Argentina, Brasil y Uruguay aceptaron formalmente el hecho consumado de que Paraguay permitiera el ingreso a su territorio de tropas estadounidenses, otorgándoles además inmunidad, pero ven en esa decisión una piedra en el zapato del Mercosur.
La posición paraguaya marcó una diferencia con el resto del Mercosur (Mercado Común del Sur) al aceptar condiciones que los otros tres miembros plenos rechazan al costo de resignar prácticas militares conjuntas, explicó a IPS el analista argentino Rosendo Fraga, experto en temas de seguridad y director de la consultora Nueva Mayoría.
El Senado de Paraguay aprobó la permanencia por 18 meses y prorrogables a partir del 1 de junio de soldados de Estados Unidos, con permiso de libre tránsito por todo el territorio, permiso de transporte de armas y medicamentos.
La medida con fuerza de ley también establece que Paraguay renuncia a su poder jurisdiccional para investigar y sancionar eventuales delitos que puedan cometer los soldados estadounidenses y promete a abstenerse de posibles demandas al respecto ante la Corte Penal Internacional (CPI), que enjuicia caso de genocidio y crímenes de guerra y contra la humanidad.
Los gobiernos de Argentina, Brasil y Uruguay aceptaron de modo formal la decisión de su socio en el bloque regional, pero el tema preocupa a todos y se expresa fundamentalmente en las expresiones de sus representantes en los respectivos parlamentos, al igual que entre analistas políticos con algunos matices.
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Algunos observadores inclusive sostienen que el arribo de marines enviados por Washington puede ser el prólogo de la instalación de una base militar permanente como el enclave de Guantánamo, en la isla de Cuba, o la del noroccidental puerto ecuatoriano de Manta. En ese sentido, recomiendan estar muy alertas para impedir que se concrete esa instancia.
La diputada brasileña Maria Jose da Conceicao, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), manifestó a IPS su sorpresa por la autorización paraguaya y consideró necesario que el Mercosur asuma una posición al menos crítica al respecto.
El Mercosur va más allá de un tratado comercial y Paraguay debería informar previamente de su decisión a los socios del bloque, protestó Da Conceicao, integrante de la comisión de Relaciones Exteriores y Defensa de la cámara baja.
La legisladora del izquierdista PT avizora incluso que Paraguay irá más allá del permiso al ingreso de tropas y pertrechos con inmunidades. Está claro que Estados Unidos quiere imponer una base en Paraguay, que dispondrá de un aeropuerto para aviones grandes con alcance hasta Venezuela, pasando por Bolivia, Ecuador y Colombia, puntualizó.
Ante este escenario, Da Conceicao requirió convocar al parlamento brasileño al ministro de Defensa, José Alencar, y al canciller Celso Amorim para una audiencia pública en la que se aclare la posición de ese país ante los pasos que está dando su vecino y socio en el bloque.
Por su parte, el vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Argentina, Federico Storani, aclaró en diálogo con IPS que cada país es soberano para adoptar decisiones y que el Mercosur sólo se pronuncia sobre uno de sus miembros si está en riesgo la institucionalidad.
Dicho esto, Storani, representante de la opositora Unión Cívica Radical, expresó su rechazo al permiso de ingreso de tropas extranjeras con inmunidades. Eso no me gusta para nada, ni para Argentina ni para un país del Mercosur, admitió.
Consideró que más grave aún sería que las tropas fueran una avanzada de una posterior instalación permanente. En una región ya desestabilizada por crisis como la de Bolivia, la presencia de militares estadounidense torna la situación más explosiva, como si se echara gasolina al fuego, alertó.
De todos modos, insistió en que, si Paraguay decidiera albergar una base militar de Estados Unidos en su territorio, los demás miembros del bloque no podrían evitarlo, pues no tienen atribuciones para ello.
Es la misma posición que asumió el ministro de Defensa, José Pampuro, y el diputado Jorge Arguello, del gobernante Partido Justicialista y presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de su cámara.
No podemos entrometernos en la decisión de otro Estado, pero desde Argentina esto no se comparte, expresó Pampuro. Nuestra legislación rechaza las inmunidades, dijo.
En tanto, Arguello destacó en el mismo sentido que el Tratado de Roma (que creó la CPI) es un eje de la política exterior argentina.
La posibilidad de una instalación permanente de efectivos militares de Estados Unidos en Paraguay ronda los análisis de expertos en seguridad de la región.
El cientista político argentino Marcelo Gullo dijo a IPS que la base forma parte de un proyecto estratégico de Washington para controlar el acuífero Guaraní, un gran reservorio de agua dulce que abarca varios kilómetros y se extiende por el subsuelo donde convergen los cuatro países del bloque.
Movimientos sociales que participan del Foro Social Mundial coinciden en que el acuífero es el interés principal del gobierno estadounidense de George W. Bush en la región, aún cuando oficialmente la preocupación sea la virtual presencia de células terroristas de grupos islámicas fundamentalistas en la llamada Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay).
En este sentido, Fraga señaló que en los últimos meses el tema de la Triple Frontera ûcomo posible asiento del terrorismo islámico— perdió prioridad para Washington, pero sí aumentó su preocupación por Bolivia, donde masivas protestas sociales provocaron la renuncia de dos presidentes en casi dos años.
El analista argentino consideró que la presencia militar de Estados Unidos en Paraguay es preventiva frente a la inestabilidad que se está generando en algunos países de la región, pero admitió que se trata de un hecho relevante para América Latina, que no puede minimizarse.
Las tropas de Estados Unidos en Paraguay están señalando que la región se está tornando inestable y que los países no logran articular acciones concretas para estabilizarla, advirtió Fraga.
* Con aporte de Mario Osava (Brasil)