La desafortunada política de Estados Unidos hacia Cuba concede argumentos para debilitar a la oposición, advirtieron este miércoles sectores moderados de la disidencia interna cubana.
Es una política nefasta para Cuba y la oposición. Nos hace un flaco favor, dijo a IPS Manuel Cuesta Morúa, portavoz de Arco Progresista, integrada por agrupaciones socialdemócratas.
En su opinión, el gobierno de George W. Bush privilegia sus intereses geopolíticos a la hora de actuar ante Cuba, además de dar al régimen cubano argumentos para reprimir a la disidencia e impedir su conexión con el resto de la sociedad civil.
El martes por la noche, el presidente Fidel Castro acusó a Bush de invertir sumas millonarias en promover la subversión y la desestabilización dentro de Cuba, además de llevar a cabo crecientes agresiones radiales, en referencia a las transmisiones de emisoras anticastristas financiadas por Washington.
Los jefes de la Oficina de Intereses (de Estados Unidos en Cuba, SINA, por sus siglas en inglés), han asumido directamente la jefatura de los grupos mercenarios a los que, por diversas vías y pretextos, suministran elevados ingresos personales en divisas convertibles, afirmó el gobernante.
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Castro también vinculó a la SINA con una reunión realizada el 20 de mayo por la opositora Asamblea para Promover la Sociedad Civil (APSC), la cual organizó este mes un par de manifestaciones callejeras a las que se opusieron vecinos y trabajadores.
James Cason, actual jefe de la SINA en La Habana, ha desmentido en más de una ocasión que su oficina entregue dinero a la oposición cubana, aunque no niega que la apoya de variadas maneras, inclusive con la organización en su casa de video-conferencias de preparación de la transición hacia la democracia.
¿Que algunas personas en el exterior, especialmente miembros de la comunidad cubana en el exilio, brindan ayuda financiera a los cubanos, incluyendo a los disidentes? En efecto, y aplaudimos su generosidad, dijo Cason el 4 de julio, Día de la Independencia de su país.
El activismo de Washington en la política interna de este país cuenta con el beneplácito de los sectores más radicales de la disidencia, entre ellos la APSC, cuya reunión de mayo fue saludada especialmente por Bush y seguida muy de cerca por Cason.
También ha sido criticado por influyentes académicos estadounidenses. La mayoría de los cubanos desean cambios y reformas que conduzcan a una vida mejor, pero no están interesados en una transición dirigida por Estados Unidos, escribió el ex diplomático estadounidense Wayne Smith.
Smith, quien fue jefe de la SINA entre 1979 y 1982, añadió en un artículo publicado en la última edición de la revista española Contrapunto, que resulta difícil imaginar una política más errada y dañina que la de Bush hacia Cuba. Un fracaso perfecto de comienzo a fin, remató.
En marzo de 2003, La Habana detuvo y condenó a severas penas a 75 disidentes bajo cargo de conspirar con Washington para desestabilizar el país, en aplicación, entre otros, del Decreto Ley 88 de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, promulgado en 1998.
Según Elizardo Sánchez, presidente de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, sin reconocimiento legal pero tolerada por el gobierno, esa ley podría ser aplicada nuevamente a varias personas detenidas de las últimas semanas.
Sánchez dijo tener información de familiares de René Gómez Manzano, Julio César López y Oscar Mario González, arrestados el viernes cuando presuntamente se disponían a participar en una manifestación convocada por la APSC frente a la embajada de Francia.
El activista previó nuevas detenciones tras escuchar el discurso de Castro con motivo del 52 aniversario del asalto al cuartel Moncada, acción que fracasó, pero abrió el camino a la insurrección popular que llevó al poder en 1959 al entonces guerrillero y hoy gobernante de 78 años.
La publicitada disidencia o supuesta oposición no existe más que en la mente calenturienta de la mafia cubano-americana, y de los burócratas de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, dijo Castro, quien recalcó que los opositores viven de la publicidad en el exterior.
El mandatario aseguró que la actividad económica creció 7,3 por ciento y, a partir de positivas tendencias que se aprecian, 2005 podría terminar con un crecimiento de nueve por ciento del producto interno bruto, contrariando a quienes afirman que el país atraviesa una profunda crisis que puede conducir a estallidos sociales.
De sobra saben todos que ningún proceso revolucionario contó jamás con el consenso y el apoyo abrumador y la confianza con que cuenta la Revolución Cubana, dijo el presidente en discurso cuyo texto fue publicado este miércoles.
La fiesta nacional más importante de Cuba, el Día de la Rebeldía Nacional, estuvo precedida de la información el lunes de la muerte de ocho niños en la capital por enfermedades diarreicas y respiratorias, y por graves problemas energéticos y prolongados apagones que añadieron tensión al impacto de la sequía que se arrastra desde 2003, con pérdidas de 1.200 millones de dólares.
La falta de lluvias originó escasez de alimentos en las provincias de Guantánamo, Granma, Santiago de Cuba, Las Tunas y Holguín, en el oriente del país, y la central provincia de Camagüey, situación que el gobierno trató de remediar con cuotas extraordinarias de algunos alimentos.
La emergencia fue también reconocida por el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas, que diseñó un programa de asistencia para 773.000 personas más vulnerables de esos territorios.
El huracán Dennis agravó la situación, a principios de julio, matando a 16 personas y causando daños estimados oficialmente en 1.400 millones de dólares.
Según Castro, los enemigos de la revolución han pretendido utilizar estos hechos jubilosamente para afirmar que Cuba está atravesando una profunda crisis económica.
El temprano paso de Dennis, el primero de la actual temporada ciclónica, sorprendió a millones de personas agobiadas por los continuos cortes de luz debido a inesperadas averías que se presentaron durante las labores de mantenimiento de las plantas generadoras.
Castro lamentó especialmente el impacto en la población del déficit de energía eléctrica, cuya generación se redujo cuatro por ciento, y reiteró que un fuerte programa de inversiones permitirá en el segundo semestre de 2006 duplicar la capacidad actual.
No hay nada que cause más malestar en la gente que la falta de energía eléctrica justamente en estos meses de verano, cuando hace más calor y todo el mundo sale de vacaciones, dijo a IPS un líder barrial que prefirió omitir su nombre.
La fuente admitió que los ánimos se enardecen con las altas temperaturas, que impiden dormir sin ventilador, la falta de agua y refrigeración para los escasos alimentos. En mi cuadra hubo quien expresó a gritos su malestar en medio de un apagón, pero eso no quiere decir que está en contra de la revolución, sostuvo.