El primer ministro británico, Tony Blair, y su homólogo español, José Luís Rodríguez Zapatero, se comprometieron este miércoles en Londres a cooperar en la lucha contra el terrorismo, pero sus políticas no coinciden totalmente.
Blair manifestó su apoyo a la Alianza de Civilizaciones propuesta por Zapatero para enfrentar globalmente el problema del terrorismo. Sin embargo y a la luz de sus reacciones sobre los métodos y los problemas para enfrentar ese flagelo, emergen divergencias entre ambos y en especial en lo que se refiere al respeto de los derechos humanos.
Mientras el español rechaza que se puedan infringir las leyes y violar las libertades básicas para enfrentarse al terrorismo, Blair justifica acciones como el homicidio del brasileño Jean Charles de Menezes, abatido a balazos el viernes 22 al sur de Londres por Scotland Yard, la policía británica, que creyó estar frente a uno de los terroristas buscados.
En la rueda de prensa que ofrecieron conjuntamente, Zapatero también indicó que no comparte las declaraciones del presidente del Consejo General del Poder Judicial de España, Francisco José Hernando, quien justificó las instrucciones dadas a la policía británica de tirar a matar.
Hernando comentó que se está ante la tercera guerra mundial, que es la guerra contra el terrorismo. Y, después de sostener que es contrario a la pena de muerte, añadió: pero cuando el riesgo que se pretende evitar es mayor o puede producir la muerte de inocentes, la evitación del riesgo me parece oportuna.
Zapatero precisó su crítica a esa su posición afirmando que la contienda que tenemos contra el terrorismo no es una guerra convencional y, por tanto, las fórmulas tienen que ser distintas.
Horas después, en Madrid, el secretario general del Grupo Parlamentario Socialista, Diego López Garrido, declaró haber oído con estupor esas declaraciones justificando el tiro en la cabeza a un inocente y un homicidio.
Por ello calificó a Hernando de un adalid del tiro a la cabeza.
Con excepción de la principal fuerza de oposición en España, el centroderechista Partido Popular, todos los demás sectores criticaron a Hernando, al igual que las organizaciones de jueces y juristas.
Entre ellas se contaron la organización Jueces para la Democracia y la asociación Francisco de Vitoria, integrada por profesionales de distintas esferas del ámbito de la justicia.
Blair no sólo expresó su apoyo a la Alianza de Civilizaciones sino también confirmó su asistencia a la Cumbre Euro-Mediterránea, convocada para el 27 y 28 de noviembre en la nororiental ciudad española de Barcelona.
Allí participarán jefes de Estado y de gobierno europeos y árabes y analizarán especialmente la cooperación para el desarrollo y para impulsar la paz en la zona, algo que es la médula de la Alianza propuesta por el jefe del gobierno español.
Zapatero propuso la Alianza al hablar en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en septiembre de 2004, y dos meses después recibió en San José de Costa Rica el apoyo explícito para la misma de los jefes de Estado y de gobierno de los 23 países participantes en la XIV Cumbre Iberoamericana.
En la ONU, especificó que el terrorismo no tiene justificación. No tiene justificación como la peste, pero como ocurre con la peste, se puede y se deben conocer sus raíces, se puede y se debe pensar racionalmente cómo se produce, cómo crece, para combatirlo racionalmente.
Acerca de cómo enfrentar al flagelo, el ex presidente portugués Mario Soares (1986-1996), sostiene que la democracia vivida seriamente es el arma mejor y más eficaz contra el terrorismo.
Para que no haya dudas de su posición, Soares se preguntó cómo no incluir dentro de la definición de terrorismo actos criminales que configuran el llamado terrorismo de Estado y ciertos asesinatos cometidos por agentes secretos y mercenarios al servicio de estados organizados que a pesar de ello no dejan de considerarse Estados de Derecho.
Como ejemplo puso las técnicas empleadas por Israel contra la población palestina y recordó los bombardeos sobre las ciudades de ambos bandos durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y las bombas atómicas lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, así como genocidios perpetrados en África antes y después de la descolonización..
Por eso el político portugués concluye que al atacar al terrorismo hay que tener cuidado de no herir al Islam y sembrar odios y resentimientos entre musulmanes que condenan y combaten al terrorismo.
En la misma línea de defensa de las libertades básicas se ubica la austríaca Benita Ferrero-Waldner, comisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea.
En un artículo publicado este miércoles en el diario El Mundo, de Madrid, señaló que los esfuerzos de la lucha contra el terrorismo no pueden realizarse a costa de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
Hacerlo, explicó, no sólo haría más mal que bien, sino que atentaría también contra nuestros valores más preciados. Por eso, la tarea es hacer desaparecer las razones por las que hay cada vez más gente que se radicaliza y se hace sensible al extremismo violento.
Es probable, sentenció, que no se pueda erradicar nunca el terrorismo, pero sí debilitar a sus partidarios y desarmar a los reclutadoresà luchando contra la pobreza en el mundo.
La violación de los derechos humanos bajo el argumento de luchar contra el terrorismo llega al extremo de deslocalizar la tortura, según el socialista Emilio Menéndez del Valle, diputado del Parlamento Europeo.
Eso implica la realización de actos calificados por la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) de rendición extraordinaria.
Esos actos consisten en el secuestro de sospechosos de tener conexiones con el terrorismo y su envío a otro país, normalmente árabe especializado en la tortura. La brutalidad y el cinismo del procedimiento resultan aún más patentes si se tiene en cuenta que los casos acaban apareciendo en la prensa norteamericana (estadounidense), subrayó.