Cuando Estados Unidos, autoproclamado defensor de las libertades, se postuló en mayo de 2001 para uno de los 53 asientos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, sufrió una humillante derrota.
En esa ocasión y por primera vez, Estados Unidos fue expulsado de la Comisión desde su creación, en 1947. El resentimiento contra Washington era tanto que muchos de los países miembros que le prometieron su voto renegaron de su promesa en privado, y lograron su propósito.
La razón es que la votación en las elecciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), incluso para la Comisión sobre Derechos Humanos, es secreta. Resulta casi imposible descubrir cuál de los 191 estados miembros votó por determinado candidato.
Ahora, Estados Unidos lleva adelante una campaña para sustituir ese órgano por un Consejo de Derechos Humanos que sería elegido en forma directa por la Asamblea General, por una mayoría de dos tercios de votos.
Si la propuesta prospera, quienes resulten elegidos para el nuevo Consejo deberán "comprometerse a respetar, proteger y promover los derechos humanos".
[related_articles]
Estados Unidos cree que, mediante estas condiciones más estrictas, le será posible excluir del nuevo órgano a Sudán, Zimbabwe y Libia, todos regímenes acusados de violaciones a los derechos humanos.
Pero un diplomático asiático que solicitó reserva advirtió que el propio Estados Unidos podría resultar víctima de su iniciativa debido a sus malos antecedentes en materia de derechos humanos, en especial desde que el presidente George W. Bush lanzó la guerra contra el terrorismo, a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
"Si las elecciones se realizan por voto secreto, Estados Unidos podría fracasar en su intento de obtener un asiento en el nuevo consejo, porque los países miembros de la ONU aprovecharán la oportunidad para expresar lo que de verdad sienten", dijo la fuente. "Para Estados Unidos, esto es un juego político", agregó.
Pero Jim Paul, director ejecutivo del Foro de Políticas Mundiales, con sede en Nueva York, se mostró escéptico, aunque coincidió en que la conducta de Washington en materia de derechos humanos ha sido muy reprobable en los últimos años.
"Si Estados Unidos es excluido del nuevo órgano, eso sería una justicia poética", pero "dudo que eso ocurra", manifestó Paul.
"Estados Unidos es uno de los principales violadores de derechos humanos, principalmente por sus acciones fuera de sus fronteras. Pero habrá una tremenda presión sobre los países miembros para ver al emperador con todas sus ropas", dijo a IPS.
Muchos gobiernos temen que, si no eligen a Estados Unidos, la ONU se debilite más todavía y sus relaciones bilaterales con Washington se deterioren, agregó Paul.
John Bolton, el controvertido y flamante embajador de Estados Unidos ante la ONU, otorgó máxima prioridad a la creación del Consejo de Derechos Humanos como parte de la reforma de la organización mundial.
Los países miembros de la ONU aprobaron un plan de acción que deberá adoptar la Cumbre Mundial a realizarse del 14 al 16 de septiembre en Nueva York.
Además de considerar las propuestas de reforma del foro mundial, la cumbre evaluará el avance hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por los 191 países miembros en 2000.
Los Objetivos incluyen la reducción de la pobreza extrema y el hambre a la mitad, la educación primaria universal y la promoción de la igualdad de género y la autonomía de la mujer.
También incluyen la reducción de la mortalidad materna en tres cuartos, de la mortalidad infantil en dos tercios, y el combate al sida, la malaria y otras enfermedades. Las metas específicas deben cumplirse antes de 2015 y tienen como referencia los niveles de 1990.
La Cumbre Mundial fue descripta por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, como "la mayor reunión de líderes mundiales de la historia". Se realizará del 14 al 16 de septiembre y contará con la participación de 122 jefes de Estado, 55 jefes de gobierno y más de 13 cancilleres y altos funcionarios. (FIN/IPS/traen-mlm/td/ks/hd md ip/05)