El asesinato del canciller de Sri Lanka, Lakshman Kadirgamar, es una dura prueba para el proceso de paz entre el gobierno y los separatistas Tigres de Liberación de Tamil-Eelam, aunque las autoridades afirmaron que la tregua de tres años sigue en pie.
Probablemente, Kadirgamar pagó el precio por la proscripción como grupo terrorista de los Tigres de Tamil en Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países occidentales, cuando un francotirador le disparó el viernes al salir de la piscina de su casa.
Este lunes, el cuerpo del canciller recibió honores de dignatarios nacionales y extranjeros y otras personalidades en su residencia oficial del barrio diplomático de la capital, antes de ser llevado a la Plaza de la Independencia para su cremación.
La presidenta Chandrika Kumaratunga declaró el estado de emergencia tras acusar a los Tigres de Tamil del asesinato de Kadirgamar, un tamil cristiano que los insurgentes consideraban un traidor por su campaña por la proscripción internacional del grupo.
Los Tigres luchan desde 1983 por la independencia del norte y este de la isla, de mayoría tamil. El asesinato de Kadirgamar marca la peor crisis en las relaciones entre los rebeldes y el gobierno desde el comienzo de una tregua en 2002.
Los insurgentes negaron cualquier responsabilidad en el atentado. S.P. Tamilselvan, jefe del ala política de los Tigres de Tamil, criticó duramente al gobierno por apresurarse a acusar a su grupo y realizó una contraacusación que implica al ejército de Sri Lanka.
También sabemos que hay sectores dentro de las Fuerzas Armadas que operan con una agenda oculta para sabotear el cese del fuego, dijo Tamilselvan en una declaración publicada en el sitio web Tamilnet.com.
El asesinato ocurrió en momentos en que la tregua entre los Tigres y Colombo se encontraba bajo gran presión. El cese del fuego logrado con la intermediación de Noruega es el más largo en las dos décadas de guerra civil.
El conflicto, que ha enfrentado a la minoría tamil con la mayoría cingalesa y budista, ha provocado la muerte de más de 76.000 personas.
De los 19 millones de habitantes de Sri Lanka, 74 por ciento son cingaleses y 18 por ciento tamiles, en su mayoría hindúes.
Pese al cese del fuego, las negociaciones están estancadas desde abril de 2003 y la relación entre el gobierno y los rebeldes está cada vez más tensa desde la deserción del ex jefe militar de los Tigres, Vinayamoorthi Muralitharan, alias Karuna, hacia el lado del gobierno.
Los Tigres acusaron a Colombo de promover una guerra de desgaste utilizando a la facción disidente de Karuna. Apenas 24 horas antes del asesinato de Kadirgamar, el principal ideólogo de los Tigres, Anton Balasingham, advirtió que el apoyo del gobierno a un conflicto en las sombras podría reavivar abiertamente las hostilidades.
Tamilselvan manifestó una idea similar al afirmar que la disidencia de elementos nacionalistas en el sur del país llevó al asesinato de Kadirgamar y que el gobierno debería mirar hacia adentro en lugar de echar la culpa a los Tigres de Tamil.
El brigadier Daya Rathanyake, portavoz del ejército, informó que días antes del asesinato del canciller había aprehendido cerca de la residencia de éste a dos supuestos militantes de los Tigres que estarían reconociendo el terreno.
Varios días antes de la advertencia de Balasingham, los últimos esfuerzos de los mediadores noruegos para destrabar el diálogo fracasaron cuando el vicecanciller Vidar Helgessen regresó a Oslo con las manos vacías desde Colombo.
Este asesinato (de Kadirgamar) representa una difícil prueba para el proceso de paz de Sri Lanka, declaró el canciller noruego Jan Peterssen.
Lo mismo expresó Jayantha Dhanapala, director de la gubernamental Secretaría de la Paz. La reanudación del proceso de paz está en grave peligro, dijo.
Sin embargo, el gobierno se apresuró a tranquilizar a la comunidad donante rechazando cualquier posibilidad de reanudación de hostilidades abiertas.
El ministro Nimal Siripala de Silva aseguró que el gobierno permanece plenamente comprometido con el cese del fuego. Mientras, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, exhortó a todas las partes involucradas a no cejar en los esfuerzos por la paz.
Debemos honrar juntos la memoria de Kadirgamar reencauzando nuestros esfuerzos hacia la paz para que la tregua siga en vigor, instó Rice. (FIN/IPS/traen-mlm/ap/rdr/ip/05)