El 11 de septiembre de 2001, un helicóptero de la policía de la ciudad de Nueva York sobrevoló el World Trade Center dos minutos después de que colapsara la primera torre gemela, en el peor acto de terrorismo sufrido por Estados Unidos en su historia.
Faltaban 21 minutos para que cayera la segunda. "Algo así como los 15 pisos de arriba están en llamas. Es inevitable", dijo el piloto por radio. Segundos después, otro piloto dijo: "No creo que resista mucho rato. Yo evacuaría a toda la gente en el área del segundo edificio."
La policía de Nueva York recibió el llamado. Los encargados de incendios y rescates no, porque operaban en un sistema de radio diferente. Como consecuencia, docenas de policías y varios bomberos murieron en el colapso de la segunda torre.
Ese mismo día, fue imposible la comunicación entre los 50 cuerpos de seguridad de la ciudad de Washington, la localidad de Maryland, en el estado de Virginia, y el cuerpo de bomberos del condado de Arlington, que comandaba el operativo de rescate en el Pentágono.
Estos errores volvieron a golpear al público estadounidense cuatro años después de la tragedia que acabó con la vida de 3.000 personas, con la difusión de miles de páginas de transcripción de grabaciones de las comunicaciones de sobrevivientes y víctimas.
Estos conmovedores documentos fueron entregados por el Departamento de Bomberos de la ciudad de Nueva York, luego de que el diario The New York Times los reclamara al gobierno local al amparo de la Ley de Libertad de Información.
¿Por qué los sistemas de comunicación fallaron de manera tan flagrante en un país reconocido por su adelanto tecnológico?
La comunicación por radio es básica para las agencias de seguridad pública, incluidas aquellas a cargo de la "primera respuesta", como se conoce a las que acuden de inmediato al llamado de damnificados por siniestros, como bomberos, policías y servicios de ambulancias.
La tecnología de radio está diseñada para que dos o más aparatos interconectados funcionen dentro de determinado espectro de frecuencia. El 11 de septiembre de 2001 no había un espectro asignado a las agencias de seguridad pública. Y hoy tampoco lo hay.
Cuando tratan de comunicarse entre ellos, los servicios de primera respuesta deben afrontar la falta de compatibilidad de sus sistemas de radio. Por lo tanto, son incapaces de comunicarse unos con otros.
Esta incompatibilidad se debe a problemas como diferencias operativas, de aplicación, de normativas, de estándares y de frecuencias entre los sistemas de comunicación de las diversas agencias.
Como consecuencia, hubo escasa intercambio entre los departamento de Policía y de Bomberos de la ciudad de Nueva York, a pesar de que tras el primer atentado contra las torres gemelas, en 1993, se creó una Oficina de Manejo de Emergencias en la metrópolis.
El centro de comando de la Oficina se instaló en el piso 23 del edificio 7 World Trade Center, muy cerca de las torres gemelas.
Cuando la policía llegó a la conclusión de que las torres corrían peligro de colapso y ordenaron a sus funcionarios abandonar el complejo, los bomberos no fueron notificados.
Cuatro años después, familiares de víctimas, políticos y ciudadanos se preguntan si estas circunstancias agravantes de la tragedia pueden reiterarse. Y la respuesta, según todos los expertos, es que sí.
A pesar de la enorme cantidad de iniciativas legislativas presentadas a propósito en el Congreso, la financiación de los primeros pasos para el diseño de una arquitectura robusta de comunicaciones de emergencia y la correspondiente asignación de espectros de radio no fue sancionada hasta 2003.
Y ninguna de las tareas indicadas en esa ley se ha completado.
El Departamento (ministerio) de Seguridad Interna planea gastar 1.700 millones de dólares en mejorar la respuesta a emergencias a nivel local y de estados, pero apenas 20 millones de dólares se asignarán a la compatibilidad de los sistemas de radio de policías, bomberos y ambulancias.
El departamento asegura que avanza en la compatibilidad de los sistemas de emergencia a nivel nacional, pero admite que el problema tiene soluciones sólo en el largo plazo.
La First Response Coalition (FRC), que reúne a 40.000 policías, bomberos, trabajadores de emergencias y ciudadanos, advirtió que los sistemas de primera respuesta recibirán de fondos públicos 100.200 millones de dólares menos de lo necesario en 2008.
Según la FRC, la brecha entre las aspiraciones y las asignaciones presupuestarias es un problema de "retórica versus realidad".
"La falta global de recursos crea nuevas dificultades a los departamentos de policía, bomberos y emergencia médica", dijo Todd Main, director de la FRC.
"Necesitamos asegurarnos de que el dinero prometido esté disponible, y de que las necesidades básicas de comunicación se resuelvan de inmediato. Es, simplemente, erróneo que los políticos prometan fondos y luego no los aporten", advirtió Main.
Según un estudio realizado en 2004 por la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos, 60 por ciento de los funcionarios de primera respuesta de 192 ciudades aseguraban que los servicios de seguridad pública en los que trabajan carecen de compatibilidad con los servicios de emergencia de los estados.
Y 88 por ciento decían lo mismo respecto del Departamento de Seguridad Interna.
Los sistemas de primera respuesta de Estados Unidos cuentan con 2,5 millones de funcionarios en 18.000 agencias locales y de estados, 26.000 departamentos de bomberos y más de 6.000 departamentos de rescate.
Los espectros de radio necesarios para procesar la compatibilidad entre sistemas están hoy en poder de televisoras, y deberían quedar libres cuando se procese el pasaje de la televisión análoga a la digital. Pero eso, según expertos, no sucederá hasta 2009.
Para colmo, existen rivalidades entre agencias. En Nueva York, por ejemplo, la policía y el cuerpo de bomberos aún discuten quién está a cargo de qué. Y el cuadro se completa con las rivalidades entre los gobiernos de los estados y el gobierno federal.