El presidente venezolano Hugo Chávez decidió suspender un tradicional desfile militar que se celebra cada 24 de junio para mostrar que son ciertos los planes para asesinarlo, pergeñados por opositores desesperados.
El presidente pidió a sus seguidores que, si es asesinado, profundicen la revolución, y aseveró en uno de sus programas de radio y televisión, Aló, presidente, que todos los mandos del gobierno y de la Fuerza Armada saben qué hacer. El plan ya está listo. No permitiremos que venga alguien a adueñarse de nuestra patria.
Dirigiéndose al presidente del Instituto de Tierras, Eliécer Otaiza, Chávez ejemplificó: Usted, camarada, profundiza la reforma agraria. Ocupe todo latifundio. Pisaremos el acelerador, radicalmente, aunque dentro de la ley y sin violencia.
En Asunción, donde asistió a la cumbre de mandatarios del Mercado Común del Sur, Mercosur, Chávez reiteró que sectores enloquecidos, basados en Miami (Estados Unidos) quieren matarlo para aplastar la revolución bolivariana que conduce.
Ellos creen que eliminando a Chávez aplastarán la revolución. Pero si llegan a matarme, el pueblo venezolano se va a cobrar muy caro, dijo en un auditorio paraguayo. En otras ocasiones ha evocado el crimen del líder popular liberal Jorge Eliécer Gaitán, en 1948, detonante de décadas de violencia política en la vecina Colombia.
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Parlamentarios de oposición han dicho que con su tesis de magnicidio Chávez tiende una cortina de humo para distraer la atención de las dificultades de la industria petrolera estatal pese a los altos precios del crudo y de la discusión de reformas legales para castigar delitos políticos y acentuar el control estatal de la economía.
Pero el general retirado y politólogo Alberto Müller, colaborador del presidente, observó a IPS que los riesgos de magnicidio están presentes porque hay un cuadro internacional que es desfavorable a Estados Unidos, y Chávez es uno de los obstáculos en el camino de sus intereses.
También el analista Eleazar Díaz Rangel, director del diario caraqueño Últimas Noticias, consideró razonable examinar la tesis de magnicidio después de que han fracasado todos los intentos por salir de Chávez, desde el fallido golpe de Estado de abril de 2002, la huelga empresarial y petrolera a fines de ese año e inicios de 2003, y el referendo sobre su mandato que el presidente ganó en agosto de 2004.
Díaz Rangel evocó además el antecedente de las acciones de Estados Unidos contra el gobierno del fallecido presidente socialista Salvador Allende en Chile (1970-1973), así como informes del servicio secreto cubano, que es uno de los más eficientes del mundo.
El ministro de Interior, Jesse Chacón, dijo que la tesis del magnicidio cobra cada día más fuerza, por parte de factores de la oposición que no creen en las elecciones, en la que también pudieran participar militares disidentes, y hasta posibles elementos de la subversión colombiana.
Chacón sostuvo que reuniones con ese fin se efectuaron en la residencia en Bogotá del exiliado empresario Pedro Carmona, presidente durante el efímero golpe que depuso a Chávez en abril de 2002.
Carmona desmintió esa hipótesis en declaraciones este miércoles a la televisora caraqueña Canal 2, pues iría contra mis principios morales y cristianos. Yo vivo en Bogotá de manera transparente, dedicado al estudio y la docencia, aseveró.
El fin de semana del 28 y 29 de mayo, Chávez estuvo ausente de una marcha que cruzó Caracas hasta el palacio del gobierno para apoyar el pedido venezolano de que Estados Unidos extraditara al terrorista de origen cubano Luis Posada Carriles, y luego dejó de efectuar, sin explicaciones, su programa dominical Aló presidente.
Una ola de rumores recorrió el país, con menciones de magnicidio, enfermedad o complots.
Centenares de seguidores del presidente se apostaron a las puertas de su palacio hasta que éste reapareció y dijo que fue secuestrado por su hija de ocho años en el interior, y que suspendió su programa para no interferir la transmisión de un partido de voleibol, afición deportiva que hasta entonces se le desconocía.
