EGIPTO: Repliegue israelí visto con alivio y cinismo

Los egipcios aún tratan de entender las consecuencias políticas del dramático desalojo de los colonos judíos de Gaza, territorio que perteneció a Egipto hasta 1967 y que se incorporará al territorio autónomo palestino.

Muchos muestran satisfacción por la evacuación de los colonos y de la partida de los soldados israelíes, pero otros perciben en la retirada dispuesta por el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, un plan para consolidar el dominio sobre Jerusalén oriental y Cisjordania.

"La mayoría de los egipcios son suspicaces", dijo Magdy Samaan, periodista del periódico independiente Al-Masry Al-Youm. "Hay alivio de que la cuestión de Gaza esté llegando a su fin, pero muchos observadores mantienen su preocupación sobre el futuro de Jerusalén."

Dada la conexión territorial de Egipto con la frontera meridional de Gaza (comparte una línea de 12 kilómetros con el flamante territorio liberado), su destino está vinculado geográfica y estratégicamente con la retirada.

Está previsto que El Cairo vigile esa frontera, conocida como Corredor Filadelfia, la cual, según Israel, es lugar de paso de armas contrabandeadas hacia territorio palestino.
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Egipto e Israel alcanzaron este mes un acuerdo de seguridad que permite el despliegue de 750 policías egipcios en el área, desmilitarizada según la paz firmada en 1979 en Camp David, Estados Unidos, y que normalizó las relaciones bilaterales.

Según el acuerdo alcanzado este mes, Israel se retirará de la frontera en una fecha aún no determinada. El ministro de Defensa israelí Shaul Mofaz previó que eso sucederá para fines de este año.

Un oficial de seguridad informó a la agencia de noticias UPI, según un despacho transmitido la semana pasada, que unos 350 soldados con armas ligeras ya habían llegado al lugar y que la cantidad llegaría a 750 en el correr de la próxima semana.

Algunos egipcios manifiestan ansiedad ante la posibilidad de que el gobierno de Hosni Mubarak quede entrampado en un conflicto con la resistencia armada dentro de Gaza, pero otros recuerdan la responsabilidad de El Cairo de vigilar las fronteras sea cual sea la situación política del otro lado.

Mientras, ciertos elementos del establishment israelí expresaron su contrariedad por la entrega a Egipto del control del corredor.

Tres generales retirados criticaron ante una comisión del Knesset (parlamento israelí) la falta en el acuerdo de un compromiso por parte de Egipto para impedir el tráfico de armas a Gaza.

Uno de los militares, según el diario Haaretz, aseguró que El Cairo explotaba la situación para elevar su presencia militar en el Sinaí más allá del acuerdo de Camp David.

Pero otros piensan lo contrario. El despliegue de 750 policías egipcios en el Corredor Filadelfia es admisible según los términos del acuerdo de 1979, según Emad Gad, experto en asuntos israelíes del gubernamental Centro Al-Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos de Egipto.

"Es la cantidad máxima permitida por el tratado", dijo Gad a IPS. "Más de eso hubiera hecho necesarios cambios en el acuerdo."

Mientras, la cobertura de la retirada israelí de Gaza en los medios árabes de Egipto reflejaba variadas interpretaciones, entre el triunfalismo y el cinismo, pasando por el optimismo.

"Algunos analistas y periodistas describen el desalojo como una victoria estratégica para los palestinos, que debe mantener la resistencia contra la ocupación israelí de otros territorios. Otros lo ven como una trampa de Sharon, cuya última meta es la anexión de la mayor parte de Cisjordania", dijo Gad.

Gad explicó que el enfoque moderado de la mayoría de los medios en lengua árabe es positivo tanto para los palestinos como para los israelíes. Desde este punto de vista, el repliegue israelí de Gaza es consecuencia de la presión de la comunidad internacional, incluida la presión de Estados Unidos sobre Sharon.

Ésta es, según Gad, la explicación "más racional de lo que está sucediendo".

Los diarios egipcios, como el gubernamental Al-Ahram y el independiente Al-Masry Al Youm, hicieron gala de una cobertura sobria y directa en sus portadas, que, de todos modos, estuvieron dominadas por la información sobre las próximas elecciones en Egipto.

A pesar de la tónica predominante en los medios de comunicación, muchos ven los acontecimientos a través de una lente de cinismo.

"Todo esto es un gran montaje. En última instancia, el objetivo es consolidar el dominio israelí en Cisjordania y Jerusalén", dijo un diseñador gráfico radicado en El Cairo.

Ihab Hamdi, gerente general de una consultora privada de la capital egipcia, tiene una opinión parecida. "Es bueno que los israelíes hayan abandonado parte de territorio palestino, pero me temo que Gaza será la última concesión de Tel Aviv y que nunca se retirarán de Cisjordania", dijo.

Otros creen que el desalojo representa una oportunidad para reanimar el proceso de paz, atascado desde el estallido de la segunda intifada (insurgencia popular contra la ocupación israelí) en septiembre de 2000.

"Esta retirada demuestra que aún hay esperanza para la paz", dijo Tamer Azzam, camarero en un restaurante popular en El Cairo. "Por supuesto, como egipcios estamos felices de ver que los palestinos recuperen parte de su tierra."

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