México decidió hace cinco años «dejar atrás la corrupción» y ahora ya cosecha sus resultados, proclamó el presidente Vicente Fox. Sin embargo, evidencias empíricas y estudios recientes indican que ese comportamiento tiene aún buena salud y larga vida por delante.
Los mexicanos empiezan a pagar "mordidas", como se conoce aquí a los sobornos, cuando tienen apenas 10 años y los principales destinatarios son los maestros.
En este país, la posibilidad de que una persona pague al menos una mordida en su vida es de 87 por ciento, según la organización mexicana Consulting & Research.
Tales datos, que son parte de investigaciones difundidas este mes por este centro de investigación y consultoría especializado en temas relacionados a la lucha contra la corrupción, se sumaron a otros que demuestran que este mal todavía goza de muy buena salud.
"La corrupción sigue presente e incluso en algunos ámbitos es ahora más grave que antes. Además tiene futuro, siquiera para unos 20 o 25 años más", dijo a IPS Arturo del Castillo, director de CEI Consulting & Research.
México sembró y cosechó una cultura de sobornos y otros hechos irregulares en las siete décadas consecutivas que fue gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). "La corrupción echó raíces en las estructuras sistémicas del país y por eso tardará mucho tiempo en salir", señaló Del Castillo.
Según Fox, cuando derrotó al PRI en las elecciones presidenciales de 2000, México empezó a dar una guerra efectiva contra la corrupción y ya hay frutos de ello. La declaración la hizo al visitar esta semana un centro de supervisión de carreteras, donde son monitoreados en video todos los pagos de peaje que hacen los automovilistas.
"Es cierto que hay una actitud nueva contra la corrupción desde el gobierno y que hay decisión para combatirla, pero se mantiene e incluso es más grave en administraciones estatales y en muchos ámbitos de la vida cotidiana", apuntó el director de CIE Consulting & Research.
Treinta y cuatro por ciento de las empresas de México incurren en corrupción al pagar sobornos a funcionarios del Estados para evitar sanciones en temas laborales y ambientales, agilizar la conexión a servicios públicos, influir en el contenido de nuevas leyes y regulaciones y obtener privilegios de algún tipo, afirma el Centro de Estudios del Sector Privado.
En una investigación difundida esta semana y realizada con base a encuestas a directores de 2.650 compañías, ese centro vinculado a las organizaciones empresariales informó que sus agremiados pagan cada año más de 3.800 millones de dólares en sobornos, cifra equivalente a seis por ciento de sus ingresos.
Por su parte, CIE Consulting & Research apunta en sus estudios que los mexicanos se inician en las prácticas corruptas a muy corta edad. Según afirma, 15 por ciento de los mexicanos de entre 10 y 15 años ya han pagado al menos un soborno.
El porcentaje se incrementa a 40 por ciento entre quienes tienen de 15 a 25 años y pasa a 57 por ciento en los de 30 años y más
Los datos fueron obtenidos al cruzar diversas encuestas realizadas en el país y reunir a grupos de enfoque, explicó Del Castillo.
El experto señaló, además, que existe 87 por ciento de posibilidades de que un mexicano pague al menos una "mordida" en su vida y que en todo el país se paga un promedio de 507 sobornos por día.
La firma realizó además una encuesta sobre corrupción entre 1.376 empresas pequeñas y medianas de México de los sectores de comercio, servicios y construcción.
El sondeo confirmó que ese comportamiento está plenamente vigente, al indicar que 43 por ciento de estas empresas consultadas reportaron hacer pagos "extraoficiales" de manera frecuente a funcionarios del Estado y 35 por ciento de manera regular.
CIE Consulting & Research concluyó que 10 por ciento de los ingresos totales de las pequeñas y medianas empresas se gastan en pagos irregulares, lo que equivale a 29.700 millones de dólares anuales.
Al indagar entre las empresas sobre su actitud frente a la corrupción, la firma de consultoría descubrió que apenas 10 por ciento contaba con un código de ética o algún otro instrumento que expresamente prohíba a sus empleados y directivos pagar sobornos.
Transparencia Mexicana, el capítulo en este país de Transparencia Internacional (TI), sostiene que en México se registran casi 214 millones de actos de corrupción en el uso de servicios públicos cada año. Añade que los hogares destinan 6,9 por ciento de su ingreso a ese destino.
"Vamos a tardar muchos años más en abatir la corrupción y la percepción que existe en el extranjero de que México es un país corrupto, pero el camino hacia allá ya se inició", admitió Del Castillo.
Para combatir la corrupción el gobierno y los legisladores pusieron en vigencia en 2003 una ley de transparencia, que permite a los ciudadanos reclamar información a las diversas instancias del Estado, un mecanismo que estuvo vetado durante la gestión del PRI.
Además, se realizan desde el sector privado y el estatal campañas en los medios de comunicación y en las escuelas contra la corrupción, mientras en las oficinas públicas se diseñan programas de vigilancia hacia sus empleados.
En diciembre de 2003, México fue uno de los primeros países del mundo que ratificó la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, un instrumento que fue abierto ese mismo mes a las adhesiones.
Los Estados que ratificaron ese instrumento, que ya suman más de 100, se obligan a adoptar medidas preventivas contra la corrupción y a prestar amplia cooperación internacional para perseguir a los responsables, extraditarlos y decomisar los productos del delito.
La convención insta a formular, aplicar y mantener políticas contra la corrupción que promuevan la participación de la sociedad, y a alentar la correcta gestión de los asuntos y los bienes públicos, la integridad, la transparencia y la obligación de rendir cuentas.