ZIMBABWE: Incertidumbre sobre Mugabe trae temores

La comunidad internacional debe iniciar acciones para garantizar que no estalle un conflicto civil en Zimbabwe cuando el presidente Robert Mugabe ya no esté en el poder, afirmó el Grupo Internacional de Crisis (ICG).

Esta semana corrieron toda clase de rumores sobre el estado de salud de Mugabe, de 81 años, luego de que la prensa informara que el mandatario había sido sometido a análisis cardiológicos.

El informe ”Después de las elecciones en Zimbabwe: ¿Qué es lo que sigue?”, elaborado por el ICG, organización con sede en Bruselas que estudia conflictos en el mundo, alerta que Zimbabwe puede entrar en un gran caos si Mugabe fallece o abandona el gobierno, a menos que la comunidad internacional comience ya a planificar una transición pacífica.

”La era Mugabe está a punto de llegar a su fin, y tanto la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) como el opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) afrontan desafíos existenciales”, dijo el director del proyecto para Sudáfrica del ICG, Peter Kagwanja.

”El envejecimiento de algunas personalidades y las conflictivas ambiciones de los nuevos líderes del ZANU-PF, así como la creciente frustración de la que hasta ahora ha sido una oposición no violenta, indican que un cambio drástico se avecina. A menos que los amigos de Zimbabwe se involucren y actúen juntos, es posible que haya violencia y caos”, alertó.

Zimbabwe es motivo de preocupación para la comunidad internacional, y en especial para Gran Bretaña, su antigua potencia colonial, desde que en 2000 Mugabe, gobernante desde la independencia en 1980, se incautó de las tierras de 4.500 agricultores blancos para entregarlas a campesinos de la mayoría negra, en gran medida ex combatientes por la liberación del país, de la que fue uno de los líderes.

El MDC acusó a la ZANU-PF de fraude en las elecciones de 2002, y desde entonces Londres y Washington aplican sanciones contra Zimbabwe y piden la renuncia de Mugabe. El mismo grupo opositor también consideró fraudulentos los comicios del 31 de marzo de este año.

El ICG señaló que el partido de Mugabe ”manipuló el proceso electoral a través de una amplia gama de medios legales e ilegales para asegurar que la elección se decidiera antes de que los primeros votantes llegaran a las urnas”.

El partido ahora tiene la mayoría de dos tercios del parlamento requerida para enmendar la Constitución, y algunos analistas creen que los seguidores de Mugabe usarán ese poder para preparar una salida tranquila de su líder.

Pero la ZANU-PF está cada vez más dividida sobre la sucesión de Mugabe. Las figuras más destacadas del partido ya comenzaron a luchar para llegar a la presidencia, indicó el ICG.

El partido ”está enfrascado en una guerra entre facciones, estimulada por el deseo de las figuras poderosas para ubicarse en la carrera por la sucesión. Las principales facciones representan a su vez intereses étnicos irreconciliables, lo que da a entender que difícilmente permanezca unido el partido”, señaló.

El ICG insiste en que la única forma realista de evitar una gran crisis en Zimbabwe es que Mugabe deje el poder cuanto antes y que la comunidad internacional inicie un proceso de transición con la ZANU-PF y el MDC.

El grupo instó a Estados Unidos, a la Unión Europea y a las instituciones financieras internacionales a dejar en claro que no suspenderán las sanciones económicas que adoptaron contra Zimbabwe con base en cuestionamientos a la vigencia del Estado de derecho, y que no habrá asistencia ni una plena restauración de las relaciones diplomáticas a menos que se produzcan profundos cambios políticos en este país africano.

”No sólo cambios en los nombres de los altos funcionarios de gobierno, sino también en la manera de gobernar”, indicó.

También instó al gobierno de Zimbabwe a que fije una fecha para la salida de Mugabe antes de 2008, cuando termina su mandato, e inicie un diálogo con la oposición para reformar la Constitución.

Por otra parte, exhortó al MDC a replantearse su forma de hacer oposición.

El ICG consideró particularmente importante que Sudáfrica haga también una ”urgente revisión” de su política exterior y explore nuevas formas de cooperación con la Comunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y el Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia) para presionar a Zimbabwe por reformas políticas y económicas.

”La política de 'diplomacia tranquila' (sudafricana para influir sobre el gobierno zimbabwense) fracasó. La comunidad internacional debe actuar ahora para garantizar que la situación en Zimbabwe después de Mugabe no sea explosiva”, afirmó la vicepresidenta del ICG y directora del programa para África del grupo, Nancy Soderberg.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe