La ciudad vasca de San Sebastián espera con tensión las fiestas tradicionales de este domingo, para cuando está convocada una manifestación de Batasuna, brazo político de la organización terrorista ETA. Las autoridades prohibieron el acto y la policía tiene orden de reprimirlo.
El domingo comenzarán en San Sebastián (capital de la norteña provincia vasca de Guipúzcoa) las fiestas de la Semana Grande, abundante en ferias, celebraciones y actos culturales a los que acuden muchos turistas nacionales y extranjeros.
La Consejería (Ministerio) del Interior del gobierno autónomo del País Vasco prohibió el miércoles el acto convocado por Batasuna, grupo político ilegalizado en 2002. Esta comunidad, una de las 17 que conforman España, está gobernada por una coalición del moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de Izquierda Unida.
Este jueves, los dirigentes Joseba Álvarez y Juan José Petrikorena, de Batasuna, afirmaron en rueda de prensa que la manifestación se haría de todas maneras, bajo el lema Ahora el pueblo, ahora la paz, y que no habría incidentes si la Ertzaintza (policía vasca) no se presentaba en el lugar.
Si la policía acude a disolver el acto, los responsables de los disturbios serán el consejero del Interior, Javier Balza, y la fuerza política a la que pertenece, el PNV, añadieron.
El gobierno vasco, apoyado por el Tribunal Superior de Justicia (TSJPV) de esa comunidad, basó su decisión en que Batasuna fue proscripta en 2002 por el juez Baltasar Garzón de la Audiencia Nacional, por considerarla parte del entramado de ETA (Patria Vasca y Libertad en vascuence).
La ETA propala sus ideas independentistas mediante atentados explosivos en los que ha matado a muchos civiles españoles en los últimos años.
No obstante, manifestaciones convocadas por Batasuna para estas mismas fechas en 2003 y 2004 se llevaron a cabo sin proscripciones.
En 2003 hubo un enfrentamiento de opiniones entre el gobierno y el TSJPV, pues éste desautorizó la prohibición gubernamental. Aquel acto culminó con una quema de una bandera española y gritos a favor de ETA.
Este domingo la situación se presenta distinta. El gobierno vasco ha decidido hacer valer la prohibición mediante la acción policial, dijeron a IPS fuentes de la Consejería de Interior.
La Consejería puntualizó el miércoles que la medida se tomó en base al auto de la Audiencia Nacional, en el que se establece la suspensión de la capacidad de Batasuna de convocar manifestaciones y concentraciones, y en base a la posibilidad de que durante su celebración se registren alteraciones del orden público.
Fuentes de la Consejería recordaron incidentes violentos en el acto celebrado en la misma ciudad el 24 de julio, homenajeando a un etarra muerto, aunque en esa oportunidad no era Batasuna la organización que convocaba.
Ese día, simpatizantes de ETA rodearon a policías presentes en el lugar y vestidos de civil, y les arrojaron piedras, botellas y latas. Los agentes replicaron con disparos al aire.
Las principales fuerzas políticas de este país, el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el opositor y derechista Partido Popular (PP) se pronunciaron contra la manifestación y reclamaron al gobierno vasco que hiciera cumplir la ley.
En los últimos meses está rebrotando el terrorismo callejero, lo que obliga a ser más estrictos en la aplicación de la ley, dijo María José Usandizaga, presidenta del PP en Guipúzcoa.
Un reconocido líder de Batasuna, Arnaldo Otegui, fue quien dio las razones políticas de la manifestación: sostener un proceso que impulse entendimientos con los partidos políticos vascos para buscar un acuerdo sustentado en el respeto a la voluntad del pueblo vasco.
Batasuna sólo habla en estos momentos con los agentes políticos sobre una cosa, sobre cómo generamos bases sólidas para iniciar un proceso político que esté en la dirección de superar el conflicto, dijo Otegui, quien se encuentra en libertad tras pagar una fianza de 400.000 euros, procesado por pertenencia al grupo terrorista ETA.
Para ETA, el conflicto vasco se deriva de su reivindicación de independencia del Estado español y de la negativa del gobierno central y los partidos mayoritarios a aceptarla y a dialogar sobre la misma mientras el grupo no renuncie a la violencia como práctica política.
El coordinador del PSOE en el Congreso de Diputados, Diego López Garrido, replicó que las apelaciones de Batasuna a favor de la paz, los derechos populares o la democracia carecen de credibilidad mientras no condene el terrorismo ni diga a ETA que debe abandonar definitivamente las armas.
El coordinador del PSOE en el País Vasco, Rodolfo Ares, respaldó la decisión de la Consejería de Interior, pues es evidente que en democracia una organización ilegal no puede convocar manifestaciones.
La secretaria de política autonómica del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, reclamó al gobierno vasco pusiera en juego todos los medios a su alcance para impedir la manifestación de Batasuna.
Así, la fiesta de la Semana Grande de San Sebastián tiene potencial para convertirse en un gran acto de violencia.