Nuevas denuncias agravan el escándalo por corrupción en Brasil que mantiene en jaque al Partido de los Trabajadores (PT) y, en consecuencia, al gobierno de su líder, Luiz Inácio Lula da Silva.
La información divulgada en la edición del fin de semana de la revista local Veja sobre el préstamo bancario de 2,4 millones de reales (un millón de dólares) tomado por el PT en febrero de 2003, el segundo mes de gobierno de Lula, puso en la cuerda floja al propio presidente del partido, José Genoino, y a otros dos miembros de la cúpula.
Esta operación crediticia tiene como aval la firma del empresario Marcos Valerio de Souza, el propietario de las agencias de publicidad SMPB Comunicación y DNA, contratadas por organismos gubernamentales y empresas estatales por sumas que llegan a un total de 60 millones de dólares.
El secretario de Finanzas del PT, Delubio Soares, confirmó en un comunicado la existencia del préstamo concedido a la agrupación gobernante por el Banco de Minas Gerais (BMG) así como la garantía de De Souza, debido al patrimonio insuficiente del prestatario.
Además, De Souza se encargó de pagar 349.927 reales (unos 146.000 dólares) de intereses de la deuda en julio de 2004, ya que el partido no tenía recursos para hacerlo.
De este modo aparece un nuevo vínculo directo entre el PT y el empresario acusado de ser el operador de un novedoso mecanismo de corrupción política, como era el pago de las llamadas mesadas (mensualidades) a diputados de partidos que apoyan el gobierno. Genoino y Soares también firmaron el contrato con el banco como avalistas solidarios.
De Souza y sus dos empresas prestan servicios de publicidad al gobierno lo que viola la ética, pues el partido gobernante depende de su aval bancario y de su dinero, evaluó el diputado Osmar Serraglio, relator da la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre corrupción en la empresa estatal de Correos.
Testigos en la comisión investigadora parlamentaria y notas de prensa divulgaron en los últimos días que el empresario publicitario manejó decenas de millones de dólares al contado desde julio de 2003, al punto de que despertó sospechas del organismo gubernamental que combate el lavado de dinero. También se indica que su patrimonio se multiplicó por 60 desde 1997.
Además se señala que sus empresas registran como patrimonio haciendas en el nororiental estado de Bahia, que no existen o están sobrevaluadas miles de veces. Tantas irregularidades ampliaron la expectativa con que se espera el interrogatorio a De Souza a llevarse a cabo este miércoles en la comisión parlamentaria.
Los nuevos elementos divulgados intensificaron la presión de sectores del PT en busca de la renuncia o destitución de Genoino, de Soares y también del secretario general partidario, Silvio Pereira.
La dirección ejecutiva del PT se reunirá este martes para discutir esa cuestión y buscar salidas para la crisis partidaria y del gobierno de Lula.
Empero, Genoino ya descartó su renuncia, reclamada principalmente por las corrientes más izquierdistas, que acusan a la gestión del llamado campo mayoritario de haber provocado el desastre.
Superar la crisis exige primero salvar el gobierno y después el partido, que depende totalmente de la imagen de Lula, señaló a IPS George Nahas, dirigente del PT en el estado de Minas Gerais y secretario municipal de Coordinación de Políticas Sociales en la capital estadual, Belo Horizonte.
Son necesarias soluciones radicales, como la formación de un gobierno de transición que promueva una nueva institucionalidad, y que el presidente asuma toda la responsabilidad, nombrando ministros a políticos procedentes de fuera del juego partidario y estableciendo relaciones distintas con el parlamento y con el resto de los partidos, sostuvo.
El PT, que asumió la hegemonía en la izquierda brasileña poco después de su fundación en 1980, enarbolaba también la bandera de la ética, de un partido incorruptible, lo cual amplió el impacto del actual escándalo, iniciado en mayo con denuncias de corrupción en Correos, luego extendido a los partidos de la base parlamentaria del gobierno.
Las denuncias complicaron también la reforma ministerial que el presidente Lula pretende concluir y anunciar este martes, en un intento por superar la crisis que paraliza su gobierno. La intención es atraer al centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
Pero el líder del PMDB en la Cámara de Diputados, José Borba, fue también involucrado en el escándalo de las mesadas por denuncias de Fernanda Somaggio, la ex secretaria de De Souza, a las que se suma otro elemento, como es su presencia en la sede de un banco utilizado para esas transacciones en Brasilia y en un día en que se retiraba grandes sumas en efectivo.
Pero el escándalo ya tomó perfil de telenovela, con numerosos personajes y hechos interconectados.
Además de la comisión parlamentaria que trata el caso de Correos, activa desde hace dos semanas, el cuerpo legislativo ya aprobó otras dos investigadoras, una por los sobornos a diputados y senadores y otra por las denuncias contra Waldomiro Diniz, ex asesor de la Casa Civil de la Presidencia filmado pidiendo dinero ilegal para la campaña electoral del PT.
Mientras, también volvió a los primeros planos de la información el asesinato de Celso Daniel, ex alcalde de Santo André, atribuido a secuestradores en busca de dinero.
Pero la familia de la víctima sospecha que se trató de un crimen político para encubrir corrupción. Daniel debería coordinar la elaboración del programa de gobierno del PT y fue sustituido por Antonio Palocci, actual ministro de Hacienda.
Nahas sostiene que el PT necesita aplazar por unos seis meses la convención que elegirá la nueva dirección partidaria. La crisis exacerbó las disputas internas, cuando el partido debería repensar sus ideas en un congreso, que tenga como punto central la reforma política.
En estos dos últimos años las distintas corrientes del PT se concentraron en el debate sobre la política económica gubernamental, mientras su dirección trató de asegurar la gobernabilidad, renunciando a transformar la manera de hacer política en el país y eligiendo el camino más fácil que lo llevó al desastre, evaluó.