El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se encamina este domingo hacia su décima victoria consecutiva en las urnas en ocho años, esta vez de la mano de sus candidatos a los concejos municipales y las juntas parroquiales.
Estarán en disputa 2.389 concejalías en 335 ayuntamientos y 3.207 cargos en juntas parroquiales (unidad administrativa menor que el municipio), para los cuales se han presentado 38.800 candidatos de decenas de partidos y grupos nacionales y regionales. La mayoría de los aspirantes pertenece a sectores de la oposición al gobierno nacional.
Los analistas, medios de comunicación y dirigentes políticos coinciden en señalar que los seguidores de Chávez conquistarán más de 70 por ciento de los cargos en disputa y quizá nos quedamos cortos, dijo a IPS Luis León, director de la firma privada de encuestas y opinión pública Datanálisis.
El chavismo ya tiene 48 por ciento de los cargos en disputa y con el despliegue de nuestra maquinaria esperamos conquistar 82 por ciento, dijo a IPS William Lara, dirigente del Movimiento V República (MVR), eje de la alianza oficialista.
El MVR quedó como primer partido en los comicios parlamentarios de fines de 1998, antesala de la primera elección de Chávez como presidente, y desde entonces la tendencia del mandatario se ha impuesto en todas las consultas electorales, sean nacionales, regionales, locales o en referendo.
La más decisiva y dura fue la consulta constitucional que puso en juego su mandato el 15 de agosto de 2004 y que siguió a casi tres años de inestabilidad política, marcada por un golpe de estado de dos días, una huelga general y lock-out de dos meses y marchas multitudinarias a favor y en contra del gobierno, algunas rematadas con violencia desde barricadas callejeras.
Chávez triunfó en ese referendo con 5,8 millones de adhesiones, que representó 59 por ciento de los sufragios, frente a cuatro millones en su contra. La amplitud del triunfo tuvo una réplica en los comicios regionales del pasado octubre, al ganar los oficialistas 20 de las 22 gobernaciones y 244 de las 335 alcaldías que se dirimieron.
Una nueva réplica se espera este domingo, al punto de que Felipe Mujica, del Movimiento al Socialismo (MAS), de izquierda moderada, admitió que después del 7 de agosto en la oposición tocaremos fondo, pero es un paso necesario para digerir el revés político que sufrimos el año 2004.
El resultado de las urnas de este domingo sería un test para los reacomodos de fuerzas con miras a las elecciones parlamentarias de diciembre próximo y las presidenciales de fines de 2006. Puede que también mida la penetración de los programas populares de salud, alimentación y educación de adultos que Chávez lanzó en 2003.
La mayor expectativa en estos comicios locales no se ha creado en torno al resultado, que se vislumbra abrumadoramente favorable al chavismo, sino acerca de la abstención.
Venezuela no ha escapado al fenómeno global de que los comicios locales despierten menor interés que las elecciones nacionales, y en la pasada escogencia de concejales y miembros de juntas, en 2000, la abstención llegó a 76 por ciento.
Sin embargo, esta vez llama a la abstención un sector de la oposición, apuntando al público de clase media que pugnó por desalojar a Chávez del gobierno entre 2001 y 2004.
El voto obligatorio, que rigió en Venezuela durante medio siglo, fue abolido precisamente por la Constitución que Chávez impulsó en 1999.
Los partidos oficialistas y los principales de la oposición, como los socialdemócratas Acción Democrática y Fuerza Popular, el socialcristiano Copei, los centroderechistas Primero Justicia y Proyecto Venezuela, y los izquierdistas MAS, Bandera Roja e Izquierda Democrática, llaman a votar e inscribieron miles de candidatos.
Pero nuevos grupos, como Alianza Popular, del ex líder democristiano Oswaldo Álvarez, y Alianza Bravo Pueblo, del ex alcalde socialdemócrata de Caracas, Antonio Ledezma, invitan a la abstención alegando falta de garantías, sospechas de fraude electrónico en la votación automatizada y parcialidad del poder electoral.
En el Consejo Nacional Electoral, uno de los cinco poderes del Estado según la Constitución en vigor, cuatro rectores son pro-oficialistas y uno pro-oposición.
Abonan el campo abstencionista el grupo Súmate, brazo técnico-electoral de la oposición cuando promovió el referendo contra Chávez y cuya portavoz María Corina Machado fue recibida por el presidente George W. Bush en la Casa Blanca el pasado mayo, y un buen número de articulistas de prensa y comentaristas de radio y TV.
El tema incluso tocó al escritor portugués José Saramago, ganador del premio Nóbel de Literatura en 1998.
Su novela Ensayo sobre la lucidez, en la que un pueblo entero se abstiene de votar, fue invocada por activistas opositores, pero el escritor, simpatizante de Chávez, replicó con una carta en la que protestó por el uso de su texto con fines proselitistas en Venezuela.
El presidente del Consejo Electoral, Jorge Rodríguez, aseguró que según sus sondeos la abstención estará muy por debajo de 70 por ciento y se ubicará en los rangos históricos para este tipo de comicios en dos décadas, de 45 a 55 por ciento.
Encuestadoras como Datanálisis estiman la abstención en torno a 55 por ciento, pero otras, más inclinadas hacia la oposición, la calculan cercana a 70 por ciento.
Los mayores de 18 años con derecho a voto suman 14,3 millones en este país de 25 millones de habitantes. La mayor participación históricamente registrada se produjo cuando 10 millones de ciudadanos fueron a votar en el referendo de hace un año sobre el mandato de Chávez.