiva y el mercado laboral.
También se pronuncia en favor de una mejor representación femenina en órganos de gobierno y una participación plena y equitativa en la política.
El documento también reconoce, como reclamaban las organizaciones femeninas, la implementación plena de la Declaración y la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing como contribución esencial para alcanzar los Objetivos del Milenio.
El borrador de la declaración final es explícito. "Nos comprometemos a promover activamente la presencia dominante de una perspectiva de género en el diseño, implementación, control y evaluación de políticas y programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales", indica.
También está claramente definida como compromiso la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres y las niñas a través del fin de la impunidad.
La representante de la Iglesia Metodista Unida en la ONU, Vina Nadjibulla, sostuvo que el documento también incluye compromisos a rechazar todas las leyes que contienen medidas discriminatorias contra las mujeres.
"Esto es diferente a cualquier documento de la ONU: es un acuerdo presidencial, y tiene ese peso", consideró Nadjibulla.
"Veníamos con muchas críticas. Los objetivos eran minimalistas. Hemos participado en varios procesos, y las mujeres, realmente, contribuimos mucho. Y ahora los objetivos del milenio se ampliaron", dijo la activista uruguaya Alejandra Scampini.
Las activistas atribuyen los cambios a su prolongada y constante presión sobre los gobiernos, que no procedió solo de organizaciones femeninas.
El borrador también contiene la promesa de implementar la resolución 1.325 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobado en 2000. Esa norma promueve la participación de las mujeres en los procesos de paz y seguridad.