AMBIENTE-UE: Aerolíneas pagarán el costo de la polución

La propuesta de gravar los vuelos comerciales con el fin de limitar las emisiones de dióxido de carbono, principal causa del recalentamiento planetario, contará al ser debatida en la Unión Europea (UE) con el apoyo de importantes organizaciones ambientalistas.

Los aviones figuran entre los mayores generadores de este gas de efecto invernadero, que, al impedir la salida al espacio exterior de las radiaciones del sol, eleva la temperatura de la atmósfera y altera las pautas que rigen el clima.

Según cifras de la Comisión, las emisiones de gas invernadero de la UE generadas por la aviación internacional aumentaron 73 por ciento desde 1990 a 2003. Si el crecimiento continúa a este ritmo, el aumento desde 1990 será de 150 por ciento para 2012.

Este crecimiento contrarrestaría en más de un cuarto la reducción de emisiones que la UE debe hacer de acuerdo con el Protocolo de Kyoto sobre cambio climático.

Ese tratado, firmado en la ciudad japonesa de Kyoto en 1997, obliga a los países industrializados a disminuir las emisiones al menos 5,2 por ciento respecto de 1990. El primer periodo de implementación del Protocolo es 2008-2012.

Las emisiones de dióxido de carbono de los vuelos domésticos en Europa están sujetas a los objetivos de emisiones del Protocolo de Kyoto, pero los vuelos internacionales, no.

El plan presentado el martes por la Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, recomienda que todos los operadores aéreos sean incluidos en la Agenda de Comercio de Emisiones (ETS, según sus siglas en inglés) de la UE.

Bajo esta agenda, los operadores industriales reciben permisos de emisión por hasta cierta cantidad de dióxido de carbono al año. Si prevén que excederán lo permitido, pueden comprar permisos adicionales en el denominado "mercado de emisiones".

Por el contrario, si sus emisiones reales son más bajas de lo permitido, pueden vender el excedente en el "mercado" o "ahorrarlo" para cubrir excesos futuros.

La ETS, que entró en vigencia el 1 de enero de este año, abarca a aproximadamente 11.500 instalaciones industriales.

Bajo el plan de la Comisión, la aplicación de la ETS se extendería a todas las empresas de transporte aéreo que operan en Europa, sin importar su nacionalidad. Y dependiendo del grado en que operen desde aeropuertos en la UE, las aerolíneas extranjeras serían incluidas del mismo modo que las europeas.

"Hay un consenso creciente en el sector de la aviación en cuanto a que el comercio de emisiones representa la mejor manera de cortar las emisiones de gas invernadero", dijo Jacques Barrot, comisario de Transporte de la UE.

Ideas alternativas también consideradas incluían un impuesto a los pasajes individuales y otro a las partidas.

"No hay razón para prolongar la incertidumbre. Claramente, es tiempo de decidir y actuar", escribió una red de organizaciones ambientalistas no gubernamentales a los comisarios, apoyando el plan.

Entre esas organizaciones figuran la Federación Europea para el Transporte y el Ambiente, la Red Acción Climática Europa, el Buró Ambiental Europeo, la Red Ambiental Alianza de la Salud Pública Europea, Amigos de la Naturaleza Internacional, Amigos de la Tierra Europa, Greenpeace, la Red de Vigilancia CEE y la Oficina de Políticas Europeas de WWF (ex World Wild Fund). "La Comisión ha estado considerando los pros y contras de diferentes políticas climáticas para la aviación desde 1999, cuando se publicó el primer estudio sobre el asunto", dijeron. "Hasta ahora, la única política ha sido mantener todas las opciones abiertas. Ahora hay que tomar una opción clara."

Calificaron al plan de la Comisión de "primer paso necesario" y le pidieron que "emita una propuesta legislativa concreta para hacer frente al impacto de la aviación a la brevedad posible".

Afrontar las emisiones causadas por la aviación es más que un asunto de urgencia para el ambiente, dijeron. La aviación ya contabiliza entre cinco y 12 por ciento del impacto de la UE sobre el clima. Los viajes aéreos son la fuente de emisiones de gases invernadero que crece más rápido.

"El auge de los vuelos trae consigo un rápido aumento de las emisiones", dijo el comisario de Ambiente, Stavros Dimas. "Extender el comercio de emisiones al sector de la aviación limitará estas emisiones y asegurará que la aviación, como todos los otros sectores, contribuya a reducir los perjudiciales gases invernadero".

La Federación Europea para el Transporte y el Ambiente, una red de organizaciones no gubernamentales, también señaló que el plan de la Comisión es sólo un primer paso en la dirección correcta. "Es mejor que nada, pero no es suficiente", dijo a IPS un portavoz.

"Este plan no dará a las compañías aéreas ningún incentivo real para reducir sus emisiones de gas, dado que pueden comprar permisos adicionales en el mercado si los necesitan", opinó. "Necesitamos un paquete más general que incluya otras medidas, como cobrar impuestos al combustible o costos de emisión durante el viaje".

La Asociación de Aerolíneas Europeas dio la bienvenida a la propuesta, pero con condiciones.

"Nuestra primera reacción es bastante positiva", dijo a IPS David Henderson, gerente de información. "El mayor problema para nosotros, sin embargo, es que el plan de la Comisión parece aplicarse a todos los vuelos desde y dentro de la UE. Preferiríamos que sea limitado a vuelos intraeuropeos".

La Comisión considera que sus propuestas elevarán 11 dólares el costo promedio de un vuelo. "Nos hubiera gustado ver las suposiciones que hay detrás de esto y los detalles detrás de los cálculos", dijo Henderson.

Ahora, las recomendaciones de la Comisión deben transformarse en una propuesta legislativa formal, que necesitará la aprobación de los estados miembros de la UE y del Parlamento Europeo. Este proceso habitualmente lleva dos o tres años.

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