Las cuatro explosiones perpetradas este jueves en el transporte público de Londres forzaron la inmediata adopción de medidas de alerta en todos los países de la Unión Europea (UE).
Un comunicado publicado en un sitio web islamista atribuyó los ataques, tres explosiones en trenes subterráneos y una cuarta en un autobús, a una Organización Secreta de Al Qaeda (la base) de la Jihad (guerra santa) en Europa, y advirtió a Italia y Dinamarca que sufrirían acciones similares.
Advertimos a los gobiernos de Dinamarca e Italia y a todos los cruzados que serán castigados de la misma manera si no retiran sus tropas de Iraq y de Afganistán. Quien avisa está excusado, afirma el texto que fue publicado completo por la cadena británica de noticias BBC y citado por la versión digital del periódico alemán Der Spiegel.
No hubo confirmaciones sobre la autenticidad del texto, originalmente difundido en árabe. Unos 700 heridos y 37 muertos era la cuenta provisional de víctimas en Londres.
Éste ha sido un ataque contra todas las naciones, contra la gente civilizada de cualquier lugar. Pero no debilitarán nuestra determinación de mantener nuestros principios, dijo el primer ministro británico Tony Blair.
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En España, donde habían muerto 199 personas y 2.000 heridas el 11 de marzo de 2004 por explosiones similares en varios trenes de pasajeros, el jefe del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ordenó al Ministerio del Interior activar el máximo nivel de alerta y prevención, movilizando fuerzas de seguridad del Estado.
El nivel máximo, o tres, implica especial vigilancia en lugares de gran concentración de personas, como centros comerciales, transporte público, estaciones ferroviarias, aeropuertos, estadios deportivos y zonas de afluencia de turistas.
Poco después de regresar de Singapur, Zapatero expresó ante la prensa la solidaridad total del pueblo español con el británico, que se plasmará en una colaboración plena para detener a los culpables.
Zapatero recordó que España sufrió desde hace décadas la lacra del terror, lo que le permite comprender el sufrimiento de Londres.
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, reunido de urgencia, condenó de forma unánime el atentado en una resolución redactada por la delegación británica.
También el presidente de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, José Manuel Durao Barroso, subrayó que este ataque al pueblo británico es un ataque a la democracia y a los derechos fundamentales de la Unión Europea.
Las condenas se mezclaron con temor y refuerzo de medidas de seguridad en los países del bloque. El ministro del Interior italiano Giuseppe Pisanu dijo que toda Europa está en estado de alerta, al anunciar el refuerzo de la seguridad en su país.
En París, la alerta roja incluyó nuevas medidas en el aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle y demás terminales aéreas, edificios públicos, embajadas, puertos y estaciones ferroviarias.
El alcalde parisino Bertrand Delante dijo todos somos hoy londinenses.
Fuera del bloque, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexandr Yakovenko, afirmó que su país condenaba resueltamente el atentado.
El presidente ruso Vladimir Putin añadió una nota amenazante. Lo ocurrido hoy prueba que estamos haciendo muy poco para unir efectivamente nuestras fuerzas y luchar contra el terrorismo, dijo el mandatario en un comunicado emitido en el centro de golf escocés de Gleneagles, donde asiste a la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos.
La comunidad internacional debería desprenderse de su doble discurso ante tales crímenes sangrientos, añadió. El líder del Kremlin reiteró así un reproche implícito a las críticas occidentales sobre su política represiva contra la separatista república autónoma de Chechenia.
Una condena diferente fue la del último líder de la disuelta Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, quien estimó que los salvajes atentados debían combatirse con la solución de los problemas sociales que alimentan esa lacra.
El presidente portugués Jorge Sampaio envió mensajes de condolencias a las autoridades británicas.
El papa Benedicto XVI calificó las explosiones de actos inhumanos y anticristianos.
Los sindicatos de trabajadores españoles convocaron a manifestaciones de repulsa frente a los centros de trabajo para el mediodía de este viernes, que incluirán cinco minutos de silencio.
Los primeros comentarios sobre los responsables señalan a Al Qaeda, la organización del saudita prófugo Osama bin Laden, a quien Estados Unidos acusa de ordenar los ataques contra Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001.
Los terroristas tuvieron en la mira la cumbre del G-8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia), que se celebra desde el miércoles hasta este viernes en Gleneagles.
Una intensa y larga campaña de la sociedad civil internacional logró poner en el primer punto de la agenda del G-8 la responsabilidad del mundo rico en la pobreza de África y la urgencia de tomar medidas para contrarrestar el cambio climático.
El comunicado atribuido a Al Qaeda alaba las explosiones de este jueves como una buena noticia para la nación islámica, y añade que llegó el momento de vengarse del gobierno británico cruzado y sionista, como reacción a su masacre en Iraq y Afganistán.
Los heroicos mujaidines (guerreros islámicos) han llevado a cabo un bendito ataque a Londres. Gran Bretaña está ardiendo de miedo, terror y pánico en sus cuatro puntos cardinales, continúa el texto.
Hay antecedentes que permiten considerar la autoría de Al Qaeda, pues los servicios de seguridad británicos consideraban que un gran atentado era cuestión de tiempo, recordó este jueves el embajador israelí en Gran Bretaña, Zvi Heifetz.