CINE: «¡Viva Cuba!» busca el Oscar

Una exitosa película infantil sobre la amistad, la intolerancia y la emigración aparece como precandidata por Cuba para ser nominada a los premios Oscar de Hollywood.

"¡Viva Cuba!", segundo largometraje de ficción del director cubano Juan Carlos Cremata, provoca largas filas en las salas cinematográficas de toda la isla, por lo que muchos lo han denominado el acontecimiento cultural del actual verano boreal.

Es un premio "poder hablar con los niños de asuntos tan serios como el de la emigración", un problema "en todas partes del mundo" y "latente en nuestro país desde el triunfo de la revolución" en 1959, dijo Cremata a IPS.

Emigrar es una decisión para la cual "debe tenerse en cuenta la opinión de los niños y hacia eso va la película", afirmó el realizador que vivió en el exterior entre 1992 y 1998 y regresó para "hacer cine sobre Cuba en Cuba".

Aunque los protagonistas son una niña y un niño, es una película para todas las edades, porque, según el director, cuenta "la historia de todo lo que está pasando en Cuba en estos momentos desde el humor y tiene también cosas para llorar".

Malú y Jorgito son dos menores que se han prometido amistad eterna, pese a la rivalidad entre sus respectivas familias. Los papeles son interpretados por los niños Malú Tarrau y Jorge Miló del proyecto cultural cubano La Colmenita.

Cuando la abuela de Malú muere y su mamá decide emigrar, la pareja no quiere separarse. En busca de una solución, se escapan y hacen un viaje hasta el extremo opuesto de la isla para buscar al padre de la niña y que éste impida el éxodo.

El desenlace, desconcertante para muchos, resulta una "hermosa y trágica metáfora", según el crítico de cine Joel del Río.

Los padres discuten sin parar y los protagonistas miran el mar desconcertados, "justo en el lugar donde la isla termina, y no hay más espacio para escapar de la intolerancia y la inarmonía", afirma el crítico.

Ana Carla, de 13 años, y Gabriela, de 11, son primas que vieron juntas el filme, pero interpretan de diverso modo el desenlace.

"No entendí bien el final. No sé si se queda en Cuba o se va", confiesa Ana Carla. En tanto, Gabriela sentencia que "ella se abraza fuerte con Jorgito para nunca separarse, ella se va pero nunca se olvidan".

Cremata puntualiza que la película es una defensa al deseo "de quedarse de la niña", aunque no pone punto final en el tema. "Yo no critico a nadie que quiera irse de Cuba, pero tampoco a todo el que se quiere quedar y por eso se llama ¡Viva Cuba!", agrega.

El director confirmó a IPS la intención del Instituto Cubano de Industria y Arte Cinematográficos (Icaic) de nominar la obra en la categoría de mejor filme en lengua extranjera para competir por una de las candidaturas a los premios del próximo año de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.

Según datos del ICAIC, Cuba comenzó su participación en el concurso de los Oscar en 1990 con la propuesta del filme "Papeles Secundarios" del cineasta Orlando Rojas. Desde entonces, este país ha hecho varias propuestas pero no ha obtenido ni un premio hasta ahora.

Fresa y Chocolate, película del fallecido Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, alcanzó en 1994 la única nominación del país a los premios Oscar desde que la academia estadounidense empezara a premiar cintas extranjeras hace 58 años.

"Un Oscar no quiere decir absolutamente nada, nunca ha estado dentro de mi horizonte. Yo creo más en el premio que ofrecen esas salas llenas y los niños enamorados de la película", dijo el director de "¡Viva Cuba!".

La coproducción entre la firma francesa Quad Productions y la entidad fílmica cubana TVC Productora, recibió este año el Grand Prix Ecrans Juniors del Festival de Cannes, que otorga un jurado compuesto por niños.

La película cubana no estaba dentro del concurso y los integrantes del jurado infantil pusieron en aprieto a la dirección del Festival cuando decidieron entregarle el premio bajo cualquier circunstancia, contó Cremata.

Con anterioridad, "Nada" (2001) había sido premiada como ópera prima en diferentes festivales como el del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el de la ciudad estadounidense de Miami y el de Huelva, España.

Antes de fin de año, la segunda película de Cremata participará en los festivales cinematográficos de Montreal y Toronto, en Canadá, y en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

Sobre "¡Viva Cuba!", el crítico de cine Antonio Masón subraya el valor de la cinta de "poner a actuar a niños", algo en lo que "no hemos tenido mucho acierto en el cine cubano", pero estima que decae cuando "se convierte en un road movie (filme de carretera)".

Sin embargo, "las aventuras de los protagonistas en su "viaje por el país", es una de las cosas que más le gustó a Ana Carla, además de la manera en que se muestra "la amistad y la incomprensión de los mayores".

Para Cremata, quien se reconoce un deudor del realizador argentino Fernando Birri, "¡Viva Cuba!" es un llamado "a la comprensión entre los seres humanos y al entendimiento, a la tolerancia incluso de la otra opinión, o sea, la diferencia".

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