En medio de una fuerte disputa, dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que aparece con gran chance de llegar al gobierno de México en 2006, acusaron de desleales y fracasados a los insurgentes zapatistas que, a su vez, los habían llamado traidores bribones y tramposos.
Tanto el PRD, fundado a fines de los años 80, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que irrumpió en escena con un alzamiento armado en enero de 1994, reclaman para sí el calificativo de izquierda y desde esa esquina disputan acuerdos y alianzas con la "sociedad civil", a la que ambos consideran su aliada.
La batalla entre la izquierda electoral y la izquierda guerrillera está desatada una vez más, "así que los políticos de centro y derecha deberían estar contentos", dijo a IPS el politólogo Iván Anaya, tras recordar que las disputas entre las izquierdas del mundo fueron en el pasado feroces e incluso cobraron cientos de vidas.
El fuego en México lo abrió el EZLN en julio, cuando acusó al PRD de ser la mano "izquierda de la derecha" y dijo que su potencial candidato presidencial, Andrés López Obrador, el que recoge más adhesiones en las encuestas de intención de voto para las elecciones de 2006, es "ambicioso y siniestro".
"Quienes están con López Obrador no pueden estar con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional", sentenció a inicios de este mes en el sudoriental estado de Chiapas el líder de esa guerrilla, el llamado subcomandante Marcos, en lo que fue su primera aparición pública desde 2001.
Marcos hizo tal advertencia en una reunión a la que invitó el EZLN a organizaciones de izquierda y civiles que no participan en procesos electorales y con los que aspira a realizar una alianza.
Ahora, el jefe insurgente emitió un comunicado público en el que fue aún más duro con el PRD, al indicar que "traicionó" su compromiso de apoyar la lucha por los derechos indígenas.
Además, en el texto divulgado el martes se denuncia que los gobiernos municipales vinculados al PRD en Chiapas han agredido a balazos a zapatistas por no aceptar ser "sus cómplices".
"Esos sinvergüenzas y bribones del PRD son, además, tramposos. Fingen que están indignados por lo que decimos, pero no despegan los ojos de las encuestas y respiran tranquilos. Deslindarse del zapatismo siempre ha sido su obsesión", escribió.
En 2001, el PRD apoyó en el parlamento junto a los demás partidos un proyecto de ley sobre derechos indígenas que la guerrilla consideró una burla.
Leonel Cota, líder del PRD y amigo cercano de López Obrador, declaró que, "después de su evidente fracaso por la vía armada", Marcos ataca ahora contra su partido para hacerle así un favor a los políticos de derecha y centro, que son los rivales a vencer en 2006.
El dirigente de este partido, fundado por ex integrantes del hoy opositor Partido Revolucionario Institucional e integrado por socialdemócratas, comunistas y socialistas, recomendó al líder guerrillero participar en política de "manera abierta y no de manera poco leal", como hasta ahora. "Marcos siempre ha sido ingrato con el PRD", se quejó Cota.
La disputa se da cuando López Obrador, a quien la guerrilla considera un político liberal lejano de la izquierda, está en plena campaña proselitista, luego de renunciar en julio a la alcaldía de la capital de México.
El EZLN, por su parte, mantiene reuniones con grupos de izquierda en Chiapas mientras prepara un recorrido por el país para buscar, según dice, alianzas con la "verdadera" izquierda y con agrupaciones sociales para buscar una "nueva forma de hacer política". Pero el grupo aclara que no participará en procesos electorales.
En forma paralela, López Obrador está invitando a grupos sociales y a políticos de izquierda a sumarse a su campaña política. Además, el presidente del PRD adelantó que en las elecciones de 2006, cuando también se elegirán legisladores, su partido otorgará candidaturas para esos cargos a miembros de la sociedad civil.
"La izquierda es experta en las disputas, eso pasa ahora mismo dentro del PRD entre diversas corrientes, y seguramente también sucedió o sucede dentro los zapatistas", señaló Anaya, quien es profesor de análisis político en varias universidades privadas de México.
A su entender, cuando hay que sacar cuentas de las derrotas o cuando se tiene o se está muy cerca del poder político, "la izquierda hace casi siempre cortocircuitos de intolerancia".
Cuando el EZLN se levantó en armas en 1994, el PRD fue uno de los que más presionó al gobierno de entonces de Carlos Salinas (1988-1994), para que cesara los ataques e invitara al diálogo a los rebeldes.
Gerardo Fernández, portavoz del PRD, declaró que su partido evitará responder y confrontarse con la guerrilla y la respetará si llega a ser gobierno.
Pero el EZLN, cuyos orígenes se remontan a las Fuerzas de Liberación Nacional, grupo de corte marxista-leninista disuelto a comienzos de los años 80, parece no estar dispuesto a silenciar sus críticas.
En el PRD se hace "una política que no tiene nada de revolucionaria ni de democrática, ya no digamos de izquierda", afirma Marcos.
En mayo, el EZLN levantó su empolvada bandera de lucha contra el neoliberalismo para convocar a un encuentro mundial, y anunció que recorrerá el país en busca de alianzas con la "mera (verdadera) izquierda".
Con el anuncio, el grupo regresó a escena en momentos en que el clima político sube de temperatura de cara a las elecciones presidenciales de 2006
Como sucedió en el pasado, la atípica guerrilla actúa desarmada y con la venia del gobierno de Vicente Fox, que saludó este nuevo paso político.
La guerrilla, integrada en su mayoría por indígenas, no dispara un solo tiro desde enero de 1994, cuando el entonces presidente Salinas declaró el cese del fuego unilateral y luego el Congreso legislativo aprobó una ley de pacificación y diálogo.
Tras cuatro años de escasa presencia pública, y después de haber sido en los años 90 uno de los motores iniciales de la lucha global contra el neoliberalismo, con iniciativas como un encuentro en las selvas de Chiapas en 1996, el EZLN vuelve y agita el debate, apuntando sus baterías contra el PRD.
"En 2006 (cuando se celebren las elecciones presidenciales) sabremos si el reestreno de los zapatistas en escena fue estratégicamente bueno o si, junto con el PRD, cayeron en otra derrota", apuntó Anaya. (