AMBIENTE- ESPAÑA: Entre la sed y el fuego

La población española vive en creciente tensión entre la sed provocada por una persistente sequía y el fuego que arrasa miles de hectáreas de bosques y mata personas.

Once muertos, cuatro desaparecidos, un millar de evacuados y unas 12.000 hectáreas calcinadas, incluidas 3.000 de un parque natural bajo cuidados especiales, es el resultado de un incendio provocado por una hoguera para cocinar carne el sábado en la central provincia de Guadalajara, que todavía no se ha extinguido.

Los muertos eran bomberos que acudieron a sofocar el incendio cuyo inicio, según fuentes policiales, se debió a la imprudencia de un grupo de excursionistas que preparaban la parrilla.

Según el guarda Emilio Moreno, los excursionistas decidieron seguir adelante con la cocina a pesar de que les advirtió no estaba permitido hacer fuego, debido al fuerte viento reinante y a la presencia de muchas hierbas y ramas secas.

De acuerdo con un estudio del Centro Común de Investigaciones de la Comisión Europea, España encabeza la lista de los países de la Unión Europea más afectados por los incendios, ya que en los últimos veinte años el fuego destruyó 4,3 millones de hectáreas de bosques, una superficie equivalente a la de toda Suiza.
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Además, España está sufriendo este año su peor sequía desde 1947, las lluvias han bajado a la mitad del promedio anual de la última década, y los ríos perdieron 41 por ciento de su caudal en los últimos doce meses.

Dos hechos coadyuvan: la sequedad de pastizales y bosques, lo que favorece la extensión de incendios, y la imprevisión de autoridades y ciudadanos. Pero también se señala la imprudencia o la mala fe de algunas personas, que provocan fuegos en espacios abiertos por diversas razones.

El incendio del sábado se extendió por los municipios de Riba de Saelices, Santa María del Espino y Villarejo de Medina, ubicados en el Alto Tajo, región donde nace el río Tajo que cruza España de este a oeste, llega a Portugal y termina en Lisboa.

Los vecinos de los tres municipios criticaron duramente a los gobiernos central y de la comunidad de Castilla-La Mancha, por considerar que las medidas para extinguir el fuego fueron insuficientes y tardías.

La organización no gubernamental Ecologistas en Acción exigió la inmediata renuncia de la consejera de Medio Ambiente del gobierno de Castilla- La Mancha, Rosario Arévalo Sánchez.

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, sostuvo que ”desde el principio han estado aquí todos los medios que se han requerido”.

Narbona atribuyó la extensión del fuego al fuerte viento y no a la ineficacia ni a la falta de medios, y puso como ejemplo que ni siquiera los cortafuegos impidieron el avance de las llamas.

El secretario general del derechista y opositor Partido Popular, Ángel Acebes, acusó a los gobiernos central y de Castilla-La Mancha, ambos socialistas, de la descoordinación y el descontrol que campearon en la tragedia.

El alcalde de Riba de Saelices, José Luis Samper, dijo que en su municipio ”lo que no esté destruido se destruirá”, pues el fuego sigue avanzando por el monte ubicado en los alrededores de la zona urbana.

La comunista Confederación de Comisiones Obreras (CCOO, una de las dos centrales sindicales mayoritarias) reclamó este lunes una comisión especial de investigación, con participación de los sindicatos. En primer lugar, se debe procesar a quienes provocaron el incendio, aplicando el Código Penal que establece penas de prisión de diez a veinte años, dijo la entidad en un comunicado.

Según CCOO, 94 por ciento de los incendios son provocados por acción humana, pero solamente uno por ciento de las investigaciones acaba con alguna detención. El fuego que afecta al Alto Tajo se debió a imprudencia, pero también existen muchos casos intencionales, dijo la central.

Un informe divulgado dos días antes del incendio por la filial española del Fondo Mundial para la Naturaleza (conocida por las siglas WWF/Adena), señaló la ineptitud gubernamental, pues se ignora 40 por ciento de las causas de los incendios, y menos de uno por ciento de quienes infringen las leyes son detenidos y acusados ante la justicia.

La imprudencia incluye desde montar hogueras en lugares con pastizales secos y arrojar colillas encendidas de cigarrillos desde vehículos en movimiento, hasta quemar rastrojos agrícolas en pleno verano. En cualquiera de estos casos, basta un golpe de viento para que la chispa se convierta en fuego y éste se extienda.

Las hogueras y barbacoas provocan unos 160 incendios forestales por año, sostiene WWF/Adena.

Pero existen incendios intencionales, provocados por vándalos o pirómanos, y en algunos casos para eliminar bosques de zonas protegidas y tramitar luego ante las autoridades permisos de construcción en esos lugares antes vedados.

Según WWF/Adena esos motivos constituyen las causas más repetidas. Otra son las venganzas. Salvador García, un campesino de Guadalajara, dijo a IPS que conoció dos o tres casos de cazadores decepcionados que prendieron fuego a cotos cerrados de caza.

Las zonas de caza españolas son cotos a los que sólo pueden ingresar personas autorizadas, generalmente por el pago de una alta suma a los propietarios de los terrenos. Cazadores que vieron subir el precio del derecho o a los que les fue negada la autorización, ”se vengan prendiendo fuego”, dijo García.

La vicepresidenta primera María Teresa Fernández de la Vega presidió este lunes una reunión extraordinaria con varios ministros y anticipó el refuerzo de las campañas de divulgación del problema y las instrucciones al fiscal general del Estado para lograr actuaciones concretas, tanto en el incendio en curso como en otros que pudieran producirse.

Organizaciones no gubernamentales como Greenpeace España plantean medidas que deben adoptarse ya, como la prohibición de encender fuego incluso en áreas recreativas y de camping, donde por lo general está permitido.

La sequía tiene otras consecuencias, como la baja de la productividad agropecuaria. Según Greenpeace, España es el tercer país del mundo que más agua consume por habitante, y ese mayor consumo se concentra en la agricultura.

Unos 3,5 millones de hectáreas, que representan 18,3 por ciento de la superficie dedicada a la agricultura, están regadas artificialmente. Un informe del Consejo Mundial del Agua mostró que en 2002 España ocupaba el puesto 133 de 147 países listados por uso eficiente de los recursos hídricos.

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