La creciente explotación comercial en Paraguay de la ka'a he'ê (hierba rica, en guaraní), ancestralmente usada por indígenas como medicina y edulcorante, se perfila como una rentable alternativa para que pequeños agricultores logren ingresos todo el año.
Esa hierba, cultivada por la etnia tupí guaraní, lleva por nombre científico Stevia rebaudiana Bertoni, ya que fue clasificada por primera vez en 1899 por el sabio suizo Moisés Bertoni, y su primer análisis químico lo realizó en 1905 el paraguayo Ovidio Rebaudi.
El steviósido, principio activo de la ka'a he'ê, es de 250 a 300 veces más dulce que el de la azúcar de caña, y a la vez se trata de un endulzante no calórico, apto para que los diabéticos lo consuman porque el cuerpo humano no lo metaboliza como glucosa.
Este año, el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (Jecfa, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que realiza determinaciones de inocuidad, incluyó a la stevia en una lista temporal como paso previo para el definitivo pasaje a su Codex Alimentarius.
El Codex compila acuerdos internacionales sobre normas alimentarias mínimas y cuestiones conexas, para proteger la salud del consumidor, asegurar la calidad y facilitar el intercambio comercial de alimentos a nivel internacional.
El Jecfa ya admitió la ingesta de hasta dos miligramos diarios de la ka'a he'ê, y eso es muchísimo, dijo a Tierramérica Juan Carlos Fischer, presidente de la Cámara Paraguaya de la Stevia.
En ese momento hubo una explosión de la demanda internacional de la hierba, y actualmente los pedidos exceden en mucho a la producción de materia prima, destacó.
Aunque es originaria de Paraguay, la stevia también se produce en Asia, desde que hace 35 años empresarios japoneses interesados en la planta observaron su cultivo y lo emularon, primero en su país y luego en China.
Hoy, las mayores extensiones sembradas y casi todas las plantas industrializadoras están en el Asia-Pacífico. China mantiene, según las temporadas, de 15.000 a 25.000 hectáreas sembradas.
Paraguay inició su actual programa productivo en 1997 con 21 hectáreas sembradas. Actualmente le dedica 800 hectáreas y los empresarios esperan llegar a 5.000 en 2007.
La única industria cristalizadora de stevia en Occidente está en la localidad brasileña de Maringa, del sureño estado de Paraná, hacia donde se dirige íntegramente la producción paraguaya.
La industria oriental de la stevia mueve anualmente unos 250 millones de dólares. En 2004, Paraguay logró ventas por 500.000 dólares, aunque la expectativa es multiplicar por seis las operaciones en los próximos dos años.
Se prevé que a fines de este año capitales paraguayos habilitarán en las afueras de Asunción una industria procesadora, que demandará una inversión de hasta cuatro millones de dólares, explicó a Tierramérica la periodista Noelia Riquelme, especializada en temas agrícolas.
Riquelme indicó que los mayores mercados consumidores de steviósido son, aparte de Asia, Estados Unidos, Alemania, México, Colombia, Brasil y Argentina.
En cuanto se incluya el edulcorante en el Codex Alimentarius, se abrirán las puertas de la mayoría de los países de la Unión Europea, que ya mostraron interés, apuntó.
Mientras el negocio va tomando velocidad, un costado de beneficio social se incrementa a la par, debido a la alta renta que puede lograr el productor y la gran cantidad de mano de obra necesaria para atender los cultivos.
Fischer explicó que su Cámara sugiere plantar de 50.000 a 60.000 plantas por cada media hectárea. Ese espacio da empleo permanente a cuatro personas para los controles de malezas y de plagas, que deben ser realizados a mano pues no se emplean agroquímicos ni insecticidas.
El pequeño productor puede obtener al año una retribución económica de hasta 1.600 dólares por cada media hectárea sembrada, un rendimiento seis veces mayor que el de la soja (Glycine max) y tres veces más que la mandioca (Manihot esculenta, también llamada yuca o casava), subrayó.
Para 2007, los empresarios del sector calculan que estarán trabajando en los programas productivos con alrededor de 15.000 familias campesinas.
El Estado decidió, además, dar prioridad al cultivo de ka'a he'ê, lo que nos permitió recuperar en pocos meses todos los años perdidos, enfatizó Fischer, en alusión a los avances en materia de regulación sanitaria y denominación de origen como aditivo alimentario.
Estos esfuerzos también son apoyados en círculos científicos. Especialistas del Instituto Agronómico Nacional desarrollaron una nueva variedad de stevia, denominada ireté, que permite lograr el doble de principio activo con la misma cantidad de hojas, indicó Riquelme.
* El autor es colaborador de IPS. (