TRABAJO-AMÉRICA DEL NORTE: Detroit estornuda y Canadá se resfría

Veinte años atrás, el Sindicato Canadiense de Trabajadores del Automóvil (CAW por sus siglas en inglés), se separó de la estadounidense Trabajadores del Automóvil Unidos (UAW) por desacuerdos sobre la autonomía sindical y las concesiones dadas a las empresas.

Ahora el sindicato enfrenta su mayor desafío, pues los Tres Grandes fabricantes de automóviles de América del Norte —General Motors, DaimlerChrysler y Ford—, muy sindicalizados, pierden cada vez más ventas ante sus competidores asiáticos, advirtió Jim Stanford, un economista del CAW.

Los trabajadores sindicalizados nunca podrán satisfacer todas las demandas de flexibilizar salarios y beneficios para hacer más competitiva a la industria frente a modelos más baratos de empresas sin sindicatos y regiones de salarios bajos, incluyendo a China, "aunque trabajáramos gratis durante 50 años", dijo Stanford.

"No queremos perder fábricas de autos en Canadá. Ya hemos perdido tres", agregó.

El sector automotriz de este país es un importante empleador, sobre todo en el sureño Ontario, con más de 149.000 empleados en plantas sindicalizadas propiedad de los Tres Grandes de Detroit (corazón de la industria, en el noreste de Estados Unidos), o de sus proveedores canadienses de autopartes, según CAW.
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Miles de trabajadores más en las industrias del acero y del plástico se ven afectados indirectamente por las tendencias de la industria automotriz.

A principios del verano boreal, el periódico Toronto Globe and Mail informó que la porción del mercado estadounidense para el mayor de los Tres Grandes, General Motors, cayó de 27 por ciento a 25,4 por ciento en el último año.

Mientras tanto, la porción de mercado de Ford se redujo de su tradicional 25 por ciento a 13,9, lo que constituye el peor desempeño de los Tres Grandes.

En Toronto, el asesor de la industria Dennis DesRosiers estimó que el año pasado 20,3 por ciento de automóviles y camiones comprados por los canadienses fueron fabricados fuera del país, lo que representa una mejora respecto de 1991, cuando esa proporción era de aproximadamente 25,5.

Pero algunos expertos opinan que esta tendencia se debe a la nueva producción local de los competidores asiáticos de Detroit —particularmente la empresa japonesa Toyota—, que han establecido sus propias fábricas de ensamblaje en Canadá, a las que no entran los sindicatos.

En un discurso ante los trabajadores sindicalizados de la compañía en toda América del Norte, el presidente ejecutivo de General Motors, Rick Wagoner, anunció que pretendía eliminar 25.000 puestos de trabajo para 2008, con el fin de ahorrar cerca de 2.500 millones de dólares.

General Motors no ha especificado qué empleados perderán sus trabajos, pero el presidente del CAW, Buzz Hargrove, dijo a una cadena de televisión canadiense que los miembros del sindicato que trabajan para compañías proveedoras de General Motors en Ontario se verán afectados.

"Me sentí conmocionado, entendí no se puede eliminar 25.000 empleos en Estados Unidos sin causar impacto en las operaciones canadienses", dijo Hargrove.

Wagoner culpó de las dificultades financieras de General Motors al elevado costo de las primas de seguros de salud privados a los empleados, más de 5.000 millones de dólares anuales para un millón de personas, entre empleados en actividad y jubilados con sus familias.

Esto agrega 1.500 dólares al costo de cada vehículo de General Motors, "una desventaja importante contra los competidores del extranjero", dijo Wagoner.

Stanford explicó a IPS que el sistema de salud pública en Canadá cubre los costos de médicos y hospitales, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde la gente debe pagar por todos los servicios médicos, y por eso depende tanto de los seguros de salud privados.

En las plantas canadienses sindicalizadas de los Tres Grandes "los costos de salud sólo representan 120 dólares por vehículo", aseguró.

Pradeep Kumar, profesor de la escuela de Relaciones Industriales de la Universidad de Queen, señaló que los Tres Grandes están endilgando a los trabajadores canadienses "problemas estadounidenses", como los costos de la cobertura de salud y el financiamiento de los planes de jubilaciones privadas.

La "UAW va a ayudar a las compañías a volverse productivas, pero esto no es un problema en Canadá, donde las empresas ya son productivas", dijo Kumar en entrevista con IPS. "La industria automotriz está en mejor forma en Canadá", aseveró.

Kumar se refería a un estudio industrial realizado por Harbour Consulting, una encuestadora con sede en Detroit, que calificó a la planta de ensamblaje de General Motors Canadá, ubicada en Ontario, como la más productiva de América del Norte.

Hasta ahora, el CAW no ha tenido éxito en promover la productividad canadiense para convencer a los fabricantes de Estados Unidos de invertir en más capacidad fabril en Canadá.

Ester reclamo no tiene futuro, cuando demasiados vehículos son manufacturados en todo el mundo para muy pocos compradores, según Félix Pilorusso, presidente de Pilorusso Consulting en Toronto.

"La posición de CAW es: 'Sí, sabemos que los Tres Grandes están en problemas, pero eso no tiene nada que ver con nosotros'", dijo.

El CAW no ha revelado con cuál de los Tres Grandes negociará en primer lugar para fijar un marco de los nuevos contratos laborales en Canadá.

Pilorusso afirma que el sindicato se dirigirá primero a DaimlerChrysler, ya que ese fabricante evitará medidas que lleven a una huelga, pues varios de sus modelos más vendidos, incluyendo el Dodge Charger y el Magnum Charger, sólo se fabrican en Ontario.

"Y si el CAW puede lograr un buen acuerdo, entonces los empleados de Ford Canadá y de General Motors Canadá obtendrán virtualmente lo mismo. Entonces la UAW de Estados Unidos dirá '¿por qué nos merecemos menos?'", dijo.

A las compañías asiáticas como Toyota y Honda les va bien porque han demostrado poseer más imaginación para crear características "amigables" en lo relativo al ambiente, como el motor de células de combustible y vehículos utilitarios deportivos más pequeños y accesibles, menos afectados por los ascendentes precios de la gasolina.

Terminados los buenos tiempos para los Tres Grandes, el CAW se halla a la defensiva, igual que muchos sindicatos en otros sectores, dijo Kumar.

En el vigésimo aniversario de la independencia de CAW (respecto de su hermana UAW), el profesor promueve, paradójicamente, el regreso a la coordinación de las negociaciones con sindicatos de otros países..

"Dado que estas compañías multinacionales pueden movilizarse (de una jurisdicción de bajos salarios a otra), los sindicatos no sólo tienen que mirar sus intereses domésticos, sino también considerar los intereses internacionales", recomendó Kumar.

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