CUMBRE DE LOS OCHO: Hora de la diplomacia pop

Intensas negociaciones marcaron el primer día de la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos, pero no entre sus líderes, sino entre las estrellas del pop y el rock y los jefes de Estado y de gobierno llegados a Escocia.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, el canciller alemán Gerhard Schroeder y el primer ministro canadiense Paul Martin se vieron envueltos en conversaciones formales sobre el desarrollo de África con artistas como el británico Bob Geldof y el irlandés Bono, apenas horas después de llegar al centro de golf escocés de Gleneagles para la cumbre de tres días.

Esas conversaciones siguieron a un largo diálogo entre Geldof (de la disuelta banda Boomtown Rats y organizador del concierto benéfico de 1985 Live Aid), Bono (del popular grupo U2) y el primer ministro británico Tony Blair.

Luciendo una camisa informal, Blair dio una conferencia de prensa junto a Bono y Geldof cuando todo el mundo lo imaginaba recibiendo a los demás líderes que habían llegado a Escocia, y apenas minutos antes del arribo del presidente ruso Vladimir Putin.

El G-8 está conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia. Blair, anfitrión del encuentro, fijó una agenda encabezada por la ayuda al desarrollo de África y medidas para combatir el cambio climático.
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Los funcionarios británicos —que fracasaron estruendosamente en convencer a sus pares del exclusivo club sobre urgencia de ambas cuestiones— parecían haber adoptado la ”diplomacia pop” en un último y desesperado intento.

En una jugada sin precedentes, los funcionarios británicos se sentaron en segunda fila y dejaron a los demás gobernantes del G-8 dialogando directamente con los nuevos representantes del ”poder popular”, en una acción destinada también a mostrar cómo los líderes rechazaban las demandas populares, y no las propuestas oficiales británicas.

Luego de la conversación entre los artistas y el G-8, tocó a Bono anunciar que el cuadro no se veía bien.

”Tuvimos diálogos muy duros hoy. Hay riesgo de que no haya logros en la cumbre. El compromiso de 50.000 millones de dólares (para África) no existe, el acuerdo comercial no existe, la cuestión (de la condonación) de la deuda no existe”, dijo Bono a la prensa, tras hablar con Bush, Martin y Schroeder.

El artista pareció consciente de que él y Geldof estaban de pronto encabezando las discusiones con el G-8, y de que Blair había tomado ventaja de ello.

”Ambas partes hemos corrido riesgos. Los riesgos nuestros por estar con los líderes políticos, y los de ellos al tener que soportarnos”, añadió.

Bono sostuvo que habían discutido con Geldof sobre la declaración final de la cumbre. ”Intentamos convencerlos de que el comunicado fuera claro, aunque no tiene por qué ser redactado por un autor de canciones”, dijo.

El artista habló asimismo de las formas alternativas de protesta que llevan a cabo miles de activistas de la sociedad civil llegados a Escocia, diferentes a las de los músicos y sus conciertos, como los brindados en nueve ciudades el pasado fin de semana.

”Creo que nuestra forma es mejor, pero aún no lo sé. Nos llevará un par de días averiguarlo”, señaló.

Según Bono, ”Bush está listo para tragarse la píldora (de eliminar los subsidios agrícolas) si la Unión Europea lo hace”. Pero, ”la cuestión del endeudamiento” de las naciones africanas más pobres ”es crítica”, añadió.

Y el uso y destino correctos de la asistencia es importante. ”No estamos aquí para redecorar palacios presidenciales, sino para poner comida en los platos de la gente”, sostuvo.

Para Geldof, ésta es una cumbre inusual. ”No creo que los líderes hayan llegado nunca antes al primer día del encuentro sin haber acordado su declaración final”, dijo. Todavía no hay acuerdo, ”hay mucho para jugar. Siento la tensión, no hay complacencia en absoluto”.

Geldof indicó que el presidente estadounidense se mostró abierto en la reunión, hablando sobre abatir a la mitad las muertes por paludismo en África y ”particularmente insistente en la educación de las niñas”. Bush había dicho previamente que existía espacio para ”algunas referencias al comercio”.

Pero se puede esperar poco de Alemania, al menos hasta las próximas elecciones, sentenció el artista.

”No vamos a desmantelar los subsidios agrícolas en esta cumbre. Pero necesitamos dar el primer paso para el comienzo del fin” de los mismos, explicó Geldof.

En su opinión, la cuestión crítica para el resto de los encuentros que deben finalizar este viernes es colocar estos problemas ”en la primera línea de sus conciencias”. ”Estamos hablando de 50.000 muertes diarias en África”, dijo.

La acción al respecto no vendrá de Moscú, ni de Alemania. ”Esto es así”, sentenció.

En los conciertos Live 8, celebrados el sábado en cada uno de los países del G-8 y en Sudáfrica, 3.800 millones de personas de todo el mundo acordaron que debe hacerse mucho más en África.

Ése es ”un continente de una declinación inexorable a la que debe ponerse fin”, dijo Geldof.

La cumbre se está volviendo un juego de apuestas. ”Las piezas con las que jugamos son las vidas del pueblo africano”, advirtió.

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