Días después, el mandatario y sus colaboradores dijeron que en los altos de un edificio frente a un tramo de la marcha encontraron evidencias de que pudieron apostarse francotiradores con el fin de ensayar el magnicidio. Allí estuvieron unos colombianos monitoreando y buscando ángulos de tiro, dijo Chávez.
La semana pasada, en una reunión con graduados de las escuelas de oficiales de la Fuerza Armada, Chávez anunció la suspensión del tradicional desfile de este viernes 24 de junio, día del Ejército en Venezuela, pues se conmemora la decisiva batalla de Carabobo, de 1821, en la guerra de independencia contra España.
El desfile se efectúa en el campo de Carabobo, una llanura a 80 kilómetros del suroeste de Caracas, tradicionalmente ocupada por miles de soldados de distintas armas.
Se ha detectado un plan de magnicidio en torno al campo de Carabobo, explicó el presidente. Pero quienes dicen que el presidente desconfía de los militares, tratan de generar dudas entre nosotros mismos, con evidente intención de descalificar y causar problemas. Es la guerra psicológica, agregó, ante los nuevos oficiales.
La Inteligencia Militar presentó evidencias firmes y muy serias de que hay grupos de golpistas, algunos en el exterior, en Estados Unidos, que viajan por Bogotá y el Caribe, y me recomendaron no asistir a la marcha del 29 de mayo, sostuvo.
Responsablemente tengo que oír esas cosas y ratifico que esa es la razón de la suspensión del desfile militar, concluyó Chávez, en tanto su ministro de Defensa, el general Jorge García, anunciaba que en vez del desfile habría un acto dentro del Fuerte Tiuna, ciudadela militar de Caracas.
Los rumores sobre un plan para matar a Chávez no son nuevos. En marzo, el propio embajador estadounidense William Brownfield ratificó que su predecesor, Charles Shapiro, había informado a las autoridades venezolanas sobre acciones contra la administración actual.
Aunque Brownfield no especificó el origen de esas acciones, sostuvo que la primera vez fue en abril de 2002. En esa oportunidad habló con el presidente sobre las posibilidades de un golpe de Estado, que efectivamente se materializó.
La otra vez fue en septiembre u octubre (de 2004). (Shapiro) habló con el vicepresidente (José Vicente) Rangel sobre un posible intento de asesinato. En ambos casos cumplimos con nuestras obligaciones, porque nuestra ley así lo obliga, agregó Brownfield.
A mediados de los años 70, Washington prohibió formalmente que las operaciones en el extranjero de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) incluyesen atentar contra la vida de gobernantes.
Al acto de este viernes podría asistir el presidente de Cuba, Fidel Castro, según se especula en medios políticos y de prensa, porque los graduados de un curso de Estado Mayor (oficiales con rango de mayor y teniente-coronel) designaron al líder cubano como padrino de su promoción.
Son signos de los cambios que hay aquí, dijo Chávez, quien ha tejido una estrecha alianza política y económica con el gobierno de Castro. Yo por ahí leí alguna crítica absurda de que Chávez presionó por el padrinazgo, cuando lo que ocurrió fue que me enteré por la prensa que lo nombraron padrino, agregó.
También se ha especulado con que Castro podría ser nombrado general honorario de la Fuerza Armada venezolana. El comandante del Ejército, Raúl Baduel, figura clave en la devolución del poder a Chávez en abril de 2002, se rehusó a confirmar o desmentir la información.
Castro había dicho en febrero que, sin dejar de considerar sus propios riesgos, se preocupaba más por la seguridad de Chávez y de Venezuela.
Ya conmigo perderían el tiempo. Esto (la revolución cubana) ha avanzado mucho. Pero aquello (Venezuela) está en una etapa decisiva. Y quiero decir que, si a Chávez lo asesinan, la responsabilidad caerá por entero sobre el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, sentenció